Ramón del Valle-Inclán: Trayectoria, Estilo y el Esperpento en su Obra
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Ramón del Valle-Inclán: Trayectoria y Evolución Estilística
Se le considera la máxima figura del teatro español de los tres últimos siglos y el dramaturgo que se anticipó a las nuevas tendencias del teatro español. La producción de Valle-Inclán se enmarca en la llamada "crisis de fin de siglo", una época de continuos cambios políticos, ideológicos y estéticos.
Modernismo y Generación del 98: Contexto Literario
En cuanto a la literatura, vivimos en una época de deseo de cambiar lo ya establecido, abandonando la estética realista con el predominio de la razón y buscando nuevos caminos. Este afán de renovación fue la base del Modernismo, que pretendía una renovación total de la vida y del arte a través de su postura antiburguesa y de la recuperación de la belleza del lenguaje literario.
Durante estos años, los autores de la Generación del 98 se encuentran preocupados por la realidad política española. Estos pretenden regenerar la vida pública de España, país considerado atrasado, tanto cultural como políticamente, por la pérdida de las últimas colonias. Los escritores se guiaron por un ideal patriótico y adoptaron una actitud crítica de los problemas humanos. Son rasgos de esta generación el pesimismo, la sobriedad en el estilo, el autodidactismo y la actitud de protesta. Aquí encontramos autores como Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Azorín y, por supuesto, a Valle-Inclán.
Ambos movimientos, Modernismo y Generación del 98, comparten rasgos como la búsqueda de un lenguaje literario diferente, su espíritu de protesta y su profundo amor al arte. Aunque mientras que los modernistas buscan ante todo la belleza, los del 98 buscan ante todo la verdad. Encontramos las posturas opuestas de evasión (modernistas) y compromiso (98). Valle-Inclán se mueve entre estas dos posturas.
La Evolución de Valle-Inclán: Del Modernismo al Esperpento
El Valle-Inclán modernista aparece ya en Femeninas (1895). Pero su obra más importante dentro del modernismo son las Sonatas (1902-1905), cuatro novelas cuyo protagonista es el marqués de Bradomín y que son el mejor ejemplo de prosa modernista en España. Sigue el ciclo de las Comedias bárbaras, obras de ambiente rural gallego por donde se mueven personajes extraños. Con ellas inicia su "teatro en libertad".
Tras sus novelas sobre las guerras carlistas, que marcan un cambio en su evolución estilística, inicia a partir de 1915 un giro radical. La dura experiencia en la Primera Guerra Mundial y la pésima situación del país hacen que Valle-Inclán se aproxime a la ideología reformadora de la Generación del 98. Desde esta nueva postura, Valle-Inclán aportará a la Generación del 98 una manera muy crítica de reflejar España: el esperpento.
Hacia 1920, todas sus obras, narrativas o teatrales, presentarán rasgos esperpentizadores en mayor o menor medida. El esperpento es la respuesta ética y estética de Valle-Inclán que refleja y denuncia la realidad miserable y deformada de la España de los años 20 y 30.
El Legado de Valle-Inclán
Valle-Inclán comenzó siendo un fervoroso adalid del modernismo. Además de ser un gran novelista, transformando la lengua narrativa en obras tan importantes como Tirano Banderas, lo más destacable de su trayectoria fue que se replanteó la renovación de la escena con su técnica teatral del esperpento, cuyo mejor ejemplo es Luces de bohemia. Valle-Inclán optó por desafiar las limitaciones de diverso tipo que presentaba el teatro de su época y creó un teatro en libertad, más allá de lo que permitían las convenciones escénicas de su tiempo.