Raciovitalismo y Perspectivismo en Ortega y Gasset: Vida, Razón y Circunstancia
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Ortega y Gasset: Raciovitalismo, Perspectivismo y Ética
Ortega y Gasset aúna sujeto y objeto, partiendo de su máxima: "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo".
Teoría del conocimiento: Gnoseología
La filosofía de Ortega se denomina raciovitalismo, y se basa en la idea de que la vida es la realidad radical.
Ortega se opone tanto al realismo como al idealismo y realiza una crítica de ambos:
- Del realismo, critica que la realidad exista con independencia del sujeto. Toma el concepto de ser-en-el-mundo de Heidegger y defiende que el hombre es un ser que no puede vivir con independencia del mundo que le rodea.
- También critica al idealismo, filosofía que surge con Descartes, que considera la realidad como una construcción del sujeto.
Frente a estas dos posturas opuestas, Ortega considera que la verdadera realidad está en el yo de las cosas, de modo que ni el yo ni las cosas son conceptos autónomos, sino dependientes en su existencia y desarrollo. Esta relación de mutualismo entre sujeto y objeto se da en la vida; así, la vida es la realidad radical.
Esta independencia entre vida humana y razón no es posible, ya que:
- Vida y conocimiento se necesitan: es necesario saber cómo es el mundo para saber a qué atenerse.
- La vida del hombre es el proyecto (frente a la del animal). Nuestro presente está en función de nuestro futuro.
- La historia es fundamental para entender al ser humano. El hombre no tiene naturaleza, sino historia, y por tanto no puede ser reducido a la ciencia física.
De este modo, la razón vital es al mismo tiempo una razón histórica, que permite comprender al hombre en su historia y superar las limitaciones de la modernidad.
Raciovitalismo à Razón Vital = Razón Histórica
El Perspectivismo
Ortega defiende el perspectivismo, asociado como un examen riguroso de los distintos puntos de vista. Por ello, toma el concepto de verdad como perspectiva: conocemos la realidad tal como se presenta a nuestra perspectiva en un momento histórico determinado.
La perspectiva se da a un doble nivel:
- Individual. Cada individuo percibe el mundo desde su punto de vista particular.
- Histórico-social. Cada pueblo o cultura comprende la realidad de un modo determinado.
De esta manera, cada individuo tiene una perspectiva, una verdad propia; por tanto, estas perspectivas no pueden ser tomadas como verdades absolutas.
El perspectivismo se enfrenta:
- Al dogmatismo racionalista. Solo se admite como verdad aquello que se concibe de manera clara y distinta.
- Al escepticismo (es imposible hallar la verdad). El perspectivismo no implica un relativismo ni escepticismo, puesto que cada perspectiva es verdadera, y las perspectivas necesitan ser completadas mutuamente.
Estas perspectivas individuales podrán unirse con las de otros formando perspectivas más amplias y verdaderas, pero nunca se llegaría a la verdad absoluta, porque para hallarla habría que sumar todas las perspectivas presentes, pasadas y futuras.
El Yo y su Circunstancia
Fundamentándose en su máxima, "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo", Ortega afirma que el hombre es un ser-con-el-mundo, y no puede disociarse del mundo en el que le ha tocado vivir. Frente al animal, Ortega sostiene que el hombre está en un mundo compuesto por historia, cultura, símbolos, etc., y este mundo es su "circunstancia". La existencia del hombre consiste en aceptar y hacerse cargo de esta circunstancia que le rodea, porque:
- El yo puro no existe sin su circunstancia.
- Las cosas –la circunstancia– carecen de sentido si no hay sujeto que las contemple.
- El hombre debe salvar su mundo, buscando sentido a todo lo que le rodea, comprendiéndolo y conociéndose a sí mismo. "Y si no la salvo a ella, no me salvo yo".
- Mi circunstancia está en relación con la de los sujetos que me rodean, puesto que no se puede concebir al hombre sin la sociedad.
El tema de la circunstancia lleva a Ortega a plantearse la idea de libertad: si las circunstancias determinan al sujeto, no puede haber libertad. Sin embargo, para Ortega, las circunstancias permiten al hombre un margen de posibilidades y acción para que el hombre pueda elegir, de manera que sí hay libertad (por eso la vida se nos presenta como problema).
Una idea puede ser creencia, y viceversa.
Ética
Al tener que elegir se es libre, y al asumir la acción elegida y hecha, se es responsable. La responsabilidad moral se divide en dos categorías: la autenticidad (ejemplo puro de libertad) y la inautenticidad (negación de la libertad). La historia nos adentra en la temporalidad; tiempo es: tarea, vocación, misión e innovación.
Se concreta su ética en la autenticidad, que para el filósofo consiste en actuar en consonancia con nuestras creencias. Cumplir con nuestra vocación es ser feliz. Una vida sin valorar las cosas que se tienen –creencias– es una manifestación de irresponsabilidad y, por tanto, irracionalidad; la misma irracionalidad que lleva al hombre masa a la violencia y el conflicto.