Reformas Borbónicas e Ilustración en España
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¿Qué es el regalismo?
El regalismo es una política de control del gobierno llevada a cabo por los reyes Borbones (Felipe V y Carlos III). En este periodo, la corona asume nuevos y mayores poderes y controla a la Iglesia. El poder absoluto se traslada a la iglesia, siendo el rey quien nombra a los obispos. Esta política se utiliza sobre todo durante el despotismo ilustrado en España durante el siglo XVIII.
Creación de las Nuevas Poblaciones
Pablo de Olavide, responsable del Gobierno en Andalucía, estaba preocupado por la zona sur de España. Esta era muy pobre y con poca población, por lo que decidió corregir este fallo trayendo colonos de todas partes, incluso extranjeros (alemanes y holandeses).
Estos colonos poblaron los sitios deshabitados. Además, se les proporcionó una casa y tierras para que pudieran trabajarlas y vivir en esos sitios. Las nuevas poblaciones se centraron en torno a 3 nuevos centros: La Carolina, La Carlota y la Luisiana, ciudades que se reformaron totalmente gracias a la intervención de Pablo de Olavide para hacer crecer el sur de España.
También, su intención era mejorar la comunicación de estos lugares y hacer los caminos menos peligrosos, ya que había bandoleros.
¿En qué consistía la propiedad de las manos muertas?
La propiedad de las manos muertas eran los bienes y tierras pertenecientes a la Iglesia Católica y órdenes religiosas que estaban bajo la protección de la monarquía hispánica. Según los religiosos, esos bienes y tierras le pertenecían a Dios, por lo que no era posible cultivar ni trabajar en ellas.
Estaban regidas por la ley del mayorazgo, en la que el propietario era el mayor de los hijos y no se podían ni vender ni dividir. Además, si se intentaban trabajar las consecuencias eran graves.
Con la llegada de la Ilustración se intentó cambiar esto desamortizándolas, aunque a veces no se completaban con éxito debido a la oposición de los nobles o de la Iglesia, que se unían entre ellos para rechazar la orden impuesta por el rey.
¿Qué eran las Reales Fábricas?
Las Reales Fábricas eran factorías fomentadas por Carlos III, quien se inspiró en el modelo francés. Tenían como objetivo proporcionar productos de calidad para los palacios reales y para los clientes ricos de la propia Península y de América. También querían contribuir para mejorar y fomentar el sector industrial en España.
Era la propia Corona quien se encargaba de la gestión, de contratar a los mejores artesanos (aunque fueran extranjeros), financiaba las empresas, etc. Ejemplos: la Real Fábrica de Tapices, Real Fábrica de vidrios de la Granja, etc.
Sin embargo, la idea no fue muy efectiva, ya que costaban muchísimo y obtuvieron muchísimas pérdidas. La Corona, para darle un impulso e intentar que mejorase, rompió los gremios que impedían la libertad de trabajo y paralizaban la industria e hizo que se protegieran estas fábricas.
El Patronato oficial se centró en especial en Castilla y Andalucía, regiones que estaban muy afectadas por el parón del siglo XVII.
¿Qué son las Sociedades Económicas de Amigos del País?
Las Sociedades Económicas de Amigos del País eran asociaciones surgidas en la segunda mitad del siglo XVIII en España. Tenían como función difundir las nuevas ideas y conocimientos científicos y técnicos de la Ilustración.
Estas asociaciones consideraban que lo primordial era frenar el déficit crónico y la balanza de pagos y reanimar la demanda local. El propio mercado nacional debía impulsar su recuperación, elevando las importaciones de los gravámenes y liberando de trabas internas el movimiento de mercancías, iniciando así una política económica proteccionista.
Para afrontar los gastos, España ejerció de banquero, aunque su actividad no solucionó muchos de los problemas con la Hacienda Pública.
El Motín de Esquilache
El Motín de Esquilache fue una revuelta del pueblo español contra las políticas ilustradas que estaba llevando a cabo Carlos III. Se llama “de Esquilache” porque fue contra las medidas llevadas a cabo por él.
El empuje más importante de todas las reformas fue el marqués de Esquilache, cuyas medidas progresistas asustaron a los grupos privilegiados, listos para aprovecharse de los pobres.
Un decreto en 1766 que tenía como proyecto mejorar la imagen de Madrid y de sus habitantes, acabó como un tumulto y con el monarca cediendo. Con ese ejemplo, toda España fue un puro motín alimentado por el hambre y con el rechazo total de la Ilustración.
La medida que colmó el ánimo de los españoles fue la prohibición de vestir con capa larga y sombrero de ala ancha. Esquilache quería imponer la moda italiana de capa corta y sombrero de tres picos para evitar la delincuencia callejera. Pero Carlos III, viendo que el pueblo español no estaba de acuerdo, tuvo que deponer a los ministros italianos.