Recuperación y Crecimiento Económico en la Europa de los 20
Recuperación y Crecimiento Desequilibrado
6.1. El Crecimiento Económico de los Años 20
A pesar de las dificultades de la reconstrucción europea tras la guerra y de los problemas monetarios derivados, los años 20 fueron, en general, años de crecimiento, aunque muy desequilibrado y en un marco económico y político inestable.
Durante la guerra, el crecimiento se concentró en los países alejados físicamente del conflicto (como EE. UU. y Japón), que se beneficiaron tanto de la demanda de los beligerantes como de los mercados que dejaron desabastecidos. Una vez finalizada la guerra, el crecimiento fue general, aunque hubo fuertes diferencias relacionadas con la diversidad de políticas monetarias. A pesar del retroceso que la guerra supuso para muchos países, a otros como Francia, Canadá, Gran Bretaña e Italia les supuso un aumento del PIB per cápita entre 1913 y 1925. Además, la productividad (en términos de producto por hora trabajada) mejoró gracias a la reducción generalizada de las horas trabajadas que se produjo en estos años.
El crecimiento de esos años se asentó sobre bases poco sólidas. Los problemas más importantes procedían de un desajuste cada vez más intenso entre la oferta y la demanda de los productos primarios, que provocaba una caída de los precios relativos de estos productos respecto a los manufacturados, y de un desequilibrio en la distribución de la renta a favor de los más ricos en la mayoría de los países.
6.2. Factores de Crecimiento
2.1. El Cambio Técnico
La difusión de la segunda revolución tecnológica fue un factor decisivo para el crecimiento económico de entreguerras. Los descubrimientos procedían de mucho antes, aunque hasta después de la Primera Guerra Mundial. Por otro lado, la investigación y la producción masiva para la guerra habían permitido importantes mejoras en los procesos de producción.
Aunque las innovaciones y las mejoras afectaron al conjunto de la producción, no cabe duda de que los dos sectores más importantes para el crecimiento de los años 20 fueron la electricidad y los vehículos de motor, así como los productos relacionados con ellos.
La electricidad y el transporte barato permitieron mecanizar la producción y los transportes para todo tipo de empresas, y estos cambios hicieron posible el aumento de beneficios y una fuerte reducción de costes y precios, lo que, por lo tanto, puso los productos industriales a disposición de mucha más gente.
Junto a estas innovaciones básicas, fue también importante la difusión de bienes de consumo duradero, como por ejemplo la bicicleta o la máquina de coser, pero sobre todo los relacionados con la electricidad: el teléfono, la plancha eléctrica, la tostadora eléctrica, el ventilador… El crecimiento industrial fue importante en todas partes, especialmente en los países periféricos europeos y aún con más importancia en sectores nuevos que en sectores tradicionales.
2.2. Mejoras y Dificultades en la Agricultura
El incremento de la demanda y las dificultades para el transporte existentes durante la guerra provocaron un fuerte incremento de la producción agrícola. Los elevados precios que se pagaban por los productos agrarios estimularon la inversión, que se tradujo en una ampliación de la superficie cultivada y en la introducción de técnicas más intensivas en capital.
El aspecto más importante para Europa fue la difusión de los tractores y de las segadoras-trilladoras. Como consecuencia, los costes unitarios de producción bajaron.
Los precios se mantuvieron altos durante los años inmediatamente posteriores a la guerra, aunque los de la mayoría de los productos agrícolas pronto comenzaron a descender. Este descenso de los precios fue consecuencia, por un lado, del aumento de la producción y de las mejoras en la productividad y, por otro, del descenso de la demanda.
Coincidiendo prácticamente con el retorno del patrón oro, el stock de productos agrícolas se duplicó entre 1924 y 1929. Los principales productos en crisis fueron los cereales, especialmente el trigo, y el azúcar. En segundo lugar venían la lana, el café, el algodón…
El crecimiento de la producción no fue demasiado elevado, aunque no fue acompañado de un aumento paralelo de la demanda. El problema no era que los precios fueran bajos, sino su drástica caída tras los altos precios de los tiempos de guerra y el aumento de los gastos de explotación.
El otro sector más afectado por la caída de precios fue el azúcar. Los productores europeos de azúcar de remolacha se encontraron tras la guerra con que durante el conflicto se había producido un enorme crecimiento dedicado al azúcar de caña en los países tropicales.
El país más perjudicado por la caída de los precios agrarios fue Australia, doblemente afectada por el descenso de los precios del trigo y de la lana. El impacto de este descenso se sumó a un crecimiento acelerado del endeudamiento real, privado y público.
6.3. La Reestructuración del Comercio Internacional
3. La Reestructuración del Comercio Internacional
La finalidad de los esfuerzos para retornar al patrón oro era facilitar que el comercio mundial recuperara el ritmo de expansión anterior a la guerra. En principio, la creación de nuevos estados hizo crecer el comercio internacional, pero la transformación en comercio exterior de una parte del comercio interior no fue suficiente para superar los factores de depresión de los intercambios internacionales.
Los principales cambios experimentados por el comercio durante la década de los años 20 fueron:
- La reducción en la participación de una parte de Europa en el comercio internacional.
- La tendencia de los países a la autosuficiencia.
- Los intentos de industrialización en los nuevos países del este de Europa.
- El aumento de las políticas proteccionistas por las dificultades para equilibrar sus balanzas de pagos.
La ralentización del comercio internacional fue debida a problemas coyunturales causados por la guerra, al igual que a cambios estructurales entre los que destaca una mayor difusión de la industrialización, que hizo que muchos países dejaran de importar productos europeos.
Aquellos países con una ventaja comparativa en los sectores más dinámicos obtenían más cuota de exportaciones.
La industrialización o el aumento de la industrialización de muchos países podía suponer un aumento del comercio de productos primarios, aunque no siempre era así.
3.1. La Nueva Distribución Territorial
La primera dificultad para volver a los patrones comerciales anteriores a la guerra fueron los cambios experimentados durante el conflicto, cuando los países menos afectados, especialmente EE. UU. y el Reino Unido, como consecuencia de la política deflacionista, y Alemania por los problemas ocasionados por la hiperinflación, además de las restricciones comerciales, impulsaron la deslocalización de la producción.
3.2. Las Restricciones al Comercio
Toda la época de entreguerras está marcada por políticas comerciales cada vez más restrictivas. Sin embargo, el momento de máxima dificultad para los intercambios fueron los años 30, cuando se introdujeron medidas adicionales de carácter comercial y monetario que limitaron aún más el volumen del comercio.
El proteccionismo, dominante ya antes de la guerra, se incrementó posteriormente por varias razones:
- El aumento de la competencia internacional.
- Las dificultades para equilibrar las balanzas de pagos.
- El ejemplo de los países a la cabeza, como EE. UU.
3.3. La Evolución de los Precios Relativos
Tras la Primera Guerra Mundial, la producción primaria continuaba siendo muy importante. El comercio mundial de productos primarios superaba las exportaciones de productos industriales, tanto en 1913 como en 1929. Entre ambas fechas, las exportaciones de productos primarios crecieron en volumen más que las de productos industriales, aunque no en valor.
El principal problema para los países exportadores de productos primarios fue que la caída de los precios coincidió con un gran esfuerzo inversor. Otro factor que jugaba en el mismo sentido era el aumento de los precios de los insumos.
La reducción de la demanda se debía al fin del impacto de la guerra y al hecho de que, una vez alcanzada la paz, los países europeos se esforzaron en recuperar la producción con el deseo de reducir al mínimo posible la dependencia de las importaciones.
Los países exportadores primarios reaccionaron a la doble disminución de la demanda y de los precios ofreciendo subsidios a las exportaciones, acumulando stock, dificultando las importaciones y/o disminuyendo la producción (como último recurso). Aunque estas políticas empezaron a aplicarse en los años 20, alcanzaron su punto álgido durante la depresión. Estas medidas lograron éxitos temporales, aunque a la larga resultaron contraproducentes: los precios internacionales elevados artificialmente estimularon a los productores que escapaban del dominio de los países que intentaban controlar los precios, de modo que el resultado final fue un aumento aún mayor de la oferta.
6.5. La Revolución Rusa y la Creación de la URSS
En plena guerra mundial, estalló la revolución rusa, una revuelta popular que derribó el régimen autocrático del zar.
1. La Revolución Rusa y la Creación de la URSS
1.1. Los Precedentes
Rusia era a principios del siglo XX la quinta potencia industrial mundial a costa de unos campesinos y un proletariado miserables y de una organización política y social totalmente anacrónica. La derrota ante Japón en 1905 y el intento revolucionario del mismo año hicieron pensar que era necesario introducir cambios políticos, tanto para mantener la potencia económica y militar rusa como para evitar nuevos intentos revolucionarios.
La servidumbre fue abolida totalmente, y se implantó un tímido sistema parlamentario, la duma, que tuvo que ser disuelta dos veces hasta que una nueva ley electoral más restrictiva permitió al gobierno contar con un parlamento sumiso.
La Primera Guerra Mundial precipitó los acontecimientos. Rusia no tenía la industria de armamento capaz de afrontar la guerra y la movilización provocó una importante disminución de la mano de obra, tanto industrial como agraria.
1.2. Los Dos Momentos Revolucionarios
Se produjo una primera insurrección en San Petersburgo en 1917; los soldados enviados a reprimir la manifestación se sumaron a la revuelta. Este nuevo gobierno cometió dos graves errores: no satisfacer los deseos de reforma agraria y continuar la guerra.
La reforma agraria no se llevó a cabo por miedo a que su anuncio desatara la deserción de los campesinos (que eran la mayoría de la tropa), ya que no querrían estar lejos de sus pueblos en el momento del reparto de la tierra. La continuación de la guerra solo comportó más hambre y nuevas derrotas.
Los errores del gobierno fueron aprovechados por Lenin para impulsar la revolución de octubre que derrocó a la república burguesa y dio el poder a los soviets. El nuevo régimen se basó en tres puntos: liquidación de la guerra, socialización de la economía y dictadura del proletariado.
La paz se firmó en 1918 en Brest-Litovsk en unas condiciones muy desfavorables. El abandono de la guerra y la negativa a reconocer la deuda exterior zarista hizo que los antiguos aliados prestaran su apoyo a los ejércitos blancos, generales zaristas contrarrevolucionarios que hacían la guerra con la ayuda de tropas extranjeras. La guerra civil duró dos años. El triunfo fue posible gracias a las milicias de Trotsky (el ejército rojo), pero sobre todo por la falta de entendimiento de los generales blancos.
2. El Comunismo de Guerra
La primera etapa se conoce como el comunismo de guerra. Las primeras medidas se adoptaron en medio de dificultades derivadas de la continuación de la guerra, el fin de las relaciones económicas con el exterior y la desaparición de técnicos y empresarios. El país tuvo que ser dirigido por el aparato del partido y por los soviets locales, sin ninguna experiencia ni preparación para afrontar los problemas de gobierno y de administración.
2.1. La Socialización de la Economía
La instauración del socialismo colectivista comportó la supresión de la propiedad privada de los medios de producción, aunque para la agricultura se instauró un régimen diferente. También afectó a empresas extranjeras, que fueron expropiadas sin indemnización. La nueva forma de gestión implicaba cambios en el sistema monetario y financiero, en la producción, en el trabajo y en el consumo.
La supresión de la propiedad privada supuso la abolición del capital. La moneda no fue suprimida, aunque sufrió un intenso proceso inflacionario parecido a la hiperinflación alemana.
También afectó al consumo, que dependía de vales específicos o de repartos en especie.
2.2. El Control de la Producción Industrial
En las industrias ya existentes se implantó primero el control obrero hacia que las decisiones del soviet de empresa fueran obligatorias para el empresario. El resultado fue la huida o el encarcelamiento de muchos empresarios y la desorganización y el descenso de la producción.
El resultado fue el traspaso al estado de una gran cantidad de talleres artesanos e incluso de molinos; muchas empresas cerraron, y algunos sectores se vieron prácticamente paralizados.
La organización global de la producción dependía del consejo supremo de la economía nacional, conocido como Vesenkha, con autoridad sobre la industria, el comercio y la ayuda pública.
La producción se organizaba mediante trusts, agrupaciones de empresas que se dedicaban a actividades similares.
Durante toda la etapa del comunismo de guerra, muchas empresas estaban prácticamente inactivas y el número de obreros industriales descendió.
2.3. El Decreto sobre la Tierra
Fue una de las primeras órdenes dictadas por el gobierno revolucionario, pero llegaba tarde, ya que no hacía más que legalizar y organizar la situación creada de hecho en el campo. La mayor parte de la producción se tenía que dedicar al mantenimiento de la unidad familiar y generaba muy poco excedente comerciable. Junto a estas explotaciones se mantenía la anterior propiedad campesina, kulak y campesinos medios, que aportaban al mercado la mayoría de los excedentes.
El decreto sobre la tierra no era una solución revolucionaria porque aceptaba la existencia de propietarios de medios de producción, ni igualitaria porque los lotes obtenidos eran muy diferentes, debido a que los repartos se producían a escala local.
Por otro lado, una vez desaparecidos los arrendamientos y los impuestos, y con los precios bajos fijados para favorecer el consumo urbano, los campesinos no se veían impulsados a vender. Los excedentes eran destinados al mercado negro o a mejorar el consumo en el campo.
2.4. El Fracaso del Comunismo de Guerra
La insurrección en 1920 de los trabajadores de los astilleros de San Petersburgo convenció a Lenin de la necesidad de un cambio de táctica.
3. La NEP
Supuso el regreso parcial a la economía de mercado en la agricultura, la industria de consumo y el comercio interior.
La nueva situación requería el regreso a la economía monetaria. Se creó el rublo xervonetz, que solo se utilizaba para los pagos en el exterior y de forma nominal en las grandes empresas.
Las pequeñas empresas fueron arrendadas sobre todo a sus antiguos propietarios o a cooperativas de trabajadores. A finales de 1922, la industria continuó básicamente a manos del estado.
Las empresas nacionalizadas tendrían que autofinanciarse con la venta de sus productos, tenían que ser rentables con capacidad de obtener beneficio. El problema fue que la racionalización de la producción comportó un fuerte incremento del desempleo.
Donde el sector privado fue más importante fue en el comercio y en la agricultura. Los nuevos comerciantes (nepmen, es decir, los hombres de la NEP) obtenían grandes beneficios comprando los productos a las industrias estatales y llevándolos a las zonas rurales desabastecidas.
Fue en el campo donde la NEP representó la transformación más importante. El campesino pudo gestionar libremente la tierra, y las requisas fueron prohibidas y sustituidas por un impuesto en especie, que una vez pagado el campesino podía disponer de la producción, aunque el estado fijaba los precios.
A pesar de la mejora de la situación, esta continuaba beneficiando más al consumo en el campo que al abastecimiento de las ciudades. La crisis se resolvió con una intervención directa del estado, que rebajó los precios de los productos industriales y subió los precios agrícolas, mientras adoptaba medidas para mejorar también la productividad en la industria.
El abastecimiento urbano dependía sobre todo de la reaparición de los kulaks, los campesinos ricos que generaban más excedentes y, mediante el préstamo usurario o la compra, lograban acaparar el grano disponible y llevarlo al mercado.
La NEP permitió restaurar las relaciones políticas y económicas de la URSS con el exterior. Se gastaron grandes cantidades en los mercados internacionales para llevar a cabo una rápida industrialización, destinadas básicamente a la compra de locomotoras, de maquinarias agrícolas y de material eléctrico, pagadas con la producción de oro y con la inflación monetaria en el interior.
La NEP se debe considerar como un éxito en la recuperación de la producción; gracias a ella, en 1928 se superaron los niveles de producción anteriores a la guerra, además de que el reparto de la renta era mucho menos desigual que antes de la revolución.
Aunque también presentó algunas limitaciones: la fuerte inversión industrial contrastaba con la escasez de inversión en los ferrocarriles, en la enseñanza e incluso en defensa.
La decisión de llevar a cabo una rápida transformación de la URSS en una potencia industrial avanzada se enfrentaba al problema de aumentar la comercialización de productos agrícolas para alimentar a las ciudades y al ejército, abastecer la industria de materias primas y exportar.
4. El Gran Debate y el Acceso de Stalin al Poder
La política económica enfrentó a Trotsky, que defendía el enfoque de Preobrazenski, y a Stalin, que estaba a favor del punto de vista de Bukarin.
Las ideas de Preobrazenski afirmaban que entre la industria y la agricultura existía una oposición de intereses, y para fomentar una industrialización rápida defendía la vieja política zarista de industrialización forzada desde arriba y financiada con la explotación de la población agraria.
Bukarin defendía que el desarrollo de la URSS debía estar basado en el mantenimiento de una armonía entre la agricultura y la industria para el progreso mutuo y equilibrado.
Una vez eliminado Trotsky, Stalin aplicó de manera radical las ideas de Preobrazenski.
El gran debate y su solución significaron la concentración de poder en manos de Stalin. Desplazó el centro de la política soviética, de la socialización a la industrialización, que fue considerada imprescindible para el mantenimiento de la URSS. Stalin pensaba que la revolución rusa estaba en constante peligro, desde el exterior por un entorno capitalista, y desde el interior por la defección del mundo campesino y de la pequeña burguesía.
Ante este doble asedio, comenzó una revolución desde arriba que consistió en la sumisión del partido a la voluntad autocrática del secretario general: Stalin. El crecimiento obtenido gracias a la NEP consiguió volver a tasas parecidas a las existentes antes de la guerra.
4.2. La Colectivización Agraria
Una industrialización masiva requería un periodo de 3 a 5 años de intensa utilización de capital y trabajo para construir plantas, equipamientos e infraestructuras, durante el cual no habría producción industrial disponible para la venta a los campesinos. Por lo tanto, se tenía que obligar a los campesinos a vender el grano. Eso solo se podía lograr mediante una rápida y, si era necesario, violenta reorganización del sector agrario en granjas colectivizadas en vez de explotaciones individuales.
Aunque la finalidad principal era el traspaso de medios de producción de la agricultura a la industria, la excusa fue solucionar también otra necesidad: el abastecimiento de las ciudades.
La colectivización se hizo a través de los kolkozes, que eran cooperativas de producción en las que los participantes ponían en común sus bienes y participaban en los trabajos necesarios.
Este proceso comportó un gran desorden y una fuerte resistencia, que en algunas zonas se convertiría en casi una guerra civil. El resultado fue que los campesinos prefirieron sacrificar al ganado que entregarlo a las granjas colectivas, y que en muchas tierras la siembra de primavera no se realizó.
El kolkoz era teóricamente una cooperativa; los dirigentes eran nombrados por el partido y tenían que producir aquello que se les asignaba desde arriba.
Junto a los kolkozes se crearon los sovkozes, empresas agrarias estatales, con explotaciones agrarias muy grandes (8000 hectáreas), usando trabajadores asalariados. Se situaron en tierras nuevas o explotaciones especializadas con anterioridad.
La estructura agraria creada con la colectivización se mantuvo con pocos cambios hasta el final de la URSS. Permitió la rápida industrialización del país, aunque el campo siempre fue el sector defectuoso de la economía soviética, tanto por la falta de incentivos como por la poca atención del estado.
La producción de ganado se colapsó por la poca atención prestada a los animales en las granjas colectivas y por la disminución de las raciones de forraje. En cambio, hizo crecer de manera importante la producción de patatas y de verduras, en gran parte producto de los lotes familiares y de materias primas.
5. La Planificación y los Primeros Planes Quinquenales
5.1. La Apuesta por una Industrialización Rápida
La industrialización de Rusia se llevó a cabo a través de la planificación centralizada, concretada en los planes quinquenales.
La planificación centralizada elevó a nivel estatal la estrategia de planificación que necesita cualquier empresa privada. Puede considerarse el resultado inevitable de las ideas marxistas. Si se tiene que abolir la propiedad privada, ningún particular está legitimado para decidir sobre la utilización de tales medios. Se debe evitar así el desabastecimiento como la sobreproducción y lograr un crecimiento armónico.
En 1926, el comité general del PCUS dio la orden de reforzar la planificación, y en 1927 se comenzó a trabajar en el primer plan quinquenal, y las directrices políticas presionaron para que fuera muy ambicioso, como mínimo. El primer plan general se presentó en 1928.
La oficina de planificación central sustituyó a los técnicos por los miembros del partido. Las empresas intercambiaban productos entre ellas, sin hacer caso a las asignaciones del plan.
El rápido crecimiento de la URSS en estos años debe atribuirse a la movilización de los recursos infrautilizados (capital y trabajo) en una economía por debajo del pleno empleo. La participación de la agricultura debe atribuirse al traspaso a los sectores secundario y terciario de una mano de obra anteriormente infrautilizada. El excedente de producción agraria como fuente de financiación no fue importante hasta la segunda mitad de los años 30.
El primer plan quinquenal se basaba en dos supuestos que no se dieron: el primero, que se podría obtener crédito exterior; y el segundo, que no habría malas cosechas. La finalidad del plan era aumentar la inversión y el consumo, pero el resultado fue que el consumo disminuyó y la inversión se repartió: la mitad para la industria pesada, una cuarta parte para la agricultura, un 5% para la industria de consumo y el resto en inversión social. Los objetivos fijados no se alcanzaron, pero el afán por lograrlos permitió obtener tasas de crecimiento muy elevadas.
El segundo plan quinquenal añadió la preocupación por la educación técnica y el transporte, tanto ferroviario como fluvial. La distribución de la inversión fue parecida a la del primer plan, con una ligera mejora en la parte de la industria de consumo. El crecimiento fue el mayor de todos los planes, alrededor de un 15%.
El tercer plan quinquenal fue interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Presentaba un fuerte incremento en el gasto de defensa y una mayor inversión en los medios de transporte, así como una atención especial a la obtención de metales no ferrosos y aceros especiales, al igual que a la industria química.
Este crecimiento, combinado con la depresión de los años 30 del mundo capitalista, hizo que la URSS llegara a la Segunda Guerra Mundial como la tercera potencia económica tras EE. UU. Tuvo un coste social muy elevado: al sacrificio de los campesinos hay que sumarle el gran número de trabajos forzados.
La rapidez de la industrialización rusa se puede ver en la tasa de urbanización y en los cambios en el empleo. Dado que el crecimiento de la población fue escaso, durante estos años pasaron de grosso modo del sector de la agricultura al de la industria unos 25 millones de personas.
La inversión de capital creció más que el factor trabajo. El crecimiento soviético fue sobre todo extensivo, y se hizo a costa de la productividad, que disminuyó.
Durante los primeros planes quinquenales, la URSS hizo una gran inversión en educación.
6. La Segunda Guerra Mundial: La Gran Guerra Patria
Las pérdidas humanas y materiales durante la Segunda Guerra Mundial fueron superiores a las de cualquier otro país occidental: 9 millones de fallecidos militares y 26 millones civiles. En cuanto a las pérdidas materiales, las zonas ocupadas eran las más densamente pobladas y sufrieron grandes destrucciones.
El PIB cayó a la tercera parte entre 1940 y 1942, mientras que el gasto en defensa se triplicaba.
La agricultura descendió un 60%.