El Problema del Mal: De la Tentación a la Redención en el Cristianismo
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El Pecado
Es posible destacar la existencia de una división entre el mal físico, relacionado con los desastres naturales y las enfermedades, entre otros, del mal moral, que es el producido por el ser humano, a causa de una confusión en la percepción de la realidad, el cual no tiene ninguna necesidad de existir; sin embargo, lo hace.
De acuerdo a lo relatado en Génesis 3,15, el proceso para llegar al pecado cuenta con diversos momentos:
- En un primer instante, existe un jardín, un todo ordenado y bello, preexistente, donde se sitúa al ser humano, el cual es libre. De esto se infiere la presencia de una ley intrínseca, que se basa en el respeto por la sacralidad del ser humano.
- Posteriormente, se da la realización de que la armonía de la ley, la cual no es opresiva.
- En un tercer momento es donde aparece la figura del tentador, que interrumpe el entendimiento entre el ser humano y la divinidad creadora; se trata de la criatura espiritual maligna, conocida como el ‘demonio’. Su existencia se explica, en base a la teología, por la libertad que caracteriza a la espiritualidad; los seres por Dios creados, que existen entre Él y lo material, son libres, de modo que pueden elegir aceptarlo, o rebelarse en su contra (son precisamente éstos los que generan el caos).
- Luego llega el momento de la sospecha que el tentador introduce en el ser humano, sobre la verdadera bondad y la justicia del creador.
- Inmediatamente después, el ser maligno plantea la idea de la mentira de Dios, que limita a los humanos y sus capacidades para que no puedan ser como Él.
- Más tarde, y ante el planteo anteriormente realizado, el ser humano realiza una elección, en la cual tiende a optar por el tentador, cuyo discurso tiene sentido para él.
- En un séptimo momento se produce el desengaño, en tanto la realidad de lo que queda, posteriormente a la decisión tomada por el hombre, no es exactamente como el tentador la había planteado.
- Finalmente, al descubrir el engaño, el hombre en su libertad, se arrepiente y, un Dios que no se enoja, le concede la redención, porque ese mismo arrepentimiento logra el perdón de Dios.
Teorías sobre el Mal
El problema del mal generó, a lo largo de la historia, cierta intranquilidad, de modo que surgieron ciertas teorías que pretendieron darle respuesta.
Fatalismos
Por un lado, los fatalismos, primeros en surgir, proponían que el mal era algo que había que aceptar, sin poder cambiarlo; creían en el eterno retorno, por lo que para ellos, la historia estaba escrita de antemano y el ser humano sufría la repetición continua y eterna de ciclos. Una evolución, dentro de la misma, alrededor del siglo V a.C., propuso la teoría de la transmigración de las almas; el mal funcionaba como una especie de purificador de errores cometidos en vidas pasadas por un alma determinada. Así, transitando varias vidas, se lograban purgar dichos errores, finalizando el sufrimiento, que, en definitiva, es parte del camino; el mal es algo con lo que convivir y que sobrellevar (se involucra la creencia).
Voluntarismos
Por otro lado, tiempo más tarde, surge lo que se conoce como voluntarismos, en reacción a la postura anterior. Propulsan la idea de que los problemas son resueltos en el aquí y ahora y que las soluciones serán alcanzadas siempre que se cuente con la voluntad para ello. Si bien esta teoría cuenta con raíces más racionalistas, se encuentra con que, a veces, no se puede vencer al mal por la resistencia aplicada por el mismo sujeto afectado, una falta de conciencia sobre el misterio del mal, muchas veces también acompañada por un cierto ‘gusto’ o ‘placer’ dentro de la situación dolorosa. Esta postura puede, en casos de rebeldía, desencadenar en una irreligiosidad y, posteriormente, en un pesimismo, por el poco éxito de encontrar la solución propia a las dificultades de la vida.
El Cristianismo y la Lucha Contra el Mal
Por todo esto, y en un intento de avanzar y sobrepasar las ideas mencionadas, surge el cristianismo; en este caso, se involucra a la divinidad en la lucha contra el mal, directamente pero como parte de lo humano. Se produce la unión entre el hombre, inteligencia y voluntad, y Dios, misterio. En este caso, también interviene la creencia, adhesión afectiva fuerte, que tranquiliza, como cuestión personal. Toma al nacimiento de Cristo como un punto de quiebre dentro de la historia, que produce el redireccionamiento de la misma.