Pueblos Prerromanos de la Península Ibérica: Culturas y Características

Enviado por Chuletator online y clasificado en Otras lenguas extranjeras

Escrito el en español con un tamaño de 3,98 KB

Pueblos Prerromanos: Un Vistazo a las Culturas de la Península Ibérica

Durante el I milenio a.C., diversas poblaciones indoeuropeas, provenientes del este de Europa y Siberia, se establecieron en la Península Ibérica, principalmente en el norte y la Meseta. Estos pueblos se fusionaron con las comunidades autóctonas, introduciendo el conocimiento de la metalurgia del hierro y dando origen a los pueblos prerromanos peninsulares. Su desarrollo se sitúa a partir de mediados del siglo IX a.C., coincidiendo con la llegada de la metalurgia del hierro. Un rasgo común era su asentamiento en núcleos fortificados.

Cultura Tartésica

En el sur, en el valle del Guadalquivir, se desarrolló la cultura tartésica, influenciada por los fenicios. Alcanzaron un alto nivel de desarrollo urbano y comercial, gracias a la explotación minera, como lo demuestra el tesoro de oro de El Carambolo (Sevilla).

Cultura Ibérica

De la influencia tartésica, fenicia, griega y cartaginesa, que llegaba del Mediterráneo oriental, surgió la cultura ibérica en el sur y este de la Península, extendiéndose hacia el interior por el valle del Ebro:

  • Estaba formada por pueblos independientes con rasgos culturales y lingüísticos similares (turdetanos, edetanos, laietanos...).
  • Su economía era agrícola, basada en cereales, vid y olivo, aunque también cultivaban fibras textiles como el lino y el esparto.
  • Los íberos del sur explotaban intensivamente las minas para la fabricación de armas (falcata) y orfebrería.
  • Otras actividades artesanales incluían la elaboración de cerámica y tejidos. Gracias al comercio, acuñaron su propia moneda. Algunos pueblos íberos desarrollaron la escritura.
  • Habitaban en poblados amurallados, en zonas de fácil defensa, y su organización social era jerarquizada, con una aristocracia liderada por un monarca. Se conservan esculturas relacionadas con ritos religiosos y funerarios, como la Dama de Elche.

Culturas Celtas y Celtibéricas

En el resto de la península, en la meseta, la costa atlántica y cantábrica, con excepción de los vascones en la zona occidental de los Pirineos, se desarrollaron culturas de tradición indoeuropea o celta, mezcladas con elementos indígenas. En algunas zonas, entre el valle del Duero y el Ebro, adoptaron formas ibéricas, dando lugar a la cultura celtibérica. Los celtas, provenientes de Centroeuropa, llegaron en oleadas sucesivas entre el 1000 y 500 a.C., mezclándose con las poblaciones autóctonas. Eran pueblos independientes como los astures, galaicos y lusitanos:

  • Su economía era agrícola, basada en el cultivo de cereales y la ganadería, con poca presencia de comercio.
  • Elaboraban cerámica y tejidos, y eran expertos metalúrgicos, especialmente en la producción de objetos de hierro y orfebrería.
  • Su organización social era tribal y no conocían la escritura.

Cultura Castrexa

En el noroeste peninsular, como resultado de la mezcla indígena y celta, se desarrolló la cultura castrexa. Su elemento más significativo es el castro, un poblado defendido por fortificaciones (murallas, fosos, terraplenes) que albergaba construcciones domésticas, principalmente de forma redondeada.

El número de castros fue muy elevado, y su rastro perdura en la toponimia y los apellidos. No formaban una unidad política, sino que eran independientes, a veces aliados y otras enfrentados. Eran pueblos agrícolas y ganaderos, pero también desarrollaron una importante minería y metalurgia, de la que quedan piezas de orfebrería como torques o fíbulas. Su organización social mostraba cierta estratificación, evidenciada, por ejemplo, en la presencia de joyas en los enterramientos como distintivo de poder.

A partir del siglo III a.C., los romanos, en expansión por el Mediterráneo, llegaron a la Península y conquistaron sucesivamente a estos pueblos, romanizándolos, aunque con diferente intensidad.

Entradas relacionadas: