Los Procesos de Unificación de Italia y Alemania en el Siglo XIX

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Unificación de Italia

Italia estaba dividida en diversos estados desiguales en tamaño e importancia, y algunas zonas (la Lombardía) estaban bajo el dominio austriaco. Las ideas de nación y soberanía se habían divulgado desde la invasión napoleónica, y se habían mantenido durante la Restauración y a través de sociedades secretas.

En la década de 1830 se formó un movimiento de afirmación nacional: el Risorgimento.

El fracaso de los intentos revolucionarios de los años 1848-1849 significó la continuidad del dominio de Austria, de la fragmentación política y de los regímenes absolutistas. Solo en el Piamonte se consolidó un estado constitucional, bajo la monarquía de Saboya. Su jefe de gobierno, Cavour, fue el impulsor de una estrategia moderada para la unificación.

Sin embargo, la unidad italiana resultaría de la complementariedad de ambas estrategias, aunque la monarquía de Víctor Manuel II de Saboya fue la principal beneficiaria. Por un lado, Cavour consiguió, con la ayuda francesa, derrotar a los austriacos, anexionar la Lombardía y poco después los estados centrales. Pero por otro lado, Garibaldi emprendió la conquista del sur. Para no dividir el movimiento nacionalista, Garibaldi renunció a la perspectiva republicana y cedió a Víctor Manuel II las conquistas realizadas, reconociéndole como rey de Italia.

La unidad se completó con la anexión del Véneto tras derrotar a los austriacos, y la conquista de los Estados Pontificios (1870) a pesar de la oposición del Papa, que quedó recluido en el Estado del Vaticano.

Unificación Alemana

Antecedentes

Desde finales del siglo XVIII, los componentes culturales del nacionalismo alemán quedaron establecidos por el filósofo Fichte. La afirmación de la existencia de un ser propio del pueblo alemán.

El Congreso de Viena había establecido la Confederación Germánica, que aglutinaba 39 estados, con la presencia de dos poderosas potencias: el reino de Prusia y el Imperio Austriaco. El primer paso hacia la unificación fue la creación de la Unión Aduanera (Zollverein). En la Unión Aduanera se integró Prusia, pero no Austria. Prusia fue el estado que dirigiría el proceso unificador.

Durante la Revolución de 1848, los sectores liberales y democráticos consiguieron formar un Parlamento en Frankfurt, con representantes de los distintos estados, elegidos por sufragio universal, que ofreció la corona de la posible Alemania unificada al rey de Prusia. Pero la monarquía prusiana rechazó la oferta y cualquier vía democrática hacia la unificación.

Impulsó la estrategia del canciller Otto von Bismarck (1862). Prusia dirigiría la unificación a partir de su supremacía económica y militar. Esta estrategia militar comportó:

  • Una primera guerra con Dinamarca, por la que se anexionó los ducados de Schleswig y Holstein.
  • Otra contra Austria, a la que derrotó.
  • Por último, una guerra contra Francia permitió cohesionar los estados germánicos contra un enemigo común, al que derrotó en Sedán, resultando en la cesión de territorios al nuevo estado alemán.

La victoria militar culminó con la proclamación del Segundo Reich, con Guillermo I como emperador y Bismarck como canciller.

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