Recursos Marinos y Pesca en España: Un Sector Clave
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1. Importancia del Sector
España, con sus 7.000 km de costa, es un país con una larga tradición pesquera. El mar ha sido históricamente una fuente esencial de proteínas animales, especialmente para países con agricultura menos desarrollada. España es el primer país pesquero de la UE (15% del total, con aproximadamente 1 millón de toneladas anuales), aportando el 1,5% del PIB y un importante efecto multiplicador en sectores como armadores, conserveros, transportistas y comercio minorista (pescaderías). Actualmente, la acuicultura, tanto costera como interior (con agua dulce), está en desarrollo, generando impactos positivos en las zonas donde se practica.
2. Factores Humanos: Población Activa y Flota
La población activa pesquera ha disminuido desde los años 70 debido a diversos factores: la crisis del petróleo, la ampliación de las zonas económicas exclusivas de muchos países costeros a 200 millas marinas (desde 1974), lo que redujo las aguas disponibles para la pesca, y la reducción de capturas y abandono de caladeros por motivos ecológicos (prohibición de captura de ciertas especies como ballenas y de ciertas artes de pesca, limitación de arrastres y de la longitud de redes de deriva, etc.). Con la entrada en la UE, se implementó una reconversión para modernizar el sector, resultando en menos tripulantes y el abandono del sector por parte de los jóvenes (en 2006, el 30% de los pescadores tenía más de 45 años). La flota se ha reducido en las últimas décadas (de 18.000 buques en 1997 a 13.000 en la actualidad, la mitad de ellos gallegos). Según la tecnología empleada, existen dos tipos de pesca: la de bajura, practicada en barcos pequeños (80% del total) cerca de la costa, con tecnología tradicional y regresando a puerto a diario; y la de altura, con barcos de mayor tamaño (palangreros, arrastreros, cerqueros) y tecnologías más modernas (cámaras frigoríficas, maquinaria de procesos de transformación, grúas para levantar grandes redes, etc.), que faenan en caladeros lejanos y pueden permanecer en el mar durante meses. La UE fomenta la renovación de la flota pesquera, ya que una parte considerable (25%) tiene más de 40 años, con una edad media de 28 años. Para ello, destina fondos del IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca, regulador de fondos estructurales para la política pesquera común) con el fin de reducir el número de barcos (y, por lo tanto, las capturas), a cambio de una importante ayuda (el 46% de toda la UE) para su modernización.
3. Factores Físicos: Los Caladeros
La costa española se divide en ocho zonas marítimas: Cantábrica, Noroeste (Galicia), Suratlántica, Surmediterránea, Levantina, Tramontana (desde el cabo de la Nao hasta el cabo de Creus), Balear y Canaria. Los caladeros nacionales, con algunas excepciones, son pobres, por lo que España no ha extendido su zona de aprovechamiento exclusivo a 200 millas, sino que, según la ley de 1977 sobre mar territorial, la establece en 12 millas marinas (excepto en Canarias y la zona Suratlántica, con una plataforma más extensa, por ley de 1978). Esta pobreza se debe a la estrechez de la plataforma continental y a la sobrepesca. A esto se suman las pérdidas del caladero Sahariano (a favor de Marruecos) y del Gran Sol, frente a las costas francobritánicas (a favor de la UE, al ampliar sus aguas territoriales a 200 millas). Caladeros Comunitarios: Antes de la entrada de España en la UE, se podía faenar en ellos pagando licencias de pesca, que eran limitadas. Tras un período transitorio de 10 años, España está plenamente integrada en la Europa Azul, respetando la normativa comunitaria pesquera y un sistema de cuotas de capturas por especies. La Política Pesquera Común (PPC) busca rentabilizar y modernizar la pesca, así como proteger el medio ambiente marino, practicando una pesca sostenible. Caladeros no comunitarios: La UE establece tratados con terceros países, que permiten faenar a cambio de dinero o de la creación de empresas mixtas (como en el caso de Marruecos).
4. La Acuicultura
Dados los problemas de sobrepesca, las dificultades ecológicas y los problemas para negociar acuerdos pesqueros en un país tan consumidor de pescado como España (el segundo del mundo después de Japón), se ha recurrido a la acuicultura como alternativa para aumentar la producción pesquera. Actualmente, este tipo de producción representa el 35% de la producción pesquera de España, que ocupa el 11º puesto mundial en este ámbito. Puede realizarse tanto en la costa como en el interior, en agua dulce o salada. Los sistemas de acuicultura pueden ser horizontales (parques de cultivo, bancos cultivados en el interior o en la costa), verticales (suspendidos en el fondo o sobre el agua, bateas, empalizadas) y en jaulas (flotantes o sumergidas). Galicia es la principal productora, seguida de Murcia. Las principales especies cultivadas son dorada, lubina, rodaballo, mejillón, trucha y salmón. Un inconveniente es que las granjas piscícolas, donde se engorda al pescado con pienso, vierten sus desechos al agua, pudiendo deteriorar y alterar el ecosistema costero donde se ubican.
5. Comercialización y Transformación Industrial
El consumo de pescado en España es de unos 40 kg por persona al año (el doble que la media de la UE), de los cuales 35 kg son de pescado fresco, siendo el atún la especie más vendida, seguida de la bacaladilla y la merluza. Los 5 kg restantes corresponden a pescado congelado, ahumado, en salazón o en conserva, industrias que emplean a unas 22.000 personas. El paso siguiente al procesado es la comercialización y distribución, especialmente delicada en el caso del pescado fresco: la clasificación, el transporte, el almacenaje, la preparación y la venta deben realizarse con rapidez. En los demás casos, el proceso es menos complejo. En todos los casos, existe una estricta normativa sobre etiquetado para garantizar la seguridad del consumidor.