Proteccionismo, Regeneracionismo e Intervencionismo en la Economía Española (1875-1959)

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El Proteccionismo Arancelario

A partir de la restauración monárquica, tomó mucha importancia la protección arancelaria en los mercados españoles. Al inicio de esta restauración, la protección arancelaria era relativamente alta. En la actualidad, predomina como un obstáculo para avanzar a la hora de unificar el mercado. Aliados políticos del proteccionismo fueron los emergentes nacionalismos de las zonas industrializadas: el vasco, el catalán, incluso el gallego y andaluz, así como las ideologías que no comparten el liberalismo económico.

El Regeneracionismo

La solución que se deriva de esta corriente de pensamiento, el regeneracionismo, así como el pensamiento militar y la dificultad que tenía España de entrar en los mercados internacionales, ya que tenía una escasa demanda que atender, está en reservar el mercado interno a los productos NACIONALES. Se buscaba la necesidad de la autarquía y la consecución de mercados dependientes.

Entre 1899 y 1906, existe un cambio de mentalidad mucho más propenso al fomento de la producción que caracterizará al regeneracionismo en diversos planos. Políticamente, el regeneracionismo se ve precedido por la crisis del partido liberal conservador, la crisis del partido liberal fusionista y el desastre, acontecimientos que darán lugar a la España de 1900. Los gobiernos de regeneración reducen los gastos en defensa, destinando más a enseñanza y comunicaciones.

El Intervencionismo

Aunque en estos años anteriores hay intervencionismo en España y Europa, la subetapa que sigue combina proteccionismo y regeneracionismo para derivar hacia la participación directa del Estado en la actividad económica y tiene como exponente la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), momento de apogeo y declive del régimen surgido de la Restauración Monárquica. Prueba de ello es que, pese a la todavía dimensión muy reducida del Estado, las inversiones públicas llegaron a superar al final de la subetapa a las privadas.

El resultado general es una transformación del modelo de economía tradicional a otra más moderna, aunque incompleta, pues surgieron unos transportes y servicios públicos, pero el sector agrario siguió siendo el más importante en el conjunto de la economía, lo que provocó el atraso o escasa especialización industrial y la necesidad de modernización agrícola para ser más productivo.

La Autarquía

La guerra civil española (1936-1939), que dará paso al Franquismo hasta 1975, y la Segunda Guerra Mundial, además de romper la unidad de mercado en aspectos como la industria, la agricultura y en el tema fiscal, ayudarían a imponer como modelo la Autarquía (1939-1959). En este modelo autárquico se demora la modernización de España, al igual que en las fases anteriores. Trata de lograr una autosuficiencia basada en el mercado nacional, donde se intensifica el ruralismo y el poco desarrollo de la industria, conviven con rasgos como el intenso autoabastecimiento, la supresión de libertades en el área económica, la intervención del Estado y el control y explotación de los trabajadores.

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