Recursos Hídricos Superficiales en España: Ríos y Embalses

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Aguas Superficiales

Ríos

Las aguas superficiales constituyen la fuente de abastecimiento más importante. Una característica destacada es su caudal irregular, que depende de la pluviosidad y la temperatura.

En España, contamos con aproximadamente 70.000 km de ríos. Sin embargo, estos ríos presentan un volumen escaso y un régimen (forma de fluir) muy irregular. Además, reciben un gran volumen de vertidos, lo que provoca que numerosos tramos estén contaminados.

Debemos prestar atención al régimen fluvial, que se caracteriza por varios factores:

  1. Caudal: Cantidad de agua que circula por un río en un punto determinado. Se mide en m³/s. La fórmula para calcularlo es:
    Caudal = A * P * a * v (donde A, P, a y v representan variables específicas).
  2. Irregularidad: Cociente entre el caudal medio anual y los caudales máximo y mínimo.
  3. Crecidas y estiajes: Se miden mediante datos de volumen de agua en relación con fechas, frecuencia y probabilidad.
  4. Variaciones estacionales: Cociente entre el caudal medio mensual y el caudal medio anual.
  5. Materiales de arrastre: Elementos que el río arrastra (sedimentos, derrubios). Se mide en Kg/cm².

Estos factores varían significativamente entre diferentes ríos e incluso entre distintos tramos de un mismo río.

Condiciones de captación:

  • Preferentemente, la captación de agua se realiza aguas arriba. Si esto no es posible, el punto de captación debe estar, al menos, alejado de la población.
  • La toma puede ser de dos tipos:
    • Directa: Mediante un canal sumergido.
    • Indirecta: A través de una galería de infiltración.

Embalses

Definición: Un embalse es un lago artificial que retiene el agua del flujo unidireccional de un río.

Los embalses se utilizan para regular las cuencas hidrográficas y adaptar el caudal de escorrentía a las necesidades de la demanda. En España, sin embalses, solo se aprovecharía el 10% de los recursos hídricos; gracias a ellos, se alcanza el 30%.

Condiciones de captación:

  • Suelen existir tomas a diferentes profundidades.
  • Lo ideal es una toma intermedia, en una zona ni muy cercana a la superficie ni al fondo (aproximadamente a 30-35 metros de profundidad). En la superficie se concentra una gran cantidad de algas, plancton y materiales flotantes (hojas, ramas). En el fondo, el agua presenta poco oxígeno, lodos negros, reacciones de putrefacción y malos olores (sulfuros).
  • Las tomas deben estar alejadas de las orillas.
  • La eutrofización es el principal problema a considerar en un embalse. Varía según la ubicación del embalse. Los embalses en tramos altos de cuencas, con riqueza forestal, estíos suaves y alta renovación del agua, suelen estar en mejores condiciones.

Medidas para corregir la eutrofización:

  • Usar abonos orgánicos en lugar de inorgánicos.
  • Usar detergentes con menor contenido de fosfatos.
  • Eliminar los vertidos de aguas residuales.
  • Emplear alguicidas (como CuSO4).
  • Utilizar organismos depredadores de algas o sustancias tóxicas (controlando cuidadosamente las dosis).
  • Reducir la iluminación de las aguas mediante zonas de sombra, tinción del agua o partículas en suspensión.
  • Realizar la recogida mecánica de algas.
  • Dragar el fondo del embalse.
  • Eliminar el nitrógeno mediante microorganismos.
  • Implementar una regulación hidráulica para modificar las tasas de renovación del agua, controlando y diseñando las salidas de la presa y la demanda de agua. (Concentración de fósforo total)

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