Puntos Clave para un Aseo Personalizado y Respetuoso del Usuario

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Antes de iniciar cualquier procedimiento de aseo, es fundamental considerar una serie de aspectos para asegurar una atención de calidad, centrada en las necesidades y el bienestar del usuario. A continuación, se detallan las 19 recomendaciones esenciales:

Preparación, Entorno e Intimidad

  1. Valoración previa: Valora el tipo de técnica a realizar en función del grado de dependencia y las necesidades higiénicas del usuario.
  2. Conocimiento del usuario: Conoce su estado de salud y cualquier aspecto que implique modificar las actividades habituales.
  3. Comunicación y colaboración: Explica claramente al usuario y familiares el procedimiento; solicita y fomenta su colaboración para mejorar la realización y favorecer su independencia.
  4. Preservación del pudor: Descubre únicamente la parte del usuario sobre la que actúas, manteniendo el resto del cuerpo cubierto con una toalla o sábana para evitar que se enfríe, mantener su intimidad y respetar su pudor.
  5. Mantenimiento de la intimidad: Para mantener la intimidad del usuario:
    • Utiliza elementos de separación (biombos, cortinas, etc.) si hay otros usuarios.
    • Si el aseo se realiza en el baño, mantén la puerta cerrada y asegúrate de que no haya visibilidad desde el exterior. Recomienda que el usuario no se encierre por dentro, pues imposibilitaría el acceso en caso de emergencia. Debes permanecer cerca para brindar la asistencia necesaria.
    • Asegura tener todo el material preparado antes de empezar para no tener que salir durante su realización.
    • Invita a salir a los familiares que puedan estar presentes en ese momento, si es apropiado.
  6. Frecuencia: Realiza el aseo siempre que sea necesario y, como mínimo, una vez al día, generalmente por la mañana, coincidiendo con el cambio de sábanas.
  7. Rutinas: Crea rutinas y horarios de higiene.

Procedimiento Técnico y Seguridad del Usuario

  1. Trabajo en equipo: Colabora con otra persona si es posible, para facilitar la movilización y aumentar la seguridad del usuario. Si no es posible, utiliza siempre la barandilla de la cama del lado contrario a donde te encuentres.
  2. Temperatura ambiental: Mantén una adecuada temperatura en la habitación, entre 22 °C y 24 °C.
  3. Temperatura del agua: Ajusta la temperatura del agua según el tipo de aseo y las preferencias del usuario. Si no puede expresar su preferencia, utiliza agua entre 38 °C y 40 °C para una sensación agradable, salvo indicación terapéutica en contra.
  4. Evitar corrientes: Evita las corrientes de aire cerrando puertas y ventanas.
  5. Productos adecuados: Utiliza jabones adecuados para mantener el pH de la piel (determinación química que valora el carácter ácido o alcalino de una sustancia), considerando las preferencias del usuario.
  6. Orden del aseo: Sigue el orden establecido que, salvo contraindicación, es de limpio a sucio y de arriba hacia abajo.
  7. Cuidado de dispositivos: Presta especial atención a sondas, vías y otros sistemas terapéuticos del usuario para evitar desinserciones o reflujos.

Cuidados Post-Aseo, Observación y Registro

  1. Secado completo: Tras el aseo, realiza un buen secado, prestando especial atención a los pliegues cutáneos y los espacios interdigitales.
  2. Hidratación y masaje: Aplica crema hidratante y realiza un masaje suave pero firme en las zonas sometidas a presión para mejorar el riego sanguíneo cutáneo. Importante: No se deben masajear las zonas con indicios de Úlceras por Presión (UPP).
  3. Cuidado podológico: Realiza un correcto cuidado de los pies, especialmente si el usuario padece diabetes.
  4. Vigilancia de la piel: Vigila el estado de la piel. Si hay heridas, estas se deben lavar, secar, cubrir con apósitos adecuados y observar su evolución.
  5. Posicionamiento y registro: Tras finalizar el aseo, deja al usuario en una posición adecuada y cómoda, y registra cualquier incidencia observada.

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