Principios y Ámbitos de Acción del Trabajo Social Comunitario

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La actividad profesional de los trabajadores sociales se fundamenta en tres principios:

  1. Principio ético: la igualdad ontológica de todas las personas, sea cual sea su etnia, religión, cultura o género.
  2. Principio político: la ciudadanía democrática. Todos somos ciudadanos y tenemos derechos inalienables, y para poder ejercerlos necesitamos una estructuración de la sociedad que los haga visibles. Por ello, los propios ciudadanos intervienen para dirigir el curso de los acontecimientos a través de diversas formas de participación, como las elecciones locales, regionales, nacionales y supranacionales (elecciones al Parlamento Europeo, por ejemplo).
  3. Principio económico: en una doble dirección. Como un espacio, el mercado, en el que conseguir bienes y servicios, y como un mecanismo de inserción social, ya que a través del trabajo asalariado nos integramos en nuestra sociedad (desde conseguir la cartilla de la seguridad social hasta cotizar para la futura pensión o pagar la cuota del seguro médico).

El objetivo último del Trabajo Social es el incremento de la cohesión social, y, para ello, desde la perspectiva específica del Trabajo Social Comunitario, el objeto de intervención es la sociedad, que desagregamos en ámbitos específicos, como el educativo o el sanitario, pero que siempre están íntimamente relacionados. Solo por cuestiones de mayor eficacia concentramos nuestra intervención en uno u otro ámbito específico. En este sentido, las mejoras obtenidas en una dimensión, por ejemplo, en la educación, inmediatamente afectan al resto de dimensiones, y elevan la capacidad de la comunidad para organizarse a sí misma y afrontar las oportunidades y problemas que se le presentan.

La dinámica comunitaria se caracteriza por su transversalidad. Afecta a diversos ámbitos de la vida social, y en ella se articulan de forma plural colectivos de diferentes edades y con objetivos no siempre coincidentes. De ahí la importancia de establecer protocolos de comunicación eficaces que permitan la elaboración de diagnósticos compartidos y el establecimiento de estrategias de acción comunitaria consensuadas.

Una cuestión relevante es el medio en que se desenvuelven las interacciones sociales en la comunidad. Puede ser en un espacio y tiempo cotidianos, físico o a través de Internet. En la red se reproducen las desigualdades de nuestras sociedades avanzadas, en un complejo proceso de estructuración social que, una vez establecido, tiende inercialmente a mantenerse en el tiempo. Por ello, es importante no dejar el desarrollo de la ciudadanía en el espacio virtual solamente en manos de las fuerzas del mercado. En este proceso de recolonización democrática, desde la perspectiva del Trabajo Social.

Ámbitos del Trabajo Social Comunitario

En el ámbito de la puesta en marcha y desarrollo de la actividad comunitaria:

  1. Vincular a las organizaciones y los liderazgos formales o informales que se dan dentro de la comunidad con el proceso de cambio.
  2. Formar a las personas que participan, aumentando su capacidad para actuar colectivamente y afrontar colectivamente retos que por su propia naturaleza son estructurales y demandan una acción comunitaria para resolverlos.
  3. Establecer un protocolo de comunicación que favorezca la transparencia informativa, difundiendo los logros alcanzados y la evolución de los problemas a los que se hace frente.
  4. Establecer una progresiva delegación de poder en la comunidad, favoreciendo su autoorganización y el desarrollo de liderazgos que permitan un protagonismo cada vez mayor de la población.
  5. Novedad y creatividad. El trabajador social comunitario debe estar abierto a los posibles cambios que se derivan de la puesta en marcha de un proceso de dinamización de una comunidad.

En el ámbito de la evaluación:

  1. Evaluación continua, abierta a la reformulación de los problemas, tanto por su desarrollo como por la percepción que de estos tienen las personas con las que se trabaja.
  2. Evaluación abierta al futuro: tiene que permitir modificar las metas definidas en el diagnóstico inicial, estableciendo indicaciones para aprovechar la dinámica de cambio.
  3. Consolidar en el tiempo las mejoras alcanzadas: mayor nivel de densidad relacional, mayor capacidad de diagnóstico conjunto de retos y oportunidades, mayores y mejores vínculos entre las personas que forman la comunidad (favoreciendo unos patrones de comunicación adecuados que faciliten la diseminación de información, la capacidad de diálogo y un modelo de decisiones democrático y participativo).

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