Quevedo: Sátira, ingenio y crítica social en la poesía barroca
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A una nariz
A una nariz. Francisco de Quevedo. Máximo exponente del llamado conceptismo, tendencia estilística del Barroco que pone especial énfasis en los juegos de palabras ingeniosos, en el uso de la ironía y en la deformación de los significados. Este soneto es una buena muestra de ello. El tema hiperbólico describe una nariz, al parecer la de su contemporáneo y rival Luis de Góngora. Se trata de una burla para desacreditar a su enemigo, pero al meterse con su nariz no solo lo tacha de feo narigudo, también lo insulta llamándolo judío. Las referencias a su condición de judío converso no se hacen solo por la creencia en la época de que los judíos tenían la nariz grande, sino por alusiones más concretas: sayón y escriba (verdugo y juez de los judíos), las doce Tribus de narices era (las doce tribus de Israel), en la cara de Anás fuera delito (Anás fue uno de los jueces judíos que condenó a Jesucristo). Con una ironía constante, las figuras retóricas más destacadas son las metáforas y las hipérboles: todas las semejanzas entre la nariz y diferentes conceptos son exageradas. También destaca la anáfora del érase y la repetición de nariz, con los evidentes paralelismos. Juegos de palabras ingeniosos: con la idea del superlativo (nariz superlativa, naricísimo infinito, muchísima nariz), un hombre a una nariz pegado, Ovidio Nasón más narizado, reloj de sol mal encarado. Así como imágenes cómicas además de exageradas: un elefante boca arriba, pez espada con barba, alquitara pensativa.
Fue sueño ayer, mañana será tierra
Fue sueño ayer, mañana será tierra. Francisco de Quevedo. Soneto filosófico, sobre el tema del paso del tiempo, representado en el tópico de Virgilio tempus fugit. Tema muy repetido en el Barroco, época pesimista como sabemos, pero Quevedo aporta su originalidad conceptista sacándole punta a la idea hasta extremos inverosímiles, demostrando su gran ingenio. Uso de las formas verbales y adverbios en tiempos opuestos, con cuyo contraste (antítesis) enfatiza el paso acelerado del tiempo (fue-será, ayer-mañana, antes-después) en el primer cuarteto. La contraposición sueño-tierra, nada-humo es la expresión de otro tópico muy ligado al anterior: vanitas vanitatis, palabras de la Biblia para referirse al carácter engañoso de las apariencias, que exige el rechazo o renuncia de toda ambición humana, por considerarla vana. La polisíndeton y la admiración refuerzan lo absurdo del presente: cegado por la ambición no ve la trampa del tiempo. En el segundo cuarteto utiliza el campo semántico de la guerra para referirse alegóricamente a la batalla contra el tiempo, evidentemente una batalla perdida de antemano. Es contundente el verso final del cuarteto: el cuerpo (que aloja su alma) será su condena porque el cuerpo no es inmortal, envejece y muere.
En el primer terceto vuelve a jugar con los adverbios y formas verbales para dar la idea de fugacidad, de veloz paso del tiempo, como si el presente no existiera, confundido entre el pasado y el futuro. Un pasar del tiempo que conduce a la muerte. En el terceto final usa una metáfora macabra en la que las palabras que significan tiempo cavan su fosa en su propio cuerpo, pagándoles el trabajo encima con su propio sufrimiento.
Letrillas satíricas
LETRILLAS SATÍRICAS. FRANCISCO DE QUEVEDO. La letrilla es una sátira en forma de canción o villancico, con su cabeza, mudanza, versos de enlace y de vuelta y, finalmente, el estribillo, que repite en este caso la cabeza entera. Todos los versos son octosílabos menos uno del estribillo, puesto que se trata de un refrán popular, no creado por Quevedo. La crítica humorística de vicios y malas costumbres, en forma de burla o sátira, es uno de los géneros temáticos más habituales en el Barroco. Aquí aparece un tema recurrente: la corrupción del dinero. La originalidad de Quevedo le hace utilizar la personificación del dinero como eje de la letrilla, ya que, como dice el refrán, es un poderoso caballero. Así en la primera estrofa, la voz poética se confiesa servidor y admirador de este poderoso caballero, y en las siguientes estrofas nos explica la vida del dinero, sus efectos, su linaje... Cómo nace en América, el oro y plata que se trae de allí, y viene a morir en España, donde se gasta, y es enterrado en Génova, porque los banqueros genoveses eran los que previamente habían prestado dinero a los reyes y nobles españoles, dinero que se ha de devolver con intereses.
Recursos estilísticos: apóstrofe (madre), aliteración (de m en los primeros versos), derivación (amante, amado, enamorado), ironía a lo largo de todo el poema. Antítesis (cristiano-moro, da-quita, doblón-sencillo). Abundan los juegos de palabras basados en el doble sentido de términos relativos al dinero: escudos como moneda y como símbolos de nobleza, Blanca como nombre de reina y como moneda de poco valor, gatos (bolsas para guardar el dinero) le guardan de gatos (ladrones), cuartos en el sentido de pedazos y cuarta parte de una moneda, caras en el sentido de rostros de las mujeres y de caras de las monedas.