Psicoanálisis y Cosmovisión: Un Enfoque Científico
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Psicoanálisis y Cosmovisión: Un Enfoque Científico
Señoras y señores: En nuestra anterior reunión, abordamos asuntos cotidianos, poniendo en orden nuestra vida. Hoy, nos aventuraremos a responder una pregunta recurrente: ¿conduce el psicoanálisis a una cosmovisión específica? Y, de ser así, ¿cuál sería?
El término «Cosmovisión» («Weltanschauung») es un concepto alemán complejo de traducir. Podríamos definirlo como una construcción intelectual que, partiendo de una hipótesis fundamental, busca resolver de manera coherente todos los problemas de la existencia, asignando a cada aspecto su lugar preciso. Es comprensible que poseer una cosmovisión así sea un anhelo humano, pues brinda seguridad y guía en la vida.
El Psicoanálisis y la Cosmovisión Científica
Como disciplina científica, rama de la psicología (de lo profundo o del inconsciente), el psicoanálisis no puede generar una cosmovisión propia, sino que debe adherirse a la de la ciencia. Esta cosmovisión científica se distingue por:
- Aceptar la unicidad de la explicación del mundo como un objetivo futuro.
- Limitarse a lo verificable en el presente.
- Rechazar elementos ajenos a la investigación.
- Considerar la observación y la investigación como las únicas fuentes de conocimiento.
Esta perspectiva, aunque cercana a la aceptación general, ha sido criticada por considerarse pobre y desconsoladora, al no satisfacer las necesidades del espíritu y el alma. Sin embargo, esta crítica es insostenible, ya que el espíritu y el alma son también objetos de estudio científico. El psicoanálisis, al extender la investigación al ámbito anímico, refuerza la cosmovisión científica.
La ciencia no excluye el estudio de las funciones intelectuales y emocionales, pero no acepta nuevas fuentes de conocimiento como la intuición o la adivinación, considerándolas ilusiones basadas en deseos. La ciencia reconoce que las demandas de cosmovisión surgen de la vida anímica, pero no las considera justificadas, excluyendo de su ámbito todo lo que sea ilusión.
Esto no implica despreciar el valor de estas demandas para la vida humana. Se deben estudiar sus manifestaciones en el arte, la religión y la filosofía, pero no se deben transferir al ámbito del conocimiento, pues esto abriría las puertas a la psicosis. La ciencia debe ejercer la crítica y rechazar las intromisiones de otros campos del saber.
La Religión como Rival de la Ciencia
De los poderes que disputan el territorio de la ciencia, la religión es el único enemigo serio. El arte es inofensivo, y la filosofía, aunque se distancia de la ciencia al buscar una imagen completa del universo, trabaja con métodos similares. La religión, en cambio, es un poder inmenso que influye en las emociones humanas.
La religión ofrece:
- Explicaciones sobre el origen del universo.
- Protección y dicha en la vida.
- Preceptos para guiar las acciones.
En su primera función, la religión compite con la ciencia. En la segunda, ofrece consuelo y seguridad ante los peligros de la vida, algo que la ciencia no puede igualar. En la tercera, se distancia de la ciencia al promulgar preceptos y limitaciones.
La conexión entre estos tres aspectos de la religión se comprende al analizar su origen. La cosmogonía religiosa presenta un creador magnificado, un superhombre idealizado, que el psicoanálisis identifica con la figura del padre. Así, la creación del universo se asemeja a la propia génesis del individuo.
Las seguridades y demandas éticas se entrelazan con esta cosmogonía. El padre, protector en la infancia, se convierte en la imagen de Dios, y las prohibiciones y demandas parentales se transforman en conciencia moral. La religión ofrece protección y satisfacción a cambio del cumplimiento de sus preceptos.
El Animismo como Precursor de la Religión
Antes de la religión, existió el animismo, donde el mundo estaba habitado por espíritus de carácter humano. No había un poder superior que los gobernara, y el hombre se defendía de ellos mediante acciones mágicas. La magia, precursora de la técnica, se basaba en la sobrestimación del pensamiento y la creencia en la omnipotencia de la palabra.
Muchas manifestaciones del animismo persisten hoy como supersticiones. Incluso la filosofía ha conservado rasgos del pensamiento animista, como la sobrestimación del poder de la palabra.
El Surgimiento de la Religión y su Crítica
El paso del animismo a la religión se relaciona con el totemismo y la aparición de los primeros mandamientos éticos. La religión, a diferencia del animismo, vincula la angustia a los demonios. Sin embargo, el espíritu científico, fortalecido por la observación, comenzó a criticar la religión, cuestionando sus milagros y sus explicaciones del mundo.
El psicoanálisis contribuyó a esta crítica al señalar que el origen de la religión se encuentra en el desvalimiento infantil y que sus contenidos derivan de los deseos y necesidades de la infancia. La ciencia considera que la religión es un intento de dominar el mundo sensorial a través del mundo del deseo, pero que no logra su objetivo. Sus doctrinas son propias de épocas de ignorancia, y sus consuelos no son confiables.
La Lucha entre la Ciencia y la Religión
La lucha entre la ciencia y la religión continúa. La religión se considera superior a la crítica, argumentando que es de origen divino. Sin embargo, este argumento es una petición de principio, ya que se cuestiona precisamente la existencia de un espíritu divino. La religión no tiene derecho a limitar el pensamiento científico ni a sustraerse a su crítica.
El pensamiento científico, similar al pensamiento cotidiano, se distingue por su interés en lo no útil, su objetividad y su búsqueda de la verdad. La religión, al afirmar que es verdadera por ser benéfica, se entromete en el ámbito de la ciencia. La prohibición de pensar que impone la religión es perjudicial para el individuo y la sociedad. La razón es un poder unificador, y la prohibición de pensar es un peligro para la humanidad.
La religión no puede admitir que la ciencia es la única fuente de verdad, pues perdería su influencia. El hombre común solo conoce una verdad, y no puede imaginar una verdad superior. La lucha continúa, y los defensores de la religión atacan a la ciencia, cuestionando sus logros y su capacidad para resolver los enigmas del universo.
La ciencia, aunque joven y con un camino lento, es indispensable y no puede ser sustituida. Su progreso es constante, y sus hallazgos se compaginan con el tiempo. La religión, en cambio, está acabada y no puede perfeccionarse. La ciencia busca la verdad, mientras que la religión es una ilusión basada en deseos.
Otras Cosmovisiones
Existen otras cosmovisiones opuestas a la científica, como los sistemas filosóficos, el nihilismo y el marxismo.
El Nihilismo
El nihilismo, influenciado por la teoría de la relatividad, niega la existencia de la verdad y el conocimiento cierto. Considera que la ciencia es una ilusión producto de nuestras necesidades. Sin embargo, esta doctrina fracasa en la vida práctica, donde las acciones se basan en el conocimiento.
El Marxismo
El marxismo, con su análisis de la estructura económica de la sociedad, ha ganado autoridad. Sin embargo, algunas de sus tesis, como el desarrollo de la sociedad como un proceso de historia natural, son cuestionables. El psicoanálisis considera que las diferencias sociales se deben a luchas entre grupos humanos y a factores psicológicos y materiales.
El marxismo destaca la influencia de las relaciones económicas en las posturas intelectuales, éticas y artísticas. Sin embargo, no se pueden omitir los factores psicológicos, como las pulsiones de autoconservación, agresión, amor y búsqueda de placer. El superyó y el desarrollo de la cultura también influyen en la conducta humana.
El marxismo, al buscar imponer cambios revolucionarios, ha adoptado el absolutismo de una cosmovisión, creando una prohibición de pensar similar a la de la religión. El bolchevismo, al igual que la religión, promete un futuro mejor para compensar las penas del presente. Sin embargo, la transformación de la naturaleza humana es improbable.
El psicoanálisis no puede aconsejar sobre cómo obrar en este contexto. La historia mostrará si el experimento bolchevique tendrá éxito. Es posible que se necesiten nuevos descubrimientos para mejorar la sociedad y satisfacer las necesidades culturales del individuo.
Conclusión
El psicoanálisis no crea una cosmovisión propia, sino que se adhiere a la científica. Esta cosmovisión es incompleta y no pretende ser un sistema absoluto. El pensamiento científico es joven y tiene muchos problemas por resolver. La cosmovisión científica se basa en la verdad y rechaza las ilusiones. Aquellos que busquen más consuelo y seguridad pueden buscarlo en otros lugares, pero el psicoanálisis no puede cambiar su perspectiva.