La Razón Pura de Kant: Posibilidad de la Metafísica y el Saber Humano
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La Posibilidad de la Metafísica como Ciencia (Razón Teórica)
Según Kant, el hombre es un ser sensible. La razón humana constata dos hechos incontrovertibles: el hecho de la ciencia físico-matemática y el hecho de la ley moral. En cuanto a la crítica de la razón en su uso teórico, se plantea qué puede conocer: se propone comprender y explicar cómo es posible la ciencia, el conocimiento científico; se propone abordar el problema de la metafísica. Para Kant, la ciencia es un hecho indiscutible, mientras que la metafísica es un problema irresoluble. Kant, en su Crítica de la Razón Pura, se ve interesado por el problema de la posibilidad de la metafísica, es decir, si es posible un conocimiento científico riguroso acerca de Dios, de la libertad y de la inmortalidad del alma. El problema es si es posible la metafísica como ciencia. Kant piensa que la metafísica podrá superar su deplorable estado, logrando así el acuerdo y el progreso.
La solución a esto radica en que, después de determinar las condiciones que hacen posible la ciencia, se debe evaluar si la metafísica podrá ajustarse a esas condiciones o no. Si la respuesta es afirmativa, la metafísica adquirirá rango de ciencia. Por tanto, el planteamiento kantiano consiste en reformar el procedimiento que la metafísica ha seguido hasta ahora, emprendiendo una verdadera revolución en ella para llegar a una metafísica depurada por la crítica.
El Problema del Conocimiento
Conocer vs. Pensar: Los Límites del Saber
Kant establece una diferencia fundamental y decisiva entre conocer y pensar, pues conocer significa conocimiento científico, aunque no todo lo pensable es susceptible de ser conocido científicamente. Para ello, hace una crítica de la razón y establece los principios que hacen posible un conocimiento científico de la naturaleza y los límites en donde se mueve tal conocimiento.
Fuentes del Conocimiento: Sensibilidad y Entendimiento
Posteriormente, nos encontramos con las fuentes fundamentales del conocimiento: la sensibilidad y el entendimiento. La doctrina kantiana del conocimiento se basa en la distinción fundamental entre dos facultades del conocer:
- La sensibilidad es pasiva: se limita a recibir impresiones provenientes del exterior.
- El entendimiento es activo: lo que Kant denomina espontaneidad. El entendimiento produce de forma espontánea ciertos conceptos que no derivan de la experiencia.
Este último podrá conocer la realidad construyendo un sistema a partir de esas ideas, sin necesidad de recurrir a los datos de los sentidos. Con esto, se afirma la existencia de un ser necesario y se lo concibe como sustancia, causa primera.
La Tesis Kantiana y la Experiencia
Kant abandonó el racionalismo, ya que Hume le despertó de su "sueño dogmático", el cual llegó a la conclusión de que nuestro conocimiento no puede ir más allá de la experiencia. La tesis kantiana se expresa en tres afirmaciones clave:
- El entendimiento posee conceptos puros que no proceden de la experiencia.
- El entendimiento los utiliza para unificar y ordenar la experiencia.
- Tales conceptos son solo aplicables con validez dentro de la experiencia.
El Giro Copernicano en la Teoría del Conocimiento
La doctrina del conocimiento de Kant presenta una originalidad respecto a la forma de entender el conocimiento. Para Kant, el objeto es el que se adapta a las estructuras cognoscitivas del sujeto, posibilitando así el conocimiento. Este énfasis en la posibilidad del conocimiento que da un giro del objeto al sujeto, cuyo giro lo compara Kant con el dado por Copérnico.