Reformas Borbónicas y Legado de los Austrias en España: Siglos XVI-XVIII

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Los Decretos de Nueva Planta y el Centralismo Borbónico

Al comienzo del texto, cuando se menciona la rebelión de Aragón y Valencia, se hace referencia a la Guerra de Sucesión, un conflicto en el que Valencia y Aragón se rebelaron contra Felipe V y apoyaron a Francia. A continuación, cuando se habla del juramento de fidelidad, se alude al sistema pactista de Aragón, donde el rey juraba fidelidad a los súbditos y viceversa. Se evidencia que los reinos de la Corona de Aragón faltaron a ese juramento al rebelarse.

Posteriormente, la mención de las leyes se refiere a la monarquía absoluta del rey, especialmente a su capacidad de imponer y derogar leyes a su voluntad.

Finalmente, se indica que se eliminarán los fueros y privilegios de Aragón y Valencia, y que las leyes e instituciones serán las mismas que en Castilla, debido a su lealtad a Felipe V.

Carlos I y su Herencia: El Inicio de la Dinastía Habsburgo

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (1500-1558) ascendió al trono en 1516 tras la muerte de su abuelo, Fernando el Católico, dando inicio a la dinastía Habsburgo en España. Aunque su madre, Juana "la Loca", era la heredera legítima, él asumió el poder. Carlos heredó vastos territorios:

  • Por parte de su madre: la Corona de Castilla (incluyendo América y el norte de África) y la Corona de Aragón (con los territorios italianos).
  • Por parte de su padre: los dominios de los Habsburgo en Flandes, Alemania, Austria y el norte de Italia, junto con la posibilidad de obtener el título imperial.

En 1519, fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V, consolidando un vasto imperio con aspiraciones universales. Su política se centró en defender los intereses de los Habsburgo y de la cristiandad, lo que implicó constantes conflictos europeos. Pasó gran parte de su reinado fuera de España debido a su rol imperial, residiendo solo 17 años en tierras españolas. Finalmente, se retiró al Monasterio de Yuste, donde murió en 1558. Su reinado marcó el inicio de los problemas de la monarquía hispánica ligados a los conflictos europeos.

Política Interior de Carlos I

Carlos I llegó a Castilla en 1517 con una corte extranjera, compuesta por flamencos y alemanes, lo que generó desconfianza por su desconocimiento del idioma y las costumbres locales. Convocó Cortes en Castilla y en los reinos de Aragón, mientras preparaba su acceso al título imperial. Tras su marcha a Europa, estallaron las revueltas de las Germanías y las Comunidades, motivadas por:

  • Los altos costos de financiar sus ambiciones imperiales, sostenidos por los impuestos castellanos y el oro americano.
  • La designación de extranjeros en cargos clave, como Adriano de Utrecht como gobernador y otros en puestos importantes.

Las Comunidades

La revuelta de las Comunidades fue liderada por la pequeña y mediana burguesía de ciudades como Ávila, Toro, Toledo y Segovia, con apoyo parcial de la iglesia y la nobleza. Los comuneros formaron un gobierno alternativo y ofrecieron la corona a Juana "la Loca". Sus demandas incluían:

  • Protección de la industria nacional.
  • Prohibición de exportar metales preciosos a Europa.
  • Defensa frente a la competencia extranjera.
  • Respeto a las leyes del reino.

El emperador, respaldado por la alta nobleza, derrotó a los rebeldes en la batalla de Villalar (1521), ejecutando a sus líderes (Padilla, Maldonado y Bravo). Tras la derrota comunera, la monarquía consolidó su autoridad, subordinando las Cortes castellanas y ejerciendo un control autoritario, especialmente en materia fiscal.

Las Germanías

Las Germanías fueron revueltas antiseñoriales que tuvieron lugar en Valencia y Mallorca, impulsadas por artesanos, campesinos pobres y el bajo clero. Estas revueltas fueron causadas por varios factores:

  • El malestar por la ausencia del rey, que no juró los fueros.
  • La corrupción en las autoridades locales.
  • Escasez de trigo, hambrunas y peste negra.
  • La inseguridad debido a la piratería.

El movimiento fue sofocado dos años después de las Comunidades, con la derrota de los agermanados por los señores y las tropas reales. Sus líderes fueron severamente castigados. Germana de Foix fue nombrada virreina de Valencia y lideró una represión que duró hasta 1528, cuando se estableció una paz general. A pesar de estos levantamientos, Carlos V encontró en la Península una sólida base para su gobierno.

Felipe II: El Rey Burócrata y la Consolidación del Imperio

Felipe II, conocido como el "Rey de los Papeles", nació en Valladolid en 1527. Hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal, asumió el trono tras la abdicación de su padre en 1556 y reinó hasta 1598. A diferencia de su padre, Felipe II no fue un jefe militar en campaña continua, sino un burócrata que trató de controlar hasta los menores detalles de la administración. Heredó de su padre los principales objetivos de su política: el predominio en Europa (mantenimiento de la herencia patrimonial) y la defensa del catolicismo. Con Felipe II, la monarquía española alcanzó su apogeo, aunque también se ganó enemigos. Contra su padre y contra él mismo se difundieron en toda Europa escritos denigratorios que contribuyeron a crear lo que se conoció como la "leyenda negra".

Anexión de Portugal

La muerte del rey Sebastián dejó sin sucesión al reino portugués. Felipe II, como hijo de la princesa Isabel de Portugal y nieto del rey Manuel I el Afortunado, hizo valer sus opciones. Para alcanzar el trono, se hizo con el apoyo de la clase dirigente portuguesa, prometiendo respetar la autonomía del reino y garantizar la protección del comercio portugués, además del triunfo militar. Las Cortes de Tomar (Portugal, 1581) reconocieron a Felipe II como soberano de Portugal. La unión con Portugal implicaba el control de su gran imperio marítimo y marcó el giro en la nueva base de operaciones contra los holandeses y los ingleses.

Política Exterior de Felipe II: Defensa del Catolicismo y Hegemonía

Con Felipe II, la monarquía española alcanzó su máximo poder, pero también generó numerosos enemigos. Su política exterior siguió los mismos principios que la de su padre, centrados en defender los intereses dinásticos de la casa de Austria y los valores religiosos del catolicismo.

Lucha contra el Islam

En cuanto a la lucha contra el Islam, se destacaron varios eventos como el asedio de Malta, la conquista de Chipre y la expulsión del soberano de Túnez. Esto llevó a la formación de la Liga Santa, una alianza naval entre Venecia y España, dirigida por Don Juan de Austria y apoyada por el Papa Pío V. La batalla de Lepanto (1571) resultó en una victoria cristiana, aunque no tuvo grandes repercusiones. La amenaza islámica en el Mediterráneo occidental disminuyó solo hacia finales del siglo XVI.

La Guerra de Flandes (1568-1648)

La Guerra de Flandes fue un conflicto prolongado por el empeño de Felipe II y sus sucesores en mantener la soberanía de los Países Bajos bajo la casa de Austria. Esta guerra tuvo causas políticas, religiosas y económicas:

  • Políticas: La resistencia de la población a ser gobernada por un monarca distante y autoritario.
  • Religiosas: La aceptación del calvinismo en las provincias del norte.
  • Económicas: La prosperidad regional gracias al comercio e industria, y los amotinamientos por impagos a los soldados.

El conflicto comenzó en 1566 debido a la represión contra los calvinistas y el autoritarismo de Felipe II, con disturbios y pillajes. Fernando Álvarez de Toledo, el duque de Alba, fue enviado para sofocar la rebelión y estableció el Tribunal de los Tumultos, ejecutando a más de mil personas, tanto católicos como protestantes. Guillermo de Orange, líder calvinista, se alió con príncipes protestantes de Alemania, Inglaterra y Francia, iniciando un conflicto armado. En 1576, en medio de la crisis económica española, se firmó el Acuerdo de 1579, dividiendo los Países Bajos en dos regiones: la Unión de Arras (católica) y la Unión de Utrecht (protestante). Aunque Felipe II nombró a su hija Isabel Clara Eugenia como gobernadora, los Países Bajos regresaron a la corona española en el siglo XVII, al no tener descendencia.

Guerra con Inglaterra

Durante los primeros años del reinado de Felipe II, España mantuvo una alianza con Inglaterra, pero esta cambió en 1568 cuando los corsarios ingleses empezaron a interferir en el comercio entre España y América. En 1587, el vicealmirante británico Francis Drake atacó la bahía de Cádiz, quemando naves españolas y siendo apoyado por las autoridades inglesas, mientras que Isabel I de Inglaterra también mostró apoyo a los rebeldes holandeses.

Para asegurar su dominio en Flandes, Felipe II envió en 1588 la Armada Invencible, una flota de 130 buques, la más grande de la época. Sin embargo, la distancia de sus bases, la agilidad de la flota inglesa y las tormentas causaron el fracaso de la expedición. Aunque la derrota fue principalmente psicológica y política, ya que no dañó significativamente el poder militar de España, Inglaterra comenzó a emerger como una potencia internacional.

La Guerra de Sucesión: Borbones contra Austrias

Desde el último cuarto del siglo XVII, España se consideraba una potencia en declive, pero con uno de los mayores imperios coloniales del mundo. La lucha por la hegemonía continental se trasladó a Francia y al Imperio Austriaco, mientras Inglaterra y los Países Bajos abogaban por una política de equilibrio continental. En este contexto, la falta de un heredero indiscutible a la Corona de España (debido a la incapacidad de Carlos II de tener hijos) convirtió la sucesión al trono español en una cuestión internacional. Los candidatos eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, y el Archiduque Carlos, hijo del Emperador de Alemania. Carlos II nombró heredero a Felipe de Anjou con la esperanza de recibir ayuda francesa para evitar un reparto del Imperio español: “no permitir el más pequeño desmembramiento ni disminución de la monarquía establecida por mis antepasados para su mayor gloria”.

El nombramiento del nuevo rey provocó un conflicto internacional y una guerra civil. Tras ser coronado rey como Felipe V (Borbón) y jurado ante las Cortes castellanas, de Aragón y Cataluña, se formó la Gran Alianza, que apoyaba al archiduque Carlos como rey de España. El conflicto internacional, conocido como la Guerra de Sucesión (1702-1714), terminó convirtiéndose en una guerra civil entre los partidarios de Felipe V (Castilla) y los del archiduque Carlos (Corona de Aragón). En realidad, esta guerra no hizo más que aflorar las contradicciones internas de la monarquía española.

Tratados de Utrecht y Rastadt: Consecuencias Territoriales

La firma de los tratados de Utrecht y Rastadt supuso el final de la guerra y un nuevo mapa europeo caracterizado por:

  • La imposición del equilibrio de potencias en las relaciones internacionales.
  • El reconocimiento de Felipe V como rey a cambio de su renuncia al trono francés.
  • Territorios cedidos por España:
    • Flandes y territorios italianos (Milán, Nápoles y Cerdeña) pasan al Imperio Austriaco.
    • Gibraltar y Menorca son cedidas a Inglaterra.
    • La colonia de Sacramento es cedida a Portugal.
  • Derechos comerciales: Inglaterra recibe derechos comerciales con América, a través del derecho de “asiento de negros” y el denominado “Navío de permiso”.
  • Cambios en el interior de España: En el interior, los reinos que se habían opuesto a Felipe V perderán sus leyes particulares en aras del centralismo borbónico (a través de los Decretos de Nueva Planta).

El Despotismo Ilustrado: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo"

La frase "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" resume la filosofía del Despotismo Ilustrado, una forma de gobierno que buscaba modernizar el país mediante reformas impulsadas desde arriba, sin contar con la participación popular.

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