La Regencia de Espartero (1840-1843): Claves de su Fracaso y el Ascenso Moderado en España

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La Regencia de Espartero (1840-1843): Un Periodo Clave en la Historia de España

La Revolución de 1840 dio el poder a los progresistas. Baldomero Espartero asumió la presidencia de un Ministerio-Regencia en mayo de 1841, iniciando un periodo que culminaría con su fracaso y caída en 1843.

Contexto y Medidas Iniciales

Durante su regencia, la desamortización del clero regular iba a completarse con la de los bienes inmuebles y tierras que el clero secular poseía en las ciudades.

Causas del Fracaso de la Regencia de Espartero

  • División del Partido Progresista: Una de las razones fundamentales de su fracaso radicó en la profunda división interna del partido progresista. Por un lado, estaban los sectores más radicales, y por otro, el resto del partido, que abogaba por consolidar el dominio de las clases medias y los propietarios.
  • Política Económica Fallida: Una segunda causa fue el fracaso de su política económica. Aunque amplió la desamortización en beneficio de los propietarios, el gran problema de la regencia se debió a la aprobación de un Tratado Librecambista con Inglaterra. Este acuerdo permitía la venta de productos textiles ingleses en España sin ningún obstáculo arancelario.
  • Amenaza a la Industria Textil Catalana: La industria textil catalana, partidaria de un arancel proteccionista, se vio gravemente amenazada por el tratado librecambista. Esto resultó en un nuevo levantamiento o insurrección en Barcelona, protagonizado por las clases populares y la burguesía.
  • Autoritarismo y Represión: Para sofocar la insurrección en Barcelona, Espartero ordenó el bombardeo de la ciudad. Esta acción, junto con su talante autoritario, personalista y militarista, convenció a los moderados y a algunos progresistas de la necesidad de su caída.

El Fin de la Regencia y el Ascenso Moderado

Las sublevaciones militares fueron una constante desde el inicio de su regencia, tanto por parte del círculo de María Cristina como de los sectores más radicales, con figuras como O’Donnell, Narváez y Diego de León liderando pronunciamientos militares.

La insurrección generalizada contra el general Espartero fue inicialmente dirigida por miembros del partido progresista en defensa de la Constitución, pero triunfó con el apoyo moderado cuando el ejército, dirigido por Narváez, se unió a los insurrectos.

Tras el triunfo de la sublevación, las divisiones dentro del partido progresista precipitaron los acontecimientos en su contra. Los diputados y senadores votaron la mayoría de edad de Isabel II, quien fue proclamada reina.

Los dirigentes moderados habían logrado posicionarse en el entorno de la joven reina, a quien consideraban controlable debido a su juventud y escasa formación política. El general Narváez se consolidó como el hombre fuerte del momento.

Consecuencias y el Inicio de la Década Moderada

Narváez desencadenó rápidamente un acelerado proceso de reacción: cerró periódicos, realizó detenciones, sustituyó a los principales mandos progresistas por hombres de su confianza y reprimió una nueva insurrección en Barcelona. En 1844, se convirtió en jefe de Gobierno, marcando el inicio de un periodo en el que la reina tomó partido de manera evidente por los moderados, negándose a convocar a los progresistas al gobierno y rompiendo así con el equilibrio institucional.

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