El prerrenacimiento y el renacimiento: épocas de transición y renacer a lo clásico
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El prerrenacimiento es una época de transición entre la Edad Media y el Renacimiento. La crisis de la sociedad medieval se refleja en la actividad política, en la economía, en las manifestaciones culturales y en la literatura. Desaparecen los cantares de gesta y los poemas del mester de clerecía y surge el romancero viejo. La lírica culta, las canciones populares, la actividad teatral y la prosa histórica y didáctica son las manifestaciones literarias más importantes. Los romances, breves composiciones épico-líricas que surgen de la fragmentación de los antiguos cantares de gesta, comienzan transmitiéndose oralmente y luego algunos autores cultos los incluyen en cancioneros y romanceros. A partir de ahí, se crea el romancero nuevo, con un carácter más culto en el que su versión definitiva está fijada por el propio autor y se transmiten ajenas a la tradición oral. Los temas de los romances son histórico-nacionales, novelescos y líricos, fronterizos y moriscos, carolingios y bretones. Los romances tienen tendencia a lo fragmentario, a la repetición y a la libertad temporal. La poesía del cancionero es un conjunto de composiciones pertenecientes a poetas vinculados a la corte, los temas más usados son el amor, la reflexión y la sátira. Los rasgos identificadores de la poesía del cancionero son la reserva y contención verbal, la abundancia de alegorías y personificaciones de ideas, el aislamiento emocional, el alarde de ingenio y la improvisación.
Renacimiento: un renacer a lo clásico
El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana, es un cambio de mentalidad, un renacer a lo clásico con el resurgimiento de valores sociales y estéticos. El Renacimiento se sustenta sobre la imitación de los modelos clásicos y la aplicación de los principios del humanismo. Un humanista se basa en: un profundo conocimiento de la antigüedad grecolatina, anhelo de restauración de los ideales clásicos, defensa del estudio, lectura y uso de las lenguas clásicas, valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano. En el Renacimiento se utiliza el verso endecasílabo, combinado con el heptasílabo. Las tendencias del Renacimiento son la poesía petrarquista, la poesía ascético-moral, la poesía mística, la poesía patriótica y la épica culta. El petrarquismo culmina el proceso de espiritualización que experimenta el amor cortés. La poesía ascético-moral se centra en la huida del hombre de este mundo y en su deseo de trascender y de fundirse con la eternidad. La poesía mística describe la existencia de la unión del alma con Dios, exige un proceso previo de purificación estética, es una gracia divina y es extática e inefable. Las direcciones de la prosa renacentista son: el perfeccionamiento del hombre y la reforma de la sociedad, la prosa histórica, la prosa religiosa y la prosa narrativa. En el Renacimiento se desarrollan dos tendencias narrativas, una de carácter idealista y otra de carácter realista. Los libros de caballerías, la novela corta italiana, la novela pastoril, la novela bizantina y la novela morisca son los tipos de novelas que destacan. La novela picaresca se inicia con la vida del Lazarillo de Tormes, una obra realista que nace en el momento de éxito de los libros de caballería. El protagonista de esta obra es un pícaro que es una persona con una actitud anti-heroica, que presenta con ironía un origen genealógico bajo, que trabaja como criado de muchos amos, actúa por móviles inmediatos, sufre por resignación, tiene gran capacidad de adaptación y posee un código de honor deformado.
Barroco: el desengaño del mundo
El Barroco es un movimiento que comienza en las artes plásticas y se extiende a las demás manifestaciones culturales. El ciudadano del Barroco se da cuenta de cuán poco valor son las cosas tras las que andamos y corremos, y vuelve su mirada hacia Dios, hacia los valores eternos, y aspira como nunca a la inmortalidad. La mente de la sociedad barroca vive en una atmósfera de inseguridad y desasosiego ante la inestabilidad de las cosas. El pensamiento barroco tomará postura ante la decadencia y manifestará con claridad un concepto desengañado del mundo. Para el hombre, el mundo es un engaño y la sabiduría consiste en desengañarse de él. Esto lleva consigo un ambiente de desilusión y pesimismo. Las principales formas métricas del Barroco son la glosa, el villancico, la letrilla y el romance. Luis de Góngora, máximo representante del culteranismo, destaca en la poesía culta, mientras que la poesía popular está formada por composiciones en verso de arte menor, como las letrillas y los romances. En la poesía culta se caracterizan los sonetos, las octavas reales y las obras de estilo culterano. Francisco de Quevedo es la máxima figura del conceptismo poético, sus obras poéticas abarcan la poesía moral y metafísica, la poesía amorosa, la poesía satírica y la poesía política. En la literatura del Barroco hubo varios cambios: desaparecieron las novelas de caballerías, las pastoriles y las moriscas, la novela picaresca llegó a su máximo esplendor y se desarrolló la novela alegórica. La reacción barroca ante la situación política tuvo dos direcciones literarias: la intención satírica y burlesca, y las actitudes didácticas y moralizadoras. El teatro barroco presentó los rasgos más radicales, tanto en contenidos como en formas, respecto al Renacimiento. La renovación y consolidación de la comedia nueva fue llevada a cabo por Lope de Vega, quien tomó conciencia de que el teatro español debía desligarse de la imitación clásica y comenzar su nuevo arte. Los cambios técnicos de la comedia nueva fueron: reducción a tres actos, concepción de la comedia como una intriga, transgresión de la regla de las tres unidades, mezcla de lo trágico y lo cómico, reacción contra la unidad métrica de la obra, variedad de estrofas, decoro expresivo, estructura fija de personajes y convergencia de la acción dramática en el sentimiento amoroso y de la honra.
Neoclasicismo y prerromanticismo: el siglo de las luces
El siglo de las luces marca el límite histórico entre el Antiguo Régimen y los comienzos de la Edad Contemporánea. A través de la crisis de la conciencia europea se inicia un movimiento reformista, la Ilustración. La Ilustración es un movimiento intelectual y renovador que exalta la razón como único medio para guiar a los pueblos hacia el progreso y la felicidad, se basa en la crítica universal y la experimentación. Entre las reformas ilustradas destacan la instauración del despotismo ilustrado como forma de gobierno, el desarrollo de la teoría del bienestar social y la implantación de la filosofía y la ciencia como saberes fundamentales. Los Borbones adoptaron el despotismo ilustrado intentando un reformismo total y luchando contra el estado de decadencia y atraso en el que se encontraba el país. La literatura se convierte en vehículo de transmisión de las ideas ilustradas, y sus distintas corrientes son el posbarroquismo, el neoclasicismo y el prerromanticismo. Se crea la prosa moderna y el ensayo como nuevos géneros literarios. Hacia la mitad del siglo XVIII se inicia el periodo plenamente neoclásico con ensayos didácticos y enciclopédicos, y humanísticos y pedagógicos. El teatro neoclásico está vinculado a las ideas ilustradas, y sus características son la total separación de géneros, el sometimiento a la regla de las tres unidades, la finalidad didáctica, el planteamiento verosímil y la estructuración de la obra en tres actos. Los géneros más representados son la tragedia y la comedia.