Racionalidad y Conocimiento: Conceptos Filosóficos Fundamentales
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1. La Noción de Racionalidad
Algo tiene racionalidad cuando puede ser comprendido y explicado desde la razón. Podemos definir la racionalidad como aquella interpretación o explicación lógica que nos ofrece el entendimiento, desde sus principios y estructuras cognoscitivas, de la realidad en su conjunto, ya sea física o metafísica, natural o cultural, actual o posible, tal y como ésta se presenta ante nuestra conciencia. La realidad tiene que poseer en sí misma una racionalidad, un orden interno, una estructura óntica determinada, para que pueda ser comprendida. En efecto, una realidad que fuese absolutamente caótica, desordenada, carecería de racionalidad y no podría ser conocida por nuestro entendimiento.
1.1. Racionalidad Teórica y Práctica
Denominamos racionalidad teórica a la función del entendimiento que está encaminada a contemplar conceptualmente la verdad acerca de la realidad en general o de cualquier ente en particular, comprendiendo su esencia (qué es), explicando su existencia (por qué es así) y dotándola de sentido o finalidad última (para qué existe). Para ello se basa en los principios lógicos de identidad, causalidad y finalidad, respectivamente. Sin embargo, el ser humano no se limita a contemplar la realidad, sino que aspira a transformarla inteligentemente, es aquí donde radica precisamente la otra forma de racionalidad que vamos a denominar práctica. La racionalidad práctica, pues, es la función del entendimiento que trata de explicar la acción humana indicándola (señalando qué hay que hacer) y orientándola (proponiendo cómo hay que hacerlo) óptimamente (del mejor modo posible). Para ello se apoyará en los principios de finalidad y utilidad respectivamente. La primera operación que lleva a cabo el entendimiento con respecto a la acción humana es indicar lo que se ha de hacer, señalar aquello que se debe conseguir como lo más conveniente, y se apoya en el principio de finalidad, pues todo lo que el hombre hace voluntariamente persigue un fin, y ese fin no puede ser otro que el bien. La razón teórica, entonces, es la encargada de contemplar lo bueno, en cualquiera de sus acepciones, y de proponérselo a la voluntad. Ciertamente, un mismo objetivo puede alcanzarse de diferentes maneras, una acción se considerará tanto más racional cuanto más eficazmente logre su fin; y en eso consiste, precisamente, el llamado principio de utilidad.
1.2. Diferentes Modalidades de la Racionalidad Práctica
Según sea el tipo de fin que persiga:
- a) La actividad productiva, que persigue hacer la vida biológica más cómoda facilitando la adaptación al medio mediante la técnica.
- b) La actividad económica, orientada a la producción y distribución de la riqueza de manera que el ser humano pueda asegurarse lo necesario para la subsistencia de forma digna (calidad de vida).
- c) La actividad estética, que pretende hacer la vida más gratificante mediante la belleza.
- d) La actividad política, que busca mejorar la convivencia humana mediante la justicia.
- e) La actividad ética, que aspira a la perfección de la naturaleza humana mediante el bien moral. Esta última es la que con toda propiedad y rigor deberíamos denominar racionalidad práctica, porque el fin que persigue es el más elevado.
2. La Gnoseología o Teoría del Conocimiento: Naturaleza y Definición
La gnoseología es la rama de la filosofía que se ocupa de investigar el conocimiento, cuál sea su naturaleza y origen, su método, clases y límites. El conocimiento es una realidad de naturaleza relacional, es decir, que no se trata de un ser, sino más bien de un conocer. Este conocer va a consistir en la relación entre dos seres que se oponen antagónicamente, como polos opuestos: nos referimos al objeto y al sujeto que, por definición, se excluyen mutuamente, pues objeto es lo que no es sujeto, y viceversa. El conocimiento se asemeja, entonces, a un puente a través del cual se unen o comunican el sujeto y la realidad extramental. Se interpone el conocer como la representación del objeto en la mente del sujeto; el sujeto cobra conciencia del objeto como algo diferente de sí mismo.
3. Los Estados de la Mente con Respecto a la Verdad o Falsedad de las Proposiciones
La primera condición que debe cumplir todo conocimiento es el de ser una convicción. Pues bien, llamamos creencia al estado mental de plena convicción o asentamiento firme que otorgamos al contenido de verdad de un pensamiento o idea. El hecho de que nuestra mente se adhiera con absoluta seguridad a las creencias no es óbice para que estas puedan resultar falsas; como tampoco, el que nuestras creencias no puedan ser demostradas o probadas, implica que no puedan ser verdaderas. Cuando una creencia ha sido verificada o evidenciada, entonces deja de serlo y se convierte en certeza. Hablamos de ignorancia cuando desconocemos por completo el grado de verdad o falsedad de una proposición. La duda es el estado mental de vacilación o incertidumbre que nos sobreviene cuando las razones a favor y en contra de la verdad de nuestros pensamientos son equivalentes. Hablamos de opinión cuando nuestra mente se inclina más por una opción que por la contraria, pero admitiendo siempre la posibilidad de estar equivocados.
4. Diversas Acepciones o Significados del Término Verdad: Verdad Epistemológica, Lógica y Ontológica
Llamamos verdad epistemológica o verdad del conocimiento a la correspondencia o adecuación entre el pensamiento y la realidad, de manera que lo pensado en la mente coincide con lo que la realidad es. La verdad lógica o verdad del pensamiento es la que poseen nuestros contenidos mentales considerados en sí mismos, con independencia de que reflejen o no la realidad. Se puede definir como la coherencia interna del pensamiento o la ausencia de contradicción consigo mismo. Esta verdad admite dos modalidades: la verdad formal y la verdad material. La verdad ontológica o verdad del ser es la que posee la realidad en sí mismo considerada, es decir, en cuanto que es o existe con independencia de la mente humana y, en esa misma medida, podemos decir que se autoposee. La verdad ontológica consiste, por tanto, en la autenticidad de cada ser consigo mismo, al margen de lo que el hombre pueda pensar o querer que sea.
5. La Justificación del Conocimiento: El Criterio de Certeza
5.1. Planteamiento del Problema
De la definición de conocimiento se desprende que éste no sólo ha de ser verdadero, sino que su verdad debe ser justificada, es decir, debe venir respaldada por razones o pruebas que la garanticen; y en ello estriba la tercera condición de su posibilidad. De esta manera nos introducimos en la problemática del criterio como aquel instrumento lógico-metodológico que nos permite asegurarnos la verdad de nuestros conocimientos.
5.2. Noción de Criterio
El criterio consiste en una criba racional que nos permite separar las opiniones o creencias verdaderas de las que no lo son o son dudosas. En cuanto nos permite distinguir lo verdadero de lo falso se le denomina criterio de verdad. Se llama criterio de verdad o de certeza a aquella herramienta lógico-metodológica que nos permite reconocer la verdad de las proposiciones y, en consecuencia, estar ciertos de ella.
5.3. Noción y Clases de Proposiciones
Entendemos por proposición o enunciado, indistintamente, la expresión gramatical de un juicio cuyo contenido puede ser verdadero o falso. Las proposiciones se pueden clasificar en dos grandes grupos:
a) Proposiciones Analíticas: Son aquellas en las que lo que predicamos de un sujeto se deriva con necesidad lógica del análisis que realiza el entendimiento de los conceptos que integran ese juicio. Las características principales de estas proposiciones son:
- Se trata de juicios a priori o independientes de la experiencia.
- Son universales.
- Son necesarios, porque el predicado se atribuye al sujeto con obligatoriedad lógica, de forma que afirmar lo contrario, además de falso, sería absurdo.
- No son extensivas porque no aportan nada a nuestro conocimiento del sujeto.
b) Proposiciones Sintéticas: Son aquellas en las que lo que predicamos del sujeto se fundamenta en la experiencia. Sus características principales son:
- Se trata de juicios a posteriori o empíricos, al observar los hechos.
- No son universales, sino particulares.
- No son necesarios.
- Son proposiciones extensivas, porque en ellas se predican del sujeto nuevas, extraídas de la experiencia.
5.4. Diversos Criterios de Certeza
a) La Evidencia Lógica como Criterio de Certeza de las Proposiciones Analíticas: El fundamento de verdad de estas proposiciones está en los principios lógicos, bien por una demostración racional mediata. En ambos casos el criterio de certeza es la evidencia lógica, que puede definirse como la claridad y distinción que presenta un pensamiento de manera que obliga a la mente a aceptar su verdad para no incurrir en un absurdo.
b) La Verificación Empírica como Criterio de Certeza de las Proposiciones Sintéticas: La verificación empírica o evidencia física es el criterio de certeza más admitido. Consiste en la constatación empírica o comprobación experimental de que el predicado se ajusta al sujeto de la proposición. La manera de llevarlo a cabo es mediante la observación directa de los hechos, o bien, mediante la contrastación.
c) Otros Criterios de Certeza:
- La autoridad es la confianza o seguridad que sentimos ante la veracidad de una proposición en función del prestigio de su autor, es decir, cuando está sostenida por un reconocido experto en dicha materia.
- La utilidad es la eficacia que presenta un instrumento para llevar a cabo una determinada operación práctica, por lo que, a mayor utilidad, mayor probabilidad de que sea cierta.
- La coherencia es la compatibilidad que presenta una proposición hipotética con otra serie de proposiciones que constituyen un sistema de verdades ya contrastadas. Esa concordancia se presenta, en principio, como un aval que garantiza su veracidad. No es un criterio de certeza concluyente, pero sí es válido como criterio complementario.
- El sentido común es el consentimiento que otorga una gran mayoría de personas a la verdad de una proposición cuando se les supone madurez e independencia en el ejercicio de su racionalidad.
6. Modalidades de Conocimiento
La mente humana tiene dos maneras de acceder al conocimiento de la realidad: la sensibilidad y el entendimiento.
6.1. La Sensibilidad
Es la capacidad que tenemos de representarnos mentalmente la realidad por medio de los sentidos.
- La sensación es el fenómeno psíquico originado por la excitación de un órgano sensorial que, a su vez, es producida por un estímulo de naturaleza física o fisiológica procedente del mundo exterior y, en virtud de la cual, conocemos determinadas cualidades de los objetos (colores, sabores, etc.) o estados del propio organismo tales como fiebre, hambre, sed, etc. En toda sensación se distinguen, pues, tres fases:
- La fase física, correspondiente a la estimulación que proviene del mundo externo.
- La fase fisiológica, que se corresponde con la transformación del estímulo en una corriente nerviosa.
- La fase psíquica, que consiste en la transformación de esa corriente nerviosa en la cualidad correspondiente (sonido, olor, etc.) que es captada por nuestro psiquismo.
- La percepción, por su parte, se define como el fenómeno psíquico consistente en una integración estructurada de los datos sensoriales, gracias a la cual, la mente (sujeto cognoscente) realiza una síntesis creadora y captadora de los objetos.
- La imaginación es la aptitud mental de fijar, conservar y evocar imágenes; entendiendo por imagen la representación mental del contenido de una percepción en ausencia del estímulo que provocó dicha percepción con anterioridad. La imaginación se presenta bajo las siguientes formas:
- La imaginación reproductora o icónica, que es la capacidad de representación mental de imágenes fieles a la percepción. A este tipo de imágenes las podemos denominar iconos.
- La imaginación creadora o fantasía, que se define como la capacidad de producir imágenes nuevas a partir de transformaciones arbitrarias de las imágenes icónicas.
- La memoria, que se define como la capacidad de relacionar las imágenes con nuestro pasado histórico, es decir, la capacidad que nos permite localizar las imágenes dentro de las coordenadas espacio-temporales en las que se produjeron, y de reconocerlas como vivencias propias pertenecientes a nuestra biografía personal.
6.2. El Entendimiento
Es la capacidad de pensar, comprender o descifrar la realidad mediante conceptos. Consta de:
- La conceptuación o aprehensión es la función del entendimiento por la cual formamos los conceptos. Entendemos por concepto la representación mental de la esencia de un objeto; y por esencia, el conjunto de características que definen universalmente a un individuo dentro de su especie, es decir, que deciden su naturaleza. En todo concepto se distinguen la comprensión y la extensión. La comprensión es el conjunto de notas determinantes que lo definen, mientras que la extensión es el conjunto de individuos que dicho concepto denota o abarca; ambos aspectos están relacionados según una proporcionalidad inversa; esto es, que cuanto mayor es su comprensión menor es su extensión, y viceversa. Los conceptos son realidades mentales y, por lo tanto, necesitan de una realidad física, la palabra, para poder ser expresados y servir como vehículos de comunicación. El mecanismo según el cual nuestra mente forma los conceptos se denomina proceso de abstracción y consta, según el esquema aristotélico, de las siguientes fases:
- La judicación es la operación por la cual el entendimiento relaciona conceptos para formar juicios. El juicio es, pues, la función de establecer relaciones de exclusión o pertenencia entre los diversos seres e ideas, afirmando o negando unos de otros. Dicha función nos permite ir desplegando expositivamente nuestro conocimiento de la realidad. La expresión gramatical del juicio es la proposición.
- El razonamiento es la función del entendimiento por la cual relacionamos unos juicios, cuya verdad nos es conocida y a los que denominamos premisas, para extraer o derivar de ellos nuevos juicios de cuya verdad no teníamos constancia y a los que denominamos conclusiones. A los razonamientos se les denomina también argumentos o inferencias y, acerca de ellos, no podemos decir que sean verdaderos o falsos, sino correctos o incorrectos.
7. Clases de Razonamiento
- El razonamiento deductivo o demostración racional es denominado así porque la verdad de la conclusión se infiere (se deriva o extrae) con necesidad lógica de la verdad de las premisas. Esto se debe a que la verdad de la conclusión ya estaba implícitamente contenida en la verdad de las premisas, por ser éstas proposiciones más universales o de mayor extensión que la conclusión extraída de ellas. En el razonamiento deductivo se parte, pues, de lo más general y se llega a una conclusión de menor amplitud, más restringida o particular. Se apoya en el principio de identidad, de no contradicción, y de tercero excluido.
- El razonamiento inductivo es aquel en el que nuestro entendimiento sigue un proceso inverso al anterior, es decir, que partiendo de muchas premisas cuya extensión es de carácter particular o singular, se remonta hasta una conclusión de carácter general, que se predica universalmente de todos los sujetos. El razonamiento inductivo se apoya en el principio de causalidad.
- El razonamiento analógico es el que se lleva a cabo cuando el entendimiento establece una relación de semejanza entre dos realidades diferentes que comparten una serie de características comunes, de tal manera que, si el número de similitudes compartidas es lo suficientemente elevado o significativo, se pueda concluir la analogía completa entre los demás aspectos aún no conocidos de la realidad que se presenta como problemática. Por ejemplo, sean X y Z dos realidades diferentes que comparten la serie de analogías: (a-a’, b-b’, c-c’, d-d’, e-e’). Si además la realidad X presenta la característica (f), sería razonable inferir que la realidad Z presentara, también, la característica (f’) de la que aún no tenemos constancia. Se apoya en el principio de similitud, según el cual, los hechos semejantes lo son en virtud de que tienen un fundamento o parentesco común.