Racionalismo y Duda Metódica: La Búsqueda de la Verdad en Descartes

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I. La Duda Metódica

El racionalismo fue un movimiento filosófico desarrollado en la Europa continental durante los siglos XVII y XVIII, caracterizado por la primacía que dieron a la razón en la fundamentación del conocimiento, la importancia de la matemática y la defensa de la existencia de ideas innatas y de la intuición intelectual.

Características del Racionalismo

  1. La tesis de que todos nuestros conocimientos acerca de la realidad proceden no de los sentidos, sino de la razón.
  2. El conocimiento puede ser construido deductivamente a partir de unos primeros principios (ideal geométrico).
  3. Estos principios no se pueden extraer de la experiencia, sino que se encuentran ya en el entendimiento. Las ideas son innatas.

El Punto de Partida: La Duda Metódica

El punto de partida para deducir nuestros conocimientos es una verdad absolutamente cierta. Para eliminar todo aquello de lo que se puede dudar, Descartes comienza con la duda metódica y las razones para dudar:

  • Testimonio de los sentidos, que nos inducen a error (realismo ingenuo).
  • Imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño (duda de la existencia de los cuerpos). Esto no afecta a las matemáticas.
  • Creencia de que hay un Dios omnipotente que puede hacer que nos engañemos (hipótesis de un Dios engañador).

Descartes radicaliza los motivos de duda. Plantea la hipótesis de un genio maligno y afirma que, si no es posible llegar al conocimiento de alguna verdad, está en nuestras manos suspender el juicio.

II. La Primera Verdad Indubitable y el Criterio de Verdad

La duda llevada al extremo parece abocar al escepticismo. Descartes encontró una verdad absoluta: la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Lo expresa en su frase “Pienso, luego existo”. La existencia del sujeto pensante es absolutamente indudable, porque se percibe con toda claridad (veo claramente que para pensar tengo que existir) y distinción (el yo que piensa es distinto del cuerpo, porque el yo que piensa puede negar tener cuerpo, pero no puede negar que está pensando sin contradecirse). Descartes deduce de esto su criterio de verdad: lo que se percibe con igual claridad y distinción.

III. Las Ideas y la Existencia de Dios

III.I. La Clasificación de las Ideas

Descartes deduce la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Para llevar a cabo la deducción, hay dos elementos: el pensamiento como actividad y las ideas pensadas. El pensamiento piensa ideas.

Factores en Juego

  1. El yo que piensa, cuya existencia es indudable.
  2. El mundo como realidad exterior al pensamiento, de existencia dudosa y problemática.
  3. Las ideas del mundo y de existencia que sin duda poseo, pues pienso que el mundo existe.

Para Descartes, el pensamiento recae sobre las ideas. La existencia de las cosas no nos consta en un principio. Las ideas poseen realidad objetiva, se diferencian entre sí.

Aspectos de las Ideas

Descartes destaca dos aspectos de las ideas:

  • Son actos mentales, “modos de pensamiento”. Tienen la misma realidad.
  • Poseen contenido objetivo. Su realidad es diversa. La idea de substancia tiene más realidad objetiva que la idea de accidente.
Clases de Ideas según su Origen
  • Ideas adventicias: parecen provenir de la experiencia externa.
  • Ideas facticias: construidas por el pensamiento a partir de otras ideas.

Ninguna de estas dos clases nos demuestra la existencia de una realidad externa.

  • Ideas innatas: el pensamiento las posee en sí mismo. A partir de estas ideas se construyen nuestros conocimientos.

III.2. Las Tres Pruebas de la Existencia de Dios

La existencia de Dios es demostrada a partir de la idea de Dios. Son pruebas a priori, independientes de la experiencia.

Descartes utiliza el argumento ontológico para hallar que no es posible separar la existencia de Dios de su esencia.

Además, utiliza un argumento basado en la causalidad aplicada a la idea de Dios. La idea de ser infinito requiere causa infinita, por lo que ser infinito existe. Ha de haber tanta realidad formal en la causa como realidad objetiva hay en el efecto, porque lo más perfecto no puede ser causado por lo menos perfecto (principio de causalidad).

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