Prehistoria y Romanización en Extremadura: Un Recorrido Histórico

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Prehistoria y Primeros Asentamientos en Extremadura

Tenemos restos del Paleolítico Inferior como: bifaces, hendedores y picos triédricos. Del Paleolítico Medio conservamos raederas y denticulados más elaborados. Los patrones de asentamiento apenas han cambiado. Existen asentamientos del Paleolítico Superior (35.000 a.C) en cuevas como la de “Maltravieso” en Cáceres y en Castañar de Ibor.

A Extremadura, la agricultura llega en el Neolítico (5.000 a.C). Supone la intensificación en la ocupación humana del territorio. Se vive en medio de un estado de clímax ambiental. Residían tanto en cuevas como en poblados al aire libre. Se cree que podrían relacionarse con grupos de Andalucía y la Meseta.

En el 4.000 a.C aparecen las primeras estructuras arquitectónicas fabricadas por el hombre, el “Dólmen”. Son construcciones con una función funeraria. Estaban destinadas a enterrar colectivamente a grupos humanos desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce.

En la Edad del Cobre (o Calcolítico) entre el 2.500/2.200 a.C – 2.000 a.C, tiene lugar una maduración de las comunidades neolíticas.

Es una etapa con amplia variedad tipológica de poblados. Existe un sistema de poblamiento interrelacionado:

  • Poblados que se establecen en llanos de carácter fluvial dedicados a la agricultura.
  • Poblados en altura con la intención de tener un mayor control visual de la zona. Dedicados al pastoreo y ganadería. Una variante de estos últimos son los vados, que son poblados en alto fortificados con murallas y torres.

En la Edad del Bronce (1.800/1.500 a.C – 900/700 a.C) tiene lugar una reorganización del poblamiento. Poblaciones más grandes, que se asentaban exclusivamente en zonas altas, por la necesidad de controlar los recursos próximos y defender el espacio (vados). Es una sociedad basada en una economía agroganadera (economía mixta) en la cual se da una explotación organizada del medio. Surgen las necesidades económicas y con ellas un control de los propiedades a través del trueque, que ya es una realidad en esta época.


La Llegada del Imperio Romano a Extremadura

Los romanos entraron en la Península en el 218 a.C, pero no se establecieron aquí hasta que las tropas cartaginesas fueron expulsadas de Hispania (206 a.C). Conquistan toda la costa mediterránea y el valle del Guadalquivir. Tras años de luchas y batallas entre los pobladores de la península y los romanos, en el 138 a.C, se marca el inicio de la romanización de los territorios extremeños al norte del Guadiana. A partir de aquí los romanos controlan el terreno, y en consecuencia, los recursos naturales. Se construyen las calzadas, lo que permite una vertebración administrativa del Imperio.

Plinio estableció la división jurídico administrativa de Lusitania en tres Conventus: Emeritensis, Pacensis y Scallabitanus.

Los asentamientos romanos estaban dotados de amplios términos con el fin de extraer el máximo de recursos para mantener activa la colonia. El reparto de la tierra era un proceso estudiado minuciosamente. Se seguía un proceso de centuriación de la tierra (sobre el campo se proyectan los ejes cuadrangulares con los que se construían las calles de la ciudad). Las parcelas resultantes se denominaban centuria.

La vida rural se organizaba en torno a dos polos. Las villae eran grandes extensiones de tierra con doble función: explotación (talleres y almacenes) y recreo (residencia). Los propietarios de estas villae eran generalmente personas pudientes. Sería como un gran cortijo actual. Las pequeñas explotaciones eran centurias de propiedad familiar sometidas a herencias y posibles deudas. Tanto las villae como las pequeñas explotaciones estaban en constante contacto y relación comercial con las ciudades.

Transición: Los Visigodos en Extremadura

Cambios en la administración territorial: Los visigodos sustituyeron administradores pertenecientes antes a la aristocracia hispanorromana, por otra de origen goda (dux provinciae sobre la provincia y civitatis sobre la ciudad; vicarius, segundo del civitatis).

Economía Hispano-Visigoda

La principal fuente de riqueza de la Hispania visigoda está en la agricultura: pequeña y gran propiedad rural.

La ganadería ocupó un puesto importante en el cuadro productivo y se mostró como una actividad paralela a la agricultura.

La artesanía y el comercio. Es conocido el importante papel de Mérida en el siglo VI en la Península y sus relaciones externas. La ciudad después de las invasiones germánicas, mantuvo una significativa afluencia de mercado de signo oriental.

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