Reformas Borbónicas y Conflictos Internacionales en el Siglo XVIII Español

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Política Exterior Borbónica: Los Pactos de Familia

La política exterior de Felipe V se condiciona por compensar las consecuencias negativas del Tratado de Utrecht y acomodar a los hijos de su segunda esposa en alguno de los reinos de la península itálica. Tras el fracaso de Felipe V en llegar a algún acuerdo con los británicos por Gibraltar, las ambiciones del príncipe Carlos sobre Italia provocan la confrontación de la Cuádruple Alianza que derrota a España y la hace firmar la Paz de La Haya, por la que Carlos y su hermano se tendrían que conformar con principados y los austriacos con Sicilia por Cerdeña. Tras un acercamiento a Austria, España busca la alianza con Francia mediante una serie de acuerdos llamados los Pactos de Familia. El primero implicó a España en la Guerra de Sucesión Polaca y le permitió a Carlos convertirse en el rey de las Dos Sicilias. El segundo Pacto de Familia terminó entregando el ducado de Parma a Felipe, el segundo hijo de Isabel de Farnesio. Durante el reinado de Fernando VI se interrumpieron los enfrentamientos bélicos. El marqués de Ensenada reforzó la Armada mientras que José Carvajal mantuvo la paz con Inglaterra. Tras la llegada al trono de Carlos III, el tercer Pacto de Familia vuelve a alinear a España con Francia contra Inglaterra en la Guerra de los Siete Años, con la que se intenta frenar la expansión británica en América. Como resultado, La Habana y Manila fueron conquistadas por los ingleses y en el Tratado de París se cambiaron por Florida, que pasó a manos del Reino Unido. En la Guerra de Independencia Norteamericana, España intenta buscar su revancha. El apoyo de los franceses y los españoles fue muy importante dentro de dicha guerra y dio la oportunidad de recuperar Florida y Menorca, pero fracasaron en Gibraltar.

El Motín de Esquilache

El Motín de Esquilache fue un levantamiento popular durante el reinado de Carlos III en 1766. Su nombre alude al marqués de Esquilache, convertido en primer ministro del rey, contra el cual se rebeló una gran fuerza política y social. Esquilache era el ejecutor de la política reformista de Carlos III que trataba de reforzar el poder ejecutivo, para hacer más eficaz la administración y la recaudación de los impuestos. Gran parte de la nobleza que veía que su influencia en la corte cada vez era menor rechazó a Esquilache. El desencadenante de la protesta fue una orden que prohibía las capas y los sombreros, ya que según ellos ocultaban a los hombres y favorecían a la delincuencia. Después de 3 días de protestas en Madrid, el rey sustituyó a Esquilache por el conde de Aranda y pidió perdón a los manifestantes. Algunos historiadores piensan que este hecho supuso un giro en el reinado de Carlos III. Otros historiadores piensan que las líneas del gobierno no se alteraron. Al año siguiente de los hechos, Aranda dio un golpe de autoridad expulsando a los jesuitas y Carlos III siguió apostando por el reforzamiento de la administración centralizada, sobre todo cuando la guerra contra Inglaterra hizo necesario el aumento de las recaudaciones de impuestos.

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