Referencias Artísticas y Literarias en 'El Cuarto de Atrás'

Enviado por Chuletator online y clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 10,57 KB

Referencias Artísticas y Literarias en la Novela

Enumera las referencias artístico-literarias que encuentres en la novela. En la novela podemos encontrar diversas referencias artístico-literarias:

  • Grabado “Conferencia de Lutero con el diablo”.
  • Autores como Rubén Darío, Machado, Cervantes, Todorov.
  • Referencias a figuras como Don Quijote, Santa Teresa, Erasmo de Rotterdam.
  • Referencia a “El hombre delgado” y al “El elogio de la locura”.
  • Referencia al cuento popular de “Pulgarcito”.
  • Alusión a los cancioneros galaico-portugueses, a los poemas románticos y a la novela rosa.
  • Alusión a la literatura oral así como al refrán popular.
  • Referencia a personajes del espectáculo y del cómic.
  • Referencia a la revista Crónica y a la revista Triunfo.
  • Alusión al cuadro “El mundo al revés”, a la novela de caballerías y a los cuentos de hadas.
  • Por último, vemos la alusión que hace a sus propias novelas como son: Ritmo lento, Entre visillos, Usos amorosos de la posguerra, El Balneario y Ritmo Latino.

El Cuarto de Atrás: Espacio Simbólico

En su origen, “El cuarto de atrás” es un espacio físico; se trata de la habitación de juegos de la niñez de la narradora, donde las reglas eran las marcadas por la libertad, el caos, la fantasía y la diversión. Allí nada estaba prohibido, por lo que se podía gritar, cambiar los muebles de sitio o saltar encima del sofá. Sin embargo, cuando la necesidad durante la guerra hace que esta sala se convierta en despensa, ese espacio lúdico desaparece (hay que "amortizar" la habitación). Este paso de lo lúdico a lo útil, de lo ideal a lo real, representa el paso sin transición de la infancia a la madurez. El cuarto de atrás es, desde ese momento, el paraíso perdido de la autora. Con el tiempo, este espacio se vuelve simbólico y representa el refugio en el que la autora se aísla de la realidad cuando las circunstancias la sobrepasan, junto con la pérdida de la infancia.

La memoria del tiempo que ha transcurrido se esconde en el cuarto de atrás y sólo es azar que los recuerdos que busca la autora se encuentren. Mediante la literatura utilizada por Carmen, unos recuerdos llevan a otros y se va formando una imagen del pasado. Por tanto, el cuarto de atrás tiene gran importancia y da nombre al libro porque es el lugar donde habitan en silencio los secretos y recuerdos que constituyen la historia personal de la narradora y protagonista de la obra.

Alusiones al Título

En nuestra novela, se hacen alusiones al título con hasta cuatro lugares distintos:

  • El dormitorio que está en el apartamento madrileño de la calle Doctor Esquerdo. Es donde Carmen tiene la cama, en la cual intenta conciliar el sueño al comienzo de la novela. Además, representa el lugar donde no puede entrar el hombre de negro.
  • El cuarto de juegos que era compartido con su hermana en la casa familiar de Salamanca. Fue el reino de la libertad y de la imaginación durante la infancia.
  • El cuarto de la casa de Cáceres donde vivieron sus padres. Esta habitación simboliza el legado transmitido por su madre. La autora no llegó a entrar en él. Comparte con su cuarto de juegos un mismo mueble: un viejo aparador que representa la permanencia a través del paso del tiempo, lo cual une la vida de aquellas dos mujeres y pone en común sus propios espacios reservados.
  • El espacio interior que ocupa el mundo evocado (recordado) de su infancia y juventud y el refugio en el que busca protección ante la vida. Es el “desván del cerebro”, en otras palabras, el subconsciente.

El Interlocutor en la Obra

La importancia del interlocutor en la obra radica en que es el que escucha todo lo que la protagonista dice, dándole conversación para que ella pueda seguir con su hilo de pensamiento y pueda construir la memoria que tanto desea de manera natural. La aportación del interlocutor consigue que los espacios, los objetos y los lugares cotidianos se transformen al ser vistos por alguien externo, consiguiendo así ser literarios. Es necesario este contrapunto, que se consigue a través de un cambio de perspectiva que aporte una mirada curiosa y sin prejuicios. Esto se podría llegar a considerar como otra especie de espejo donde la narradora se observa a ella misma.

En esta novela, el interlocutor es el hombre de negro, que aparece en el segundo capítulo por primera vez. Es un pretexto para que la autora-narradora-protagonista deje libre su fantasía y al mismo tiempo se convierta en parte activa de la narración. Su función es desordenar la memoria de la protagonista para que los recuerdos vayan apareciendo caóticamente y así trasladarla a ese cuarto de atrás que todos llevamos dentro y que queremos ordenar.

Etapas Marcadas por la Figura del Dictador

Podemos distinguir tres etapas marcadas por la figura del dictador:

  • Infancia - Antes de Franco (Segunda República, Guerra Civil): es la época del juego y de una niñez intacta. La infancia queda ubicada en el cuarto de atrás salmantino. Para la autora, este tiempo comprende la época anterior a la Guerra Civil y la batalla.
  • Adolescencia, juventud y primera madurez - Con Franco (Dictadura: Postguerra y décadas siguientes): desaparecen el espacio lúdico del cuarto de atrás y los juguetes. Es la época dominada por el frío y el miedo. Surge la ficción como refugio de la realidad: primero la isla de Bergai y, con el tiempo, la literatura son los castillos que toma/usa como fortín contra la realidad.
  • Segunda madurez - Después de Franco (democracia): amanece una nueva época y aparece la necesidad de buscar el tiempo perdido para entender mejor su vida. Lo que en la novela se reduce a una noche de duermevela, en la vida real son dos años y cinco meses los que la autora emplea en escribir la obra (desde noviembre de 1975 hasta abril de 1978).

La Metanovela

Una metanovela es aquella novela que no solo nos cuenta una historia, sino que además habla de su propio proceso de creación. Consiste en hablar de la novela dentro de la propia novela. El texto concreta su propia elaboración a través de esos pensamientos de la protagonista que se irán acumulando durante la noche al tiempo que los folios acumulados bajo el sombrero van creciendo hasta finalizar al día siguiente con un importante número de páginas que llevarán como título “El cuarto de atrás”.

Protagonista: Carmen

Revela su identidad progresivamente. Primero mediante la letra “C”, luego a través de diversos datos o recuerdos. La duda se despeja cuando cita sus apellidos, algo que solo ocurre una vez. Se caracteriza por la necesidad de fugarse de la realidad que la rodea y que explica su refugio en la literatura, donde se puede llegar a cuestionar tanto su propia persona como la vida en la que está. En la novela, en la que cita algunas de sus obras (Entre visillos, Ritmo Lento, artículo de Concha Piquer), se aprecia su crisis creativa causada por el miedo a salirse del camino establecido. La superación de este miedo hace que tome fuerza para poder escribir la novela siguiendo su naturaleza conocedora de sus temores. En definitiva, usa la literatura para vivir una vida que en realidad no ha vivido. La autora no juzga a los recuerdos desde el momento actual, ni da respuestas comunes de otras maneras de pensamiento, sino que ella reflexiona desde su experiencia personal, provocando la originalidad propia de sus observaciones. Por otro lado, rechaza los trabajos domésticos tradicionalmente asignados a la mujer y renuncia a la obligación social de ser siempre perfecta. Muestra profundo afecto por su hija, sintiendo una preocupación continua por ella. Por último, destacamos el desdoblamiento de la protagonista, tal y como se descubre en el diálogo interior que mantiene en la cocina al comienzo del capítulo tres con su yo del pasado reflejado en el espejo, que le recrimina las labores domésticas que continúa desempeñando en su edad madura y motiva una réplica serena.

El Hombre de Negro: Alejandro

Aparece en el segundo capítulo por primera vez. Este personaje representa la figura del interlocutor idealizado, quien gracias al diálogo ayuda a la narradora-protagonista a construir la memoria que con tanto deseo busca. Verdaderamente es un hombre misterioso del cual no sabemos el contexto del por qué está ahí y por qué la autora le permite la entrada a su casa. Es característico de él vestir con un sombrero negro, el cual se convierte en un símbolo importante a lo largo de la novela. Además, este personaje muestra un gran interés por Carmen, la cual lo idealiza mientras que la mujer que le llamó para hablarle de él (Carola) lo describe como alguien agresivo y de carácter reservado. Es el personaje más complejo, como prueban las distintas interpretaciones de su figura: desdoblamiento de la narradora (en consonancia con ese juego de espejos por el que Carmen siente predilección, como se aprecia en la primera cita con la que se abre la novela, tomada de Lewis Carroll); especie de demiurgo (como divinidad creadora que provoca que salgan a la luz los pensamientos ocultos de la narradora); diablo (por la atmósfera inquietante, la conexión con lo prohibido, con la noche, con la fuga, con los conjuros o con “el grabado de Lutero”); el personaje del primer relato que escribe con su mejor amiga de la infancia, que representa el amor anhelado y que se presenta ahora físicamente, de ahí la atracción física que siente durante la noche. También ha sido comparado con el papel de la musa (como figura inspiradora), del psicólogo, del periodista o crítico literario (“entrevistador”), del mago o ilusionista (“prestidigitador”, “tramoyista”) y del propio lector.

La Mujer del Teléfono: Carola

La compañera sentimental de Alejandro se presenta (no aparece físicamente) en el capítulo quinto. A través de Carola conocemos el carácter de Alejandro, un “machista” y un “Barba azul” que guarda celosamente sus secretos y no tiene reparos en maltratarla si esta le desobedece. Este personaje puede interpretarse como alter ego de la protagonista ya que, frente a esta, Carola se atreve a vivir el amor con toda su intensidad y a pesar del dolor que ello supone. Es posible relacionar la intensidad de esta con su procedencia sureña, a diferencia de la serenidad que suele caracterizar el temperamento del norte, donde ha nacido y vivido C.

Entradas relacionadas: