Recursos Energéticos y Materias Primas en la Industria Española: Un Estudio Detallado

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Los Espacios Industriales

La industria es la actividad que transforma las materias primas en productos semielaborados o elaborados aplicando una fuente de energía, es decir, los transforma en productos aptos para el consumo o para ser utilizados en nuevos procesos industriales. En España, esta actividad ocupaba en 2004 al 18,1% de la población activa y aportaba el 15,51% del PIB.

Factores de la Actividad Industrial

Los factores que condicionan la actividad industrial en nuestro país son las materias primas y las fuentes de energía.

Las Materias Primas

El punto de partida del hecho industrial es la materia prima que será transformada aplicándole energía en función de la tecnología disponible y las instalaciones construidas para tal efecto.

Las materias primas, recursos naturales usados en la transformación, son de naturaleza variada. Estas, junto con las fuentes de energía, han sido factor clave de localización industrial. Sin embargo, estos factores han variado con respecto al pasado, dependiendo en mayor medida de otros factores como los económicos, políticos, ecológicos, etc.

Las materias primas pueden clasificarse en dos tipos: las de origen orgánico y las minerales.

  • Las materias primas de origen orgánico proceden de la actividad agraria (algodón, lino…), forestal (madera, caucho…) o ganadera (carne, pieles, lana, grasa…). Algunas de ellas han tenido mucha importancia en la industrialización contemporánea. España es deficitaria en algunas, como algodón, lino, madera, lana de calidad y cuero fino.
  • De origen mineral. Se encuentran en la superficie terrestre. Se concentran en yacimientos y su extracción se realiza en canteras o minas. Encontramos cuatro grandes grupos: España fue históricamente una zona productora de minerales; pero desde finales del siglo XIX, la minería se enfrenta con importantes problemas. Los mejores filones están agotados y los recursos y las reservas permiten afirmar que la riqueza actual no es significativa. En muchos casos los productos son de baja calidad, de mineralización irregular –en filones discontinuos y de escasa potencia- y el acusado minifundismo empresarial hace poco rentable la explotación.
    1. Los minerales metálicos (hierro, piritas, cinc, plomo, cobre y mercurio) se encuentran en ciertas zonas del zócalo herciniano o en sus rebordes alpinos. Su destino principal es la industria básica (metalúrgica o química) y la industria de transformación.
    2. Los minerales no metálicos (caolín, cuarzo, espato-flúor, feldespatos, magnesita, sales, sepiolita) se encuentran en formaciones paleozoicas y cuencas terciarias. Se utilizan en la construcción y en la industria química.
    3. Minerales energéticos: se tratan como fuentes de energía (ejemplo: carbón, uranio).
    4. Las rocas industriales (arcilla, arenisca, caliza, granito, mármol, pizarra, sílice, yeso) se explotan en canteras, se reparten de forma muy heterogénea (dispersión que coincide con el mapa litológico) y se emplean principalmente en la construcción.

La producción nacional de minerales es insuficiente para el autoabastecimiento, lo que obliga a recurrir al comercio exterior, que es deficitario, tanto en el caso de los minerales metálicos como en el de los no metálicos. Las rocas industriales sí satisfacen la demanda interna, e incluso generan excedentes para exportar (salvo el mármol, la magnesita y el caolín). En todo caso, el valor global de las exportaciones es muy inferior al de las importaciones.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en una economía cada vez más globalizada, el problema para la industria no es la existencia o no de recursos mineros en la zona, sino cuál es el precio máximo que puede pagar por ellos para ser competitiva y dónde puede comprarlos por debajo de ese precio.

La política minera española tiene como marco la de la Unión Europea, cuyos objetivos son: incrementar la competitividad de la minería nacional, mejorar el medio ambiente y el hábitat minero, y fomentar la investigación y el desarrollo tecnológico.

Esta política ha determinado el cierre de un gran número de minas de minerales metálicos, debido a la existencia de yacimientos mucho más rentables fuera de la Unión y a los problemas medioambientales que generan; el mantenimiento de una importante minería no metálica y el crecimiento espectacular de la minería de rocas industriales.

Las Fuentes de Energía

Consumo, Producción y Autoabastecimiento

Las fuentes de energía son los recursos que proporcionan la fuerza para realizar un trabajo. Por tanto, son imprescindibles para la industria, que las usa para transformar las materias primas. España es un ejemplo de desequilibrio y dependencia energética, puesto que el consumo de energía supera claramente a la producción interior.

  1. El consumo energético español creció desde el inicio de la industrialización a mediados del siglo XIX; se aceleró en la década de 1960 con el desarrollo industrial, urbano y del nivel de vida. Por sectores, la industria tiende a reducir el consumo energético, ya que la necesidad de competitividad ha llevado a implantar tecnologías que ahorran energía. En cambio, ha crecido el consumo del transporte, especialmente por carretera; el de los hogares, que han aumentado el equipamiento en electrodomésticos y climatización, y el de los servicios, ante su creciente peso en la actividad económica. La energía consumida por todos estos usos procedió inicialmente del carbón. Pero desde la década de 1960 se impuso el petróleo, que sigue siendo hoy la fuente de energía más consumida, seguida por el carbón, la energía nuclear y las energías renovables.
  2. La producción interior de energía, en cambio, procede principalmente de la energía nuclear y del carbón, dada la pobreza española en petróleo y gas natural, y la escasa participación de las energías renovables.
  3. El autoabastecimiento energético o relación entre la producción interior y el consumo es, por tanto, muy bajo (18,6% en 2007). Este hecho obliga a recurrir a costosas importaciones, que suponen una dependencia externa en un sector estratégico para el país.

Principales Fuentes de Energía

Las fuentes de energía se clasifican en: renovables, su uso no compromete su existencia; no renovables, su uso conlleva su desaparición. Según su potencialidad, las clasificamos en primarias, las que están constituidas por los recursos energéticos tal y como se encuentran en la naturaleza, sin ninguna transformación; es decir, contienen energía que no puede usarse directamente, sino que es desprendida cuando se transforma (carbón, petróleo, gas, uranio,…) y secundarias, que se manifiesta en forma de luz, calor, electricidad,…y procede de la transformación de la primaria.

  1. El Carbón

Es una roca estratificada combustible de color negro que se forma por la descomposición de restos vegetales a lo largo de millones de años. La calidad del carbón y su poder calorífico dependen de la antigüedad de este proceso: antracita y hulla (Era Primaria, Carbonífero) y lignito (Era Secundaria).

Durante la primera revolución industrial el carbón tuvo un papel hegemónico y su producción creció gracias al proteccionismo frente a la competencia de carbones extranjeros más baratos. Esta expansión se prolongó hasta la posguerra, pues el aislamiento español que siguió a la Guerra Civil dificultó la incorporación de otras tecnologías. El final de la autarquía supuso su masiva sustitución por el petróleo; el consumo descendió y empezó el cierre de minas. La crisis energética de 1973 impulsó de nuevo el consumo de carbón para reducir la dependencia del petróleo. Pero, desde 1984, mientras que el consumo se mantiene, la producción descendió de nuevo a causas de los numerosos problemas que presenta la minería del carbón.

La producción interior de carbón en trece grandes cuencas, entre las que destacan la asturiana-leonesa-palentina, la de Peñarroya-Pueblonuevo (SO de la meseta) y la de Teruel (Sistema Ibérico), pero no permite el autoabastecimiento y resulta necesario importar. Las importaciones proceden de Estados Unidos, la República Sudafricana, Australia e Indonesia, cuyo carbón tiene más poder calorífico, es menos contaminante al contener menos azufre, y más barato, al proceder de enormes explotaciones que permiten una elevada mecanización.

La entrada en la Unión Europea liberalizó los precios frente al proteccionismo tradicional y obligó a presentar en 1990 un plan de reconversión para acabar progresivamente con las ayudas estatales a la producción y al consumo que finalizaron definitivamente en 2010.

Su destino son las industrias siderúrgica y cementera, las calefacciones domésticas, y sobre todo, la producción de electricidad en centrales térmicas (80%). Estas se localizan cerca de las cuencas mineras; en la costa, cuando funcionan con carbón importado, o cerca de grandes ciudades a las que abastecen, como las situadas en las proximidades de Barcelona o Bilbao.

  1. El Petróleo

Es un aceite mineral, de color muy oscuro, compuesto por una mezcla de hidrocarburos. Se forma por la descomposición y almacenamiento de organismos marinos vegetales y animales que vivieron hace millones de años.

Su auge se produjo a partir de la década de 1960, cuando la industria lo adoptó como fuente de energía principal por su bajo coste. La subida de su precio en 1973 no hizo disminuir el consumo hasta 1979 (segunda crisis). En la primera mitad de la década de 1980, el consumo se redujo debido al incremento del consumo de carbón, pero desde entonces no ha dejado de crecer debido a la incesante demanda del sector transporte, a pesar de las continuas oscilaciones de su precio. Este crecimiento se mantendrá en el futuro, aunque con menor intensidad, por el incremento de la participación del gas en la producción eléctrica y al aumento de la producción de biocarburantes para el transporte.

La producción interior de petróleo es muy escasa, insignificante. Se localiza en la costa mediterránea (Tarragona) y en Burgos (Ayoluengo). Por tanto, no permite el autoabastecimiento y requiere costosas importaciones. Estas proceden de Oriente Medio (Arabia Saudí, Libia, Irak); países africanos, como Nigeria; América Latina (México, Venezuela) y de Europa (Reino Unido y Rusia).

La variedad de productos petrolíferos y sus aplicaciones son numerosas, especialmente para el transporte y la industria (gasoil y gasolinas para el transporte; naftas y queroseno para la industria petroquímica, fertilizantes, producción de electricidad, etc.). Se obtienen en refinerías localizadas en la costa peninsular o en las islas (dado que el petróleo llega por mar), salvo la de Puertollano (Ciudad Real), creada para la explotación de las pizarras bituminosas cercanas. España tiene una importante capacidad de refino. El problema de las refinerías es el cambio de la demanda, que aumenta las peticiones de productos ligeros. Ello obliga a reestructurar el sector, instalando plantas más adecuadas a las nuevas demandas (Plan de Reconversión de las Refinerías de 1980) y coordinando las empresas del sector público, lo que cristalizó en la creación de Repsol (1986), posteriormente privatizada.

El destino del petróleo para la producción de electricidad en centrales térmicas se redujo considerablemente a partir de la crisis de 1973. Las centrales de fuel-oil se localizan en la costa peninsular e insular. En la actualidad, el destino principal del petróleo es la obtención de derivados para el transporte y la industria en refinerías (gasoil, gasóleo, gasolina, fuel-oil, nafta, keroseno, aceites lubricantes, asfalto) y de productos químicos en industrias petroquímicas (azufre, amoniaco, acetona). Las refinerías se localizan en la costa peninsular y en Tenerife, dado que el petróleo llega por mar, salvo la refinería de Puertollano, creada para explotar las pizarras bituminosas cercanas. España tiene una importante capacidad de refino, aunque ha sido necesaria una reconversión para adaptarla a la nueva demanda de productos ligeros.

  1. El Gas Natural

Es una energía limpia y barata. Es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, en la que predomina el metano. Se encuentra en yacimientos subterráneos, solo o asociado al petróleo.

La producción es insignificante y se localiza en Huelva y Sevilla. Por tanto, es necesario recurrir a la importación. Esta se realiza en forma líquida (para transportarlo se le somete a un proceso de licuefacción (conversión en líquido, aumentando la presión o disminuyendo su temperatura a -160ºC) a través de barcos metaneros procedentes del Golfo Pérsico, Argelia, Libia, Nigeria y Egipto, y en forma gaseosa a través de los gasoductos que conectan con los yacimientos internacionales de Argelia (a través de Tarifa), de Noruega (a través de Larrau) y de Portugal (a través de Tuy y Badajoz).

Su consumo se inició en 1969, y desde 1976 ha experimentado un gran crecimiento, gracias a las ventajas que ofrece: su alto poder calorífico, su bajo precio y que es el combustible fósil menos contaminante, al carecer casi de azufre. En el futuro su consumo crecerá debido al incremento de su participación en la producción de electricidad y en el consumo doméstico. Con este fin se están ampliando sus infraestructuras, como los gasoductos y las plantas de regasificación.

Los productos que se obtienen del gas son el propano, el butano y las naftas, que tienen diversas aplicaciones: uso industrial, transformación en electricidad y uso doméstico.

La Energía Nuclear

Se obtiene actualmente por fisión (separación de átomos pesados de uranio), aunque está en experimentación su producción por fusión (unión de isótopos de hidrógeno, que produce helio y grandes cantidades de energía).

La energía nuclear de fisión es también reciente en España, comenzó en 1969 y su crecimiento estuvo vinculado a la necesidad de disminuir la dependencia del petróleo tras la crisis de 1975. Sin embargo, desde 1984, su expansión se paralizó (“moratoria nuclear”), por la oposición de la opinión pública ante los riesgos y problemas que comporta. Hoy día, ante la crisis actual, son muchas las voces a favor de su crecimiento. Los principales problemas que plantea la energía de fisión son: la dependencia externa en el enriquecimiento del uranio y en la tecnología; los riesgos, a pesar de los sistemas de seguridad existentes; el almacenamiento de un número creciente de residuos radiactivos, que por el momento se realiza en la mina de El Cabril (Córdoba); y los altos costes del desmantelamiento de las centrales que dejan de estar en activo. Su futuro es incierto: algunas centrales anticuadas deberán desmantelarse y existe un amplio debate entre los que se oponen a ella y los que la defienden alegando las mejoras de la tecnología y de la seguridad, la no emisión a la atmósfera de CO2 ni de otros contaminantes causantes de la lluvia ácida y la creciente subida del precio del petróleo.

La producción de uranio se realiza con uranio importado de Níger, tras el cierre de las minas de Saelices el Chico (Salamanca) y abastece el 100% de las necesidades nacionales (hoy se habla de que estas minas van a ser reabiertas por una empresa australiana).

Hay que hacerlo en EE.UU. o Francia, por lo que somos dependientes. Desde 1984 el gobierno decide no hacer más centrales nucleares por motivos de seguridad y el tema de los residuos.

Su aplicación fundamental es producir electricidad, en nueve reactores nucleares que aportan más de la mitad de la producción de energía primaria, aunque puede tener otros usos, como la medicina nuclear.

La energía nuclear de fusión se encuentra en estado experimental. Consiste en la unión de isótopos ligeros de hidrógeno, como el deuterio o el tritio, liberando helio y grandes cantidades de energía. El problema es que la fusión requiere temperaturas de cien millones de grados centígrados y no se han resuelto los problemas de iniciar y controlar la reacción nuclear. España cuenta desde 1998 con una instalación experimental de fusión nuclear en Madrid para investigar sobre la forma de obtenerla y participa en el proyecto internacional ITER que ha construido un reactor en Suiza capaz de producirla y de ser viable económicamente.

La Energía Hidráulica

Procede de un recurso renovable: el agua embalsada en presas y lagos, que se hace saltar por tuberías y mueve turbinas conectadas a un generador que transforman la fuerza mecánica en electricidad. Tuvo gran importancia entre 1940 y 1972, pero desde 1976 está estancada ante la primacía de la termoelectricidad.

La producción se localiza en la mitad norte peninsular, salvo el litoral mediterráneo; en ríos caudalosos, como los del Pirineo; algunas montañas del interior peninsular, y, sobre todo, en la caída de los ríos Duero y Tajo en la frontera con Portugal.

Su destino principal es la producción de electricidad en centrales hidroeléctricas situadas al pie del salto de agua. Ofrece las ventajas de ser renovable, limpia e instantánea; pero también presenta problemas, como las fluctuaciones de producción en función de la hidráulica del año, o que compite con otros usos del agua, como el riego agrario y el abastecimiento urbano.

Las Nuevas Fuentes de Energía Renovables

Las nuevas fuentes de energía renovables proceden de recursos inagotables, son limpias, y poseen una elevada dispersión, que permite utilizarlas en lugares diversos.

En España, la producción de energía a partir de fuentes renovables ofrece condiciones favorables, por la diversidad de su medio natural.

Su aplicación principal es proporcionar energía térmica, eléctrica o mecánica. Cabe distinguir diversos tipos de fuentes de energía renovables:

  • Las minicentrales hidráulicas. Su mayor implantación se encuentra en Cataluña, Galicia, Aragón y Castilla y León.
  • La energía eólica utiliza la fuerza del viento para mover grandes hélices conectadas a un generador eléctrico. Los parques eólicos se localizan en zonas de vientos intensos, constantes y regulares, que coinciden con las cumbres montañosas y con la costa. Por eso se encuentran en el litoral gallego del norte, Tarifa, las serranías del Sistema Ibérico y ciertas comunidades con buen potencial eólico que han apostado por ellos, como Navarra, Canarias, ambas Castillas y Aragón.
  • La energía de biomasa se obtiene de residuos biológicos agrícolas, ganaderos y forestales y de los subproductos de las industrias agroalimentarias y de la madera. Estos residuos proporcionan energía por combustión directa o al fermentar y transformarse en biogás. Las regiones más destacadas en su producción son Andalucía y las dos Castillas. Además se está desarrollando la llamada “biomasa verde” o cultivos energéticos destinados a producir biocarburantes para el transporte (bioetanol a partir de cereales y remolacha, y biodiesel a partir de girasol y colza).
  • La energía solar utiliza el calor y la luz del sol para producir energía térmica o eléctrica.
  • La energía geotérmica usa el vapor o el agua caliente subterránea. En España es muy escasa y tiene sólo un uso térmico para la calefacción de invernaderos (Murcia) o de viviendas (Ourense) y balnearios.
  • La energía maremotriz utiliza la fuerza del agua del mar. En España se está construyendo centrales experimentales para aprovechar la fuerza de las olas frente a la costa de Santoña (Cantabria) y en puerto de Mutriku (Gipuzkoa).

Producción y Consumo de Electricidad

Las fuentes de energía primarias se transforman en formas de energía utilizables, como la electricidad.

El uso de la electricidad en España comenzó en 1875, y hasta 1925 se produjo en pequeñas centrales térmicas para la iluminación urbana. Entre 1925 y 1960 se crearon numerosos embalses que incrementaron la producción, excepto durante la Guerra Civil y la posguerra, que acarrearon destrucción de instalaciones y problemas de suministro. Entre 1960 y 1985, el crecimiento fue espectacular, gracias a la construcción de grandes centrales hidroeléctricas, térmicas y nucleares para atender a la creciente demanda industrial, urbana y doméstica. Desde 1985, la producción sigue creciendo, debido a la elevación del nivel económico y de vida, pero va cambiando la forma de obtenerla, en la que cobran importancia la cogeneración y las energías renovables y la forma de consumirla, en la que se impone la necesidad de incrementar la eficacia.

Los Problemas y la Política Energética

Los problemas energéticos de España, compartidos por la mayoría de los países de la Unión Europea, son tres:

  • Una elevada dependencia externa, debido a la necesidad de importar casi el 80% de la energía primaria utilizada.
  • Una reducción de la competitividad económica, debido al gasto energético.
  • Un fuerte impacto medioambiental.

La política energética actual la realiza el Estado con la participación de las comunidades autónomas y está marcada por las directrices de la Unión Europea. Sus objetivos son conseguir una energía segura, competitiva y sostenible.

  1. La seguridad en el abastecimiento trata de aminorar la dependencia externa. Para ello, se fomenta el diálogo con los países proveedores, se diversifica la procedencia de las importaciones, se diversifican las fuentes de energía empleadas mediante el desarrollo de energías autóctonas y renovables y se extienden las redes transeuropeas de gas y electricidad, aumentando las conexiones entres los estados miembros y entre estos y sus proveedores.
  2. La contribución de la energía a la competividad económica se trata de lograr reducir el gasto energético mediante el abaratamiento de los precios y el aumento de la eficiencia energética.
  • El abaratamiento de los precios se ha promovido liberalizando el mercado energético de la U.E. con el fin de incrementar la competencia entre los proveedores.
  • El aumento de la eficiencia energética se ha propuesto conseguir un ahorro del 20% de la energía consumida en la U.E. en 2020.
  • Sector primario: el uso compartido de maquinaria agrícola; su renovación por modelos más eficientes; la sustitución del riego por aspersión por el riego por goteo, que ahorra gastos de bombeo del agua; la mejora de las instalaciones ganaderas y de la flota pesquera, etc.
    • Transporte: el fomento del transporte público y del uso de otros modos alternativos a la carretera, como el ferrocarril o el transporte marítimo; la renovación de las flotas de transporte por modelos menos contaminantes; el etiquetado energético de los vehículos; el pago de impuestos más altos por los más contaminantes, y el fomento de los biocarburantes.
    • Hogares: mejoras en los aislamientos, uso de bombillas de bajo consumo, renovación de calderas, regulación de la temperatura de calefacción y aire acondicionado y renovación de los electrodomésticos por modelos de bajo consumo.
    • Servicios públicos: mejoras del alumbrado y de las instalaciones públicas.
    • Industria: auditorías voluntarias para mejorar la eficacia.
  1. La reducción del impacto medioambiental trata de solucionar los numerosos efectos negativos de la producción de energía:
  • Agota los recursos energéticos.
  • Contamina el aire, pues las centrales térmicas y los combustibles usados en el transporte emiten dióxido de azufre causante de la lluvia ácida; óxidos de nitrógeno, precursor de la contaminación por ozono troposférico, y CO2 responsable del efecto invernadero.
  • Recalienta y aumenta la concentración de sales de las aguas usadas para la refrigeración de las centrales térmicas o altera el caudal de los ríos utilizados para la producción hidroeléctrica.
  • Produce residuos sólidos o radiactivos que es necesario almacenar.
  • Reduce la biodiversidad de los ecosistemas afectados y sus instalaciones causan un fuerte impacto visual en el paisaje.
  • Comporta riesgos, como incendios o explosiones en las térmicas; accidentes en las nucleares, o rotura de presas hidroeléctricas.

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