La Primera República Española: Cantonalismo y el Camino a la Restauración Borbónica
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La Sublevación Cantonal: Crisis y Desafío a la Primera República Española
La Sublevación Cantonal fue el conflicto más grave que se produjo en el breve período de la Primera República Española y el que provocó la mayor situación de crisis para el gobierno. El cantonalismo era un fenómeno complejo en el que se mezclaban las aspiraciones autonomistas, propiciadas por los republicanos federales intransigentes, con las aspiraciones de revolución social, inspiradas en las nuevas ideas internacionales. La proclamación de cantones independientes fue la consecuencia de aplicar de forma radical y directa la estructura federal desde abajo, impulsada, al mismo tiempo, por el deseo de avanzar en las reformas sociales.
En las zonas con fuerte implantación republicana, la población se alzó en cantones independientes. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social compuesto por artesanos, pequeños comerciantes y asalariados, y fueron dirigidos, en general, por los federales intransigentes.
El presidente Pi y Margall se opuso a sofocar la revuelta por las armas y dimitió, siendo sustituido por Nicolás Salmerón, quien inició una acción militar contra el movimiento cantonalista. La intervención militar acabó rápidamente con la insurrección (excepto en Cartagena) y volvió a colocar al ejército en el papel de único garante del orden y barrera contra la revolución social.
Salmerón dimitió al sentirse moralmente incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la autoridad militar contra activistas cantonalistas. La presidencia recayó entonces en Emilio Castelar, dirigente del republicanismo unitario, mucho más conservador. La República inició a partir de ese momento un progresivo desplazamiento a la derecha.
El nuevo ejecutivo intentó aplicar una política de autoridad y fuerza para controlar los problemas que aquejaban al país. El 13 de septiembre, Castelar consiguió plenos poderes de las Cortes para reorganizar el ejército, obtener un crédito y gobernar con el Parlamento cerrado.
El Fin de la Experiencia Republicana y la Restauración Borbónica
Desde septiembre de 1873, la República dio un claro vuelco conservador con el nuevo gobierno de Castelar, que había ido abandonando las pretensiones federalistas y reformistas, respaldando a los sectores más conservadores. Ante esta situación, en diciembre, un sector importante de los diputados llegaron al acuerdo de plantear una moción de censura al gobierno Castelar para forzar su dimisión. Su intención era volver a controlar el gobierno y poder devolver al régimen republicano sus planteamientos iniciales.
El día 3 de enero de 1874 se abrieron las Cortes y el gobierno de Castelar fue derrotado. Era inminente la formación de un gobierno de izquierda, pero, al conocer este hecho, el capitán general Manuel Pavía exigió la disolución de las Cortes republicanas. Apenas hubo resistencia.
El poder pasó en los meses siguientes a manos de una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano, que intentó estabilizar un régimen republicano conservador. Pero la base social ya había optado por la solución alfonsina, la vuelta del hijo de Isabel II, Alfonso XII.
El 29 de septiembre de 1874, el pronunciamiento militar de Arsenio Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII. El 1 de diciembre, Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Antonio Cánovas del Castillo.