El Raciovitalismo de Ortega y Gasset: Una Crítica al Realismo y al Idealismo

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,92 KB

El Pensamiento de Ortega y Gasset

Función y Objeto de la Filosofía

Ortega y Gasset entiende la filosofía como una actitud de rebeldía frente a lo dado (entes, cosas, etc.) interpretados desde el positivismo científico mediante modelos o teorías empírico-matemáticas. Se muestra crítico con una actitud cientificista, aquella que reduce la realidad al nivel de los hechos físicos y biológicos desde la observación empírica y el experimento.

La función de la filosofía es la reflexión sobre el ser en su conjunto, anterior a la parcelación operada por las diferentes ciencias de la naturaleza. La filosofía, por lo tanto, toma la realidad como problema, como interrogante último del porqué de las cosas. La filosofía es un preguntar radical (origen último) y no un saber definitivo y acabado sobre el ser.

Este tipo de saber tiene por objeto la realidad más radical y originaria: la vida en general y, en concreto, la existencia humana, entendida como problema insoluble y nunca resuelto definitivamente (la vida humana es un quehacer constante y renovado) que no se deja reducir a puro hecho biológico.

La vida humana es realidad radical porque a ella tenemos que referir el resto de realidades (físicas, sociales, culturales, etc.), pues estas tienen que aparecer en ella y remitirse a ella. Por tanto, la existencia humana podría ser anterior al resto, y es consecutiva de ellas, ya que “ser real” significa radicar, establecer, aparecer, etc., un vínculo existencial con la vida de la persona, con “mi vida”. Esta última es el supuesto último de lo real, aquello que lo dota de sentido o significado y a la cual se refiere toda comprensión y valoración de lo que consideramos “realidad”.

Esta concepción implica una crítica y un intento filosófico de superación de diferentes posturas filosóficas sobre lo real que pueden ser reducidas a dos líneas de pensamiento: realismo naturalista e idealismo.

El Racionalismo y la Crítica de Ortega

La historia de la filosofía desde la modernidad ha estado dominada por dos posturas filosóficas:

  • a) Realismo: Reduce la realidad a fenómeno, a datos empíricos y descompone la totalidad del ser en hechos de la naturaleza gobernados por las mismas leyes inmutables y necesarias. El racionalismo naturalista implica la visión de la existencia humana como cosa cuantificable, predecible, medible, etc., quedando simplificada en puro hecho biológico fruto de un proceso evolutivo y sometida a las mismas leyes que gobiernan el resto de fenómenos naturales.
  • b) Idealismo: Reduce la realidad a producto del pensamiento (ideas absolutas e inmutables) por las cuales observamos y explicamos la realidad. Conduce a una visión de la existencia humana como algo independiente de las circunstancias concretas y vitales que rodean al individuo. El sujeto se percibe como conciencia absoluta, separada, independiente, autónoma e incondicionada frente al mundo (sustancia pensante en Descartes y conciencia pura en Kant).

Para Ortega, estas dos vertientes olvidan la relación indisoluble entre “yo” y “mundo” que acontece y se concreta en la existencia humana. Ortega afirma que “yo soy yo y mis circunstancias”, aludiendo a la existencia humana como un todo o realidad unitaria que integra e involucra, al mismo tiempo y en una relación problemática y nunca resuelta definitivamente, al “yo” y al “mundo” que se ofrece al sujeto como posibilidad de existencia inmersa en un horizonte histórico y cultural concreto.

El Raciovitalismo como Solución

Ofrecer una situación filosófica a los reduccionismos anteriores constituye “El tema de nuestro tiempo”. La solución novedosa de Ortega es el “raciovitalismo”, que es una postura ante la realidad donde el pensamiento interpreta la realidad en su devenir constante, no como hecho bruto y empíricamente contrastable, sino desde parámetros racionales que intentan comprender el ser en su manifestación más fundamental y originaria: la vida humana, no como naturaleza muerta, sino como vida e historia, como “yo” y “mundo”.

En efecto, el ser humano de carne y hueso no consiste en una razón pura o abstracta al margen de las circunstancias vitales, sino que vive inmerso y preocupado por ellas dentro de un horizonte histórico concreto. Por eso decimos que la razón humana es vital por cuanto tiene por objeto prioritario la vida o existencia humana; y es histórica por cuanto interpreta esta existencia como enraizada en un horizonte histórico y cultural en el que se desarrolla y despliega. Se puede afirmar que la realidad cultural e histórica es vital en la existencia de una persona.

Entradas relacionadas: