Primeros Auxilios Esenciales: Protocolos de Actuación ante Accidentes y Hemorragias
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Definición de Primeros Auxilios
Los primeros auxilios son el conjunto de actuaciones y técnicas que permiten una atención inmediata de una persona accidentada o enferma de forma repentina (primeros cuidados o atenciones) en el mismo lugar de los hechos y hasta que lleguen los servicios médicos. De esta actuación dependerá la evolución de la persona accidentada.
Objetivos de los Primeros Auxilios
- Salvar la vida del accidentado.
- Evitar que sufra más lesiones o que se agraven las existentes.
- Ponerle en manos de los servicios médicos.
- Aliviar el dolor.
- Evitar infecciones o lesiones secundarias.
Pautas Generales de Atención en Caso de Accidente (PAS)
- Proteger: Asegurar el lugar de los hechos. Esto implica la protección del accidentado y del socorrista, prefiriendo alejar el peligro antes que movilizar al accidentado (hacer seguro el lugar de la emergencia, señalizando, iluminando, retirando peligros, etc.).
- Avisar/Alertar: Contactar a los servicios de emergencia (112). Al hacerlo, es crucial:
- Identificarse.
- Indicar el lugar exacto, proporcionando referencias para localizarlo.
- Mencionar el número de personas accidentadas.
- Describir el tipo de víctimas y lesiones.
- Informar sobre peligros que puedan empeorar la situación.
- No colgar el teléfono sin estar seguro de que el mensaje se ha recibido correctamente.
- Socorrer: Mantener la calma y tranquilizar a la víctima. No mover al accidentado a menos que sea estrictamente necesario. Si hubiera varios accidentados, establecer un orden de prioridad, atendiendo primero al que presente mayor riesgo o gravedad, y/o al que más se beneficie de nuestra actuación. Valorar situaciones que puedan poner en peligro la vida del accidentado, como la alteración de las constantes vitales (consciencia, respiración y pulso), además de hemorragias severas.
Decálogo del Socorrista
- Estar tranquilos, pero actuar rápidamente.
- Cerciorarse de que no existen más peligros.
- No mover a los heridos cuando no sea necesario.
- Examinar a los accidentados.
- Mantener abrigados a los accidentados, tanto del frío como del calor.
- No abandonar a los heridos.
- Tranquilizar a los accidentados.
- Evitar el shock hipovolémico.
- No dar sin conocimiento a los accidentados: comida, bebida o medicamentos.
- Hacer solo lo imprescindible y, por supuesto, no hacer nada que no sepamos hacer.
Definición de Hemorragia
Salida o derrame de sangre fuera o dentro del organismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o varios vasos sanguíneos.
Clasificación de las Hemorragias
Según el vaso sanguíneo lesionado
- Capilares: Sangre de color rojo brillante que sale desde pequeños puntitos continuamente. Es la llamada "hemorragia en sábana".
- Venosas: Sangre de color rojo oscuro (sangre de retorno) que sale de forma continua en mayor o menor cantidad.
- Arteriales: Sangre de color rojo brillante (sangre oxigenada) que sale a gran presión, a borbotones, debido a los latidos del corazón. Son las más peligrosas.
Según la salida de la sangre
- Externas: La sangre sale al exterior a través de una herida.
- Internas: La hemorragia se produce en el interior del organismo, sin salida al exterior.
- Exteriorizadas: Se producen en el interior del organismo, pero la sangre sale al exterior por orificios naturales (nariz, oído, boca, ano o genitales).
Pautas de Actuación ante una Hemorragia Externa
- Tumbar o sentar a la víctima: No atender de pie a una persona que está sangrando; es posible que sufra un desvanecimiento y se golpee al caer, lo que agravaría aún más la situación.
- Aplicar presión directa sobre la herida: Presionar sobre el punto sangrante durante 10 minutos con apósitos. Si estos se empapan, no los retire y coloque apósitos limpios encima de los anteriores. Sujetar las gasas con vendaje compresivo. Si no tiene apósitos, se puede hacer con una tela limpia, con una toalla, o con las propias manos en último caso. Excepción: No se puede hacer presión directa en la herida si existe una fractura abierta.
- Elevar: Si la hemorragia es en una extremidad (superior o inferior), elevar la zona afectada por encima del nivel del corazón para reducir la presión de la sangre. No realizar esta medida si se sospecha que pueda existir una fractura de algún hueso de la extremidad. (Elevar al mismo tiempo que se aplica la presión sobre la herida). Se puede aplicar un vendaje sobre los apósitos que se han puesto.
- Aplicar presión sobre la arteria principal de la extremidad (Compresión arterial): Si las medidas anteriores no han conseguido detener la hemorragia, se aplica en extremidades. Consiste en localizar y presionar la arteria principal contra el hueso para detener su circulación, consiguiendo una reducción importante del aporte sanguíneo (mantiene intacto el retorno venoso). En los miembros superiores se presiona la arteria humeral, aproximadamente en la mitad de la cara interna del brazo, debajo de la hendidura del músculo bíceps.
- Torniquete: Únicamente en casos muy especiales en los que la vida del accidentado corra peligro. Tiene importantes contraindicaciones porque detiene toda la circulación sanguínea. Se realizan únicamente en extremidades (brazos y piernas).
Técnica:
- Los torniquetes deben hacerse con una banda ancha de 2 a 4 centímetros para no lesionar los tejidos subyacentes.
- Se debe hacer una compresión mientras se consigue el material para realizar el torniquete.
- Se utiliza la banda ancha para apretar hasta que ceda la hemorragia.
- Si es arterial, se aplica entre el corazón y la herida.
- Si es venosa, se pone entre la herida y la parte más distal de la extremidad.
- El torniquete siempre debe estar a unos pocos centímetros de la lesión.
- Se coloca el material que tengamos más a mano y se le hace un nudo.
- Colocamos un palo, lápiz o bolígrafo entre el nudo y la piel para inmediatamente empezar a enroscar hasta que se pare la hemorragia.
- Por último, hay que sujetar el palo con otra banda o con esparadrapo para que el torniquete no se desenrosque.
- El torniquete no se debe aflojar hasta transcurridas 2 horas desde que se puso, porque es cuando los procesos de isquemia muscular pueden infectarse.
- Señalar en un cartel o en la frente del accidentado la hora en que se colocó el torniquete para que no se pase el tiempo y para que el cirujano sepa el tiempo real de que dispone.