Puntos Clave y Enseñanzas del Libro de Éxodo
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Éxodo 15:8 - La naturaleza de las aguas "cuajadas"
¿Se solidificaron de verdad las aguas del mar Rojo, ya que el texto dice que quedaron cuajadas? El verbo hebreo traducido cuajar quiere decir encogerse o engrosarse. En Job 10:10 se usa el mismo verbo con relación al proceso de cuajar la leche. Por lo tanto, decir que las aguas quedaron cuajadas no significa necesariamente que se congelaron hasta solidificarse. Si el fuerte viento del este, mencionado en Éxodo 14:21, hubiera sido suficientemente frío como para congelar las aguas, sin duda se habría hecho alguna referencia a que hacía mucho frío. Como no había nada visible que contuviera las aguas, daban la apariencia de estar cuajadas, endurecidas o espesadas.
Éxodo 15:25; 16:12 - El cuidado de Jehová
Jehová cuida a su pueblo.
Éxodo 18:21 - Cualidades de los líderes
Los varones que se escogen para ocupar posiciones de responsabilidad en la congregación cristiana también deben ser hombres capaces, temerosos de Dios, dignos de confianza y altruistas.
Éxodo 15:11 - Adoradores liberados hoy día
Hoy día también hay adoradores libertados, los cuales no solo agradecen las obras creativas de Dios, sino también sus decretos. Se ha liberado y separado espiritualmente de este mundo contaminado a personas de todas las naciones porque reconocen los justos decretos de Dios y los ponen en práctica.
Éxodo 16:1-3 - El peligro del descontento
Lo cierto es que Jehová cubrió las necesidades de los israelitas en el desierto, pues amorosamente les proporcionó comida y agua. El hambre nunca puso en peligro su supervivencia. Pero el descontento los llevó a exagerar la situación y a murmurar. Aunque sus quejas iban dirigidas contra Moisés y Aarón, Jehová consideró que era con él mismo con quien estaban descontentos.
Éxodo 18:5-7, 13-27 - Moisés acepta consejo y juzga según la ley divina
Aunque Moisés era el caudillo de la gran nación de Israel nombrado por Jehová, estaba dispuesto a aceptar consejo de otros, en particular cuando eso repercutía de forma positiva en la nación. Moisés escuchó el consejo de Jetró y lo aceptó, de modo que organizó al pueblo en millares, centenas, cincuentenas y decenas, con un jefe como juez sobre cada grupo. Solo los casos difíciles se llevaban a Moisés. Es digno de mención también que al explicar a Jetró lo que estaba haciendo, Moisés dijo: En caso de que se les suscite una causa, esta tiene que venir a mí y yo tengo que juzgar entre una parte y la otra, y tengo que dar a conocer las decisiones del Dios verdadero y sus leyes. De este modo indicó que reconocía que no tenía que juzgar según sus propias ideas, sino según las decisiones de Jehová, y que además tenía la responsabilidad de ayudar al pueblo a conocer y aceptar las leyes de Dios.
(Éx 18:5-7, 13-27.)