Redes Sociales de Apoyo: Construyendo Comunidades y Potenciando el Bienestar

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Redes Sociales de Apoyo: entretejido formado por relaciones sociales en diferentes ámbitos de vida y con diferentes grados de significatividad, que vincula a un sujeto con otro. Se configura como un proceso permanente de construcción individual y colectiva y sus efectos sobre la salud y el bienestar de las personas. Las relaciones son puntos que conectan entre sí e interacciones fuertes. Características estructurales: - Tamaño: número de personas que componen la red social. - Composición: tipo de personas que las componen. - Densidad: flujos y relaciones que se intercambian, puede ser positiva o negativa, puede ejercer control sobre la persona, puede tener apoyo. Al ser densa, hay mucha homogeneidad (falta de conocimiento). - Dispersión: se refiere al espacio, mantenimiento de amistades fuera del lugar, niveles de relación en términos de tiempo y espacio. Características interaccionales: - Multiplicidad: número de relaciones que puede intercambiar con una persona y que sirven para más de una función e incluyen más de una actividad (por ejemplo, mi hermano es mi amigo y también es informático). - Contenido transaccional: intercambio de ayuda material, emocional e instrumental entre personas y miembros de la red (por ejemplo, lo que tiene que ver con dinero, amor, afecto, dejar apuntes, informar de becas). - Direccionalidad: tiene que ver con la reciprocidad, por ejemplo, el apoyo dado también es recibido. - Duración: tiempo que nos dura la red. - Intensidad: cómo la persona siente el vínculo con otra (emocional, material, instrumental). - Frecuencia: posibilidad/frecuencia con la que la persona mantiene contacto con otra. Pregunta: Un salto: no podemos seguir arrastrándonos, alimentándonos de modelos teórico-prácticos que se han erosionado, referentes que han perdido validez y consistencia. Un salto porque desde el compromiso que nos impone nuestra profesión tenemos que explorar, crear respuestas novedosas con necesidades y problemas. Con red: porque el universo relacional de personas con las que trabajamos es un aspecto clave en su desarrollo, porque es fuente de recursos, proporciona apoyos. Porque solo es capaz de materializar y generar comunidad real, alejada de etéreos y engañosos espejismos. A la comunidad: porque el Trabajo Social no empieza y acaba, solo tiene sentido en su función de facilitador y capacitador de colectividades, porque solo de ella pueden emerger respuestas, ella es protagonista, porque es urgente asumir que nuestra competencia es la comunidad y que nuestra identidad profesional viene tramitada y legitimada por esta. Tener en cuenta lo comunitario es ser más ecológico. Si cambiamos nuestros parámetros y esquemas, descubriremos los beneficios de desterrar la división del trabajo en individual, grupal y comunitario. Crearemos itinerarios de respuesta o ayuda en comunidad, buscando que los agentes comunitarios tengan un rol activo y protagonista, siendo las relaciones el tejido que da cuerpo y hace consistente las acciones. Referentes teóricos y conceptuales para la acción: los referentes nos deben dar seguridad, ya que los caminos por los que discurre nuestra acción están trazados, nos conducen donde queremos ir. El modelo teórico no nos garantiza intervenciones exitosas, pero nos ayuda a pensar sobre lo que hacemos, explicar fallos, maniobrar y aprender e incorporar nuestro bagaje práctico en futuras acciones. Toda acción no sustentada en un modelo teórico metodológico corre el riesgo de derivar en una práctica más cercana a la pura y dura gestión (intervención). Los referentes son precisos como una guía, nos ayudan a no perdernos, a percibir, organizar y ordenar la realidad, a darle significado y plantear acciones transformadoras. La imaginación puede ser la mejor aliada del Trabajo Social, porque una forma de crear relaciones es empezar imaginándolas. Según el modelo teórico que orienta nuestra acción, será diferente nuestra concepción del objeto de trabajo, acción... El modelo se fundamenta en principios y aportaciones de la perspectiva ecológica y de la intervención con redes, configurados por sistemas de apoyo social comunitario. Si algo requiere es posicionamiento del profesional, que debe renunciar a ser el que tiene el saber y transferir ese poder a la comunidad para aprender de ella. Perspectiva Ecológica: su novedad radica en la aplicación que de sus postulados podemos hacer en nuestra realidad de trabajo. Sus aportaciones son producto de antiguos y muchos esfuerzos para elaborar modelos que sitúan al sujeto en relación dialéctica con su contexto y que lo integran en una red de relaciones interpersonales sin la cual no se puede dar cuenta de su conducta, actitudes y valores. La principal aportación se basa en la interacción que se establece entre el individuo y el ambiente, se establece una relación permanente de ajuste, adaptación mutua y acomodación, a partir de la cual es posible el desarrollo de ambos. Sus bases teóricas se nos revelan en una sociedad en la que la mayor parte de los problemas tienen que ver con la relación conflictiva entre individuo y ambiente, estilos de vida y cambios sociales sucedidos han potenciado la distorsión de relaciones interpersonales, desintegración de lazos sociales y ruptura de redes naturales de ayuda. Los factores ambientales moldean el desarrollo y comportamiento humano, tienden a hacerse congruentes con demandas situacionales, el medio en el que viven las personas las condiciona, no determina. Es muy clarificadora la definición de Urie Bronfenbrenner: desarrollo humano es el proceso en el que la persona adquiere una concepción más amplia, diferenciada y válida del ambiente, capaz de ajustarse y participar en el mantenimiento y reestructuración en diferentes niveles de complejidad. Se da un ambiente como interconexión que se da en entornos en los que interactuamos e influencias externas que emanan de entornos más amplios. Es importante para definir los Niveles configuradores del ambiente: Macrosistema: patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona experimenta en un entorno con características físicas y materiales, su número y complejidad crece con el desarrollo evolutivo. Amenazas: un abanico restringido de actividades puede comportar riesgo en el desarrollo, falta de reciprocidad puede reducir participación o incrementar conductas de impenetrabilidad o evitación de otros. Oportunidades: relaciones duraderas, recíprocas y multifacéticas que enfatizan el juego, el trabajo... Mesosistema: relaciones entre microsistemas en las que las personas participan y experimentan la realidad, tienden a funcionar como redes de apoyo social, su riqueza depende del número de lazos, calidad y diversidad entre microsistemas. Amenazas: un conjunto pobre de mesosistemas produce deterioro en el desarrollo, sobre todo cuando afectan al hogar, la escuela... Oportunidades: cuanto más fuertes, más y diversos son los lazos, el mesosistema es más poderoso y beneficioso para el desarrollo. Exosistema: situaciones que afectan al desarrollo pero en las cuales no tiene papel directo la persona. Amenazas: cuando estas situaciones hacen la vida para el sujeto más dura o difícil. Oportunidades: cuando hacen la vida más fácil de personas significativas para el sujeto. Macrosistema: se refiere a correspondencias, en forma y contenido de anteriores niveles, al nivel de la subcultura o de la cultura junto con cualquier sistema de creencias o ideología que sustente esa correspondencia. Amenazas: cuando patrones ideológicos o acontecimientos sociales disminuyen la capacidad y disposición de las personas para actuar de forma cooperativa y que sirva de apoyo a redes sociales. Oportunidades: existe ideología y conjunto de instituciones que apoyan y fortalecen relaciones sociales saludables. Concluyendo, a partir de esta idea de complementariedad entre individuo y ambiente, se ve que no tienen sentido aquellas acciones que se centran en uno de estos sistemas. Toda intervención debe poner un doble énfasis: a) ambiental: orientado a fortalecer y/o establecer redes de apoyo social. b) individual: orientado a aumentar la competencia personal, permitiendo al individuo afrontar obstáculos ambientales que impiden la consecución de metas. Otra aportación es la que se refiere a las diferentes formas que puede adoptar la ayuda interpersonal, válidas siempre que su objetivo sea proporcional al individuo y sus recursos para desenvolverse en su medio. Red Social: C.E Sluzki: nicho interpersonal que contribuye a su conocimiento como individuo y a su imagen de sí, constituye claves centrales de la experiencia individual de identidad, bienestar, competencias y protagonismo, incluyendo hábitos de cuidado y capacidad de adaptación en crisis o situaciones problemáticas. La red proporciona un marco estructural a partir del cual el apoyo social puede ser accesible, pueden cumplir funciones positivas configurándose en antecedentes y consecuentes para el individuo, efectos que deben ser tenidos en cuenta para movilizar tejido relacional en dirección de potenciar efectos positivos y neutralizar nocivos. Poder efectuar un estudio atento de características estructurales e interaccionales nos permitirá tener acceso a elementos valiosos y claves para descifrar el contenido que tienen las relaciones. La red es un universo colectivo en el que las personas, a través de vínculos, tienen la posibilidad de compartir e intercambiar experiencias vitales y sus lecturas acerca de la realidad, con capacidad de reconvertir lo que antes era una inquietud o problema individual en compartido. Apoyo Social: intercambio real entre individuos a partir de relaciones sociales en el que existe, por parte del proveedor de la ayuda, el objetivo percibido de incrementar el bienestar del receptor. Hacen referencia a interacciones que suponen un sentimiento de conexión y asistencia real. Los vínculos sirven para improvisar competencias adaptativas en el manejo de problemas. Quien más necesita el apoyo es quien más dificultad tiene para acceder a él, por características de sus redes. Será importante plantearse objetivos que contemplen la adquisición de habilidades personales y sociales que ayuden a las personas a relacionarse más, a formular demandas de apoyo, a acceder a fuentes y adoptar conductas para superar obstáculos ambientales o situaciones de crisis. El modelo ecológico de apoyo social aporta una visión según la cual los recursos sociales, conductas de apoyo, valoraciones subjetivas y conductas no son propiedades estáticas de la persona o el entorno, sino que reflejan transacciones dinámicas que tienen lugar entre la persona y su red. El apoyo es el resultado de la interacción de 4 conjuntos de variables que operan en diferentes niveles: a) intrapersonal: modelos internos de representación del sí mismo y de los demás. b) interpersonal: características de las redes en las que las conductas de apoyo y procesos de afrontamiento tienen lugar. c) situacional: sucesos o situaciones a los que los participantes en las relaciones responden. d) macrosocial: posición en la estructura social y pertenencia a un grupo social determinado. El apoyo puede ejercer diferentes funciones que actúan de forma combinada frecuentemente: a) apoyo emocional, b) apoyo informacional o estratégico, c) apoyo material o instrumental. Debemos considerar que diferentes miembros de la red son proveedores de distintos tipos de ayuda. El apoyo social es más fácilmente ofrecido y obtenido cuando es proporcionado en respuesta a sucesos normativos, los que son experimentados por la mayoría de una organización social. Existen diferentes momentos en un acontecimiento difícil, por eso es necesario adecuar el tipo de apoyo ofrecido al momento concreto de ese acontecimiento. Para que el apoyo social sea efectivo, debe ser percibido por la persona receptora. Fuentes de apoyo social a las que podemos acudir cuando necesitamos ayuda: a) red natural: familia, amigos, vecinos. b) organizaciones de ayuda informal: voluntariado, grupos cívicos y solidarios. c) servicios de ayuda formal: servicios y organizaciones profesionalizadas de ayuda. Buscamos fuentes que incrementen nuestros sentimientos de competencia y control. Son estas las que confieren a la persona un sentimiento de compromiso y desde donde aprende y asume normas de reciprocidad y responsabilidad. Los profesionales se sitúan al final de la línea de ayuda y nuestro rol es fundamental pero ilimitado y solo se hace efectivo al articularse con la ayuda que emana de fuentes o sistemas de apoyo. Como trabajadores sociales, estamos llamados a ejercer un rol basado en: a) descubrir recursos naturales ya existentes, b) potenciar la utilización de estos recursos, c) actuar como facilitadores de grupos y colectivos que puedan llegar a asumir funciones de apoyo creando nuevos recursos. El reto es ser capaz de articular y coordinar la multiplicidad de roles de ayuda existente con armonía. Para ser capaces de co-construir itinerario de ayuda, la estrategia que en esta línea de colaboración se pueden ensayar es: a) reforzar apoyo de redes naturales, b) facilitar conexión con colectivos voluntarios, c) potenciar redes de ayuda mutua, d) estimular a personajes clave del entorno para que den apoyo entre los líderes informales para mejora del servicio e identificación de recursos. La ayuda mutua es uno de los recursos informales de apoyo social más importantes en la intervención. Esta modalidad se fundamenta en el mecanismo de solidaridad e intercambio recíproco, representa una visión autogestionada de la ayuda a partir de un enfoque positivo de recurso de lo colectivo frente al enfoque negativo de déficit y patologías. Se trata de una forma de ayuda simétrica superadora de los sistemas formales de ayuda que se sustentan en relaciones jerárquicas y prescriptivas. La evaluación del apoyo social en la comunidad es una labor compleja por tratarse la ayuda interpersonal de un fenómeno dinámico interactivo y que forma parte de la vida cotidiana.

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