Propiedad Privada y Justicia: Reflexiones sobre el Séptimo y Décimo Mandamiento

Bienes de la Tierra: Origen y Destino según la Doctrina Cristiana

Dios creó la Tierra y la proveyó de bienes. Como creador, todo le pertenece. Dios confió estos bienes a los hombres para que los usaran correctamente, los cuidaran y los dominaran a través del trabajo.

Dios dispuso que los bienes beneficiaran a todos, no solo a unos pocos privilegiados. Permite que se utilicen para satisfacer las necesidades fundamentales propias y de aquellos a nuestro cargo. Sin embargo, condena el uso caprichoso de los bienes y de la naturaleza.

El Decálogo, en el mandamiento "no robarás", prohíbe el abuso de los bienes.

El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) enseña que el séptimo mandamiento se refiere al "destino y distribución universal de los bienes", al derecho a la propiedad privada, al respeto a las personas y sus bienes, y a la integridad de la creación.

La Propiedad Privada: Un Derecho Natural con Función Social

La propiedad privada es el derecho del hombre sobre los bienes de la Tierra. Es un derecho natural que debe ser protegido y regulado por el Estado mediante leyes.

La moral católica sobre la propiedad se basa en tres principios:

• A) El hombre tiene derecho a la propiedad privada.
• B) La propiedad privada tiene una función social: la Doctrina Social de la Iglesia enseña el destino universal de los bienes para todos los hombres.
• C) Prioridad de la función social de la propiedad: en caso de conflicto entre el derecho de propiedad privada y su función social, el Estado puede regular la posesión y el uso de la propiedad privada, haciendo prevalecer su función social.

Justicia: Virtud Fundamental en la Gestión de los Bienes

La justicia es la virtud que nos inclina a dar a cada uno lo que le pertenece. El séptimo mandamiento prescribe la justicia y la caridad en la gestión de los bienes terrenales y de los frutos del trabajo de los hombres.

La justicia tiene tres aspectos fundamentales:

• A) Justicia conmutativa: regula las relaciones entre particulares.
• B) Justicia distributiva: regula los deberes del Estado respecto a sus ciudadanos.
• C) Justicia legal: regula los deberes de los ciudadanos respecto al Estado.

Pecados contra el Séptimo Mandamiento: Actos Externos e Internos

El séptimo mandamiento prohíbe los actos externos que dañan al prójimo en sus bienes, como el robo, el hurto y el asalto.

• Hurto: Apoderarse ocultamente de un bien ajeno. Si se realiza con violencia, se considera robo. El fraude también es una forma de robo, ya que implica engaño.
• Usura: Exigir un interés excesivamente alto por un préstamo.
• Plagio: Apropiarse indebidamente de la propiedad intelectual de otro (música, obras de arte, etc.).
• Retención injusta: Conservar lo que pertenece a otro.
• Daño injusto: Causar perjuicio al prójimo en sus bienes.
• Especulación: Alterar artificialmente el valor de los bienes (falsificación de cheques, trabajos mal realizados, etc.).
• Corrupción: Ofrecer o aceptar sobornos para obtener un resultado favorable.

Todos los pecados contra la justicia exigen reparación.

El Décimo Mandamiento: No Codiciar los Bienes Ajenos

El décimo mandamiento ("no codiciarás los bienes ajenos") aborda el deseo desordenado de poseer. Si bien los bienes son buenos y necesarios, el corazón humano puede anhelarlos de manera incorrecta.

La pobreza de espíritu (pobreza cristiana) exige el desprendimiento de los bienes materiales, utilizándolos como medios y no como fines en sí mismos.

El décimo mandamiento busca orientar los deseos del corazón para que el uso de los bienes no se oponga al espíritu de la pobreza evangélica. Prohíbe la codicia (deseo desmedido de apropiarse de lo ajeno) y la envidia. No impide el deseo legítimo de mejorar la propia posición social, siempre y cuando se reconozca que el amor de Dios es el bien supremo y se evite el amor desordenado a los bienes materiales.