Prehistoria y Protohistoria en la Península Ibérica: Paleolítico, Neolítico y Primeras Civilizaciones

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El Paleolítico y el Neolítico en la Península Ibérica

Primeros Homínidos y Descubrimientos Clave

Los descubrimientos más importantes de restos fósiles de homínidos en la península ibérica provienen de la sierra de Atapuerca. Allí se descubrió un homínido denominado Homo antecessor, con una antigüedad estimada de 0,8 millones de años. Este yacimiento también alberga la colección más amplia de Homo heidelbergensis en Europa occidental.

Paleolítico Medio y Superior

El Paleolítico medio en la península ibérica (100.000 a 40.000 a.C.) es un periodo asociado al Homo neanderthalensis. Se han hallado restos significativos en lugares como Gibraltar y Banyoles. Los neandertales eran cazadores-recolectores adaptados a climas extremos.

El Homo sapiens llegó desde África hace unos 40.000 años, marcando el inicio del Paleolítico superior (40.000 a 8.000 a.C.). Desarrollaron una industria lítica refinada y muy variada, utilizando nuevos materiales como:

  • Hueso
  • Marfil
  • Conchas marinas

Modo de Vida Paleolítico

Los hombres del Paleolítico vivían asociados en grupos tribales de pequeño tamaño. Eran nómadas que subsistían de la caza, la pesca, la recolección o el carroñeo. Es decir, practicaban una economía depredadora en un sistema de nomadismo estacional. Habitaban en cobijos provisionales y cuevas, utilizando herramientas simples de piedra o hueso.

Transición al Neolítico: Mesolítico y Cambios Climáticos

El Mesolítico (8.000 a 5.000 a.C.) fue una etapa de transición entre el Paleolítico y el Neolítico. Durante este periodo, los grupos humanos paleolíticos se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales resultantes del final de la última glaciación y la consiguiente suavización climática.

La Revolución Neolítica

En el Neolítico (5.000 a 3.000 a.C.), se produjo un cambio fundamental: se pasó de una economía depredadora a otra productora, basada en la agricultura y la ganadería. Esta nueva economía condujo a:

  • La sedentarización de las poblaciones.
  • La aparición de la división del trabajo.
  • Una mayor jerarquización social.

Arte Rupestre: Testimonios Prehistóricos

La pintura rupestre se inicia en el Paleolítico superior en el área cantábrica (destacando cuevas como Altamira en Cantabria y Tito Bustillo en Asturias). Se caracteriza por:

  • Representaciones artísticas de animales aislados.
  • Uso de varios colores (policromía).
  • Gran naturalismo.
  • Posible carácter mágico-religioso.

En el Neolítico, destacan las obras de la zona de Levante (como El Cogull en Lérida y Valltorta en Castellón). Estas pinturas difieren de las cantábricas:

  • Representan escenas de caza, recolección o rituales.
  • Incluyen figuras humanas estilizadas.
  • Tienen un sentido más narrativo.

Los Pueblos Prerromanos y las Colonizaciones Mediterráneas

Diversidad Cultural en la Edad del Hierro

Entre el 800 y el 300 a.C., la península ibérica estaba habitada por pueblos que conocían y usaban la tecnología de fabricación del hierro. Se distinguen varias áreas culturales:

  • Norte y Oeste (Celtas): Pueblos como galaicos, carpetanos, lusitanos, etc. Dominaban la metalurgia y la ganadería. Vivían en poblados fortificados llamados castros.
  • Litoral Mediterráneo (Íberos): Pueblos como turdetanos, contestanos, ilergetes, etc. Contaban con un grado de urbanización más alto que los celtas, un comercio desarrollado y una avanzada cultura material (esculturas como la Dama de Elche, ricos ajuares funerarios, armas como las falcatas).
  • Zona Intermedia (Celtíberos): Pueblos como arévacos, lusones, belos, berones, etc. Ocupaban el oeste del valle del Ebro y eran conocidos por sus notables aptitudes militares.

La Llegada de los Pueblos del Mediterráneo

Desde el 1.000 a.C., la península ibérica se incorporó a las corrientes comerciales de largo alcance del Mediterráneo. Estos intercambios fueron impulsados por pueblos que buscaban materias primas, en especial metales. La localización de recursos y las posibilidades de intercambio promovieron la fundación de asentamientos comerciales (colonias).

Impacto de las Colonizaciones

Las colonias contribuyeron significativamente al crecimiento económico y desarrollo social de los pueblos prerromanos mediante la transmisión de:

  • Nuevos cultivos (olivo, vid).
  • Técnicas de pesca (almadrabas).
  • Intercambios comerciales con uso de moneda.
  • Nuevas formas culturales, en particular, la escritura.

Principales Colonizadores

  • Fenicios: Presentes en Gades (actual Cádiz) desde el año 800 a.C., comerciaron con las costas andaluzas (Sexi, actual Almuñécar), especialmente con Tartessos y luego con los iberos.
  • Cartagineses: A partir del siglo VI a.C., sustituyeron a los fenicios (su antigua metrópoli) como potencia dominante en la zona.
  • Griegos: Comerciaron con la península a partir del siglo VIII a.C., sobre todo en las costas del noreste a través de sus colonias de Rosas y Emporion (Ampurias). Su zona de influencia llegó hasta las costas de Alicante.

El Enigma de Tartessos

En el valle del Guadalquivir, la cultura tartésica alcanzó su esplendor en el siglo VII a.C. Poseía una desarrollada economía agrícola, ganadera y, sobre todo, minera, manteniendo estrecho contacto con los fenicios. Como muestra de su avanzada cultura material, podemos destacar los tesoros de La Joya (Huelva) y El Carambolo (Sevilla).

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