Prehistoria: El Fascinante Viaje del Ser Humano desde sus Orígenes hasta la Edad de los Metales

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La Prehistoria: Un Viaje a los Orígenes de la Humanidad

La Prehistoria comprende un larguísimo período de tiempo que abarca desde la aparición del ser humano hasta la invención de la escritura.

Durante este período se produjo la evolución desde los primeros homínidos hasta el ser humano actual, y diversos avances técnicos que permiten dividir la Prehistoria en dos grandes etapas: la Edad de Piedra y la Edad de los Metales.

El Origen del Ser Humano

El estudio de la Prehistoria nos permite comprender cómo nuestros ancestros se adaptaron y transformaron el mundo, sentando las bases de las sociedades futuras.

La Edad de Piedra: Paleolítico y Neolítico

La Edad de Piedra se divide en dos períodos fundamentales: el Paleolítico y el Neolítico.

Paleolítico: La Era de los Cazadores-Recolectores

Durante este período, el ser humano era nómada y depredador, subsistiendo de la recolección de frutos, la pesca y la caza. Vivía al aire libre en chozas realizadas con pieles de animales o en cuevas. Se organizaba en pequeños grupos, conocidos como tribus, y aprendió a dominar el fuego, un avance crucial para su supervivencia y desarrollo.

Poco a poco, fueron surgiendo las primeras creencias, como el culto a los muertos (evidenciado en los enterramientos) y las primeras manifestaciones artísticas. Entre ellas destaca el arte rupestre, pinturas realizadas sobre las paredes de las cuevas, en las que predomina la representación naturalista de la fauna de la época (ciervos, caballos, bisontes...) en colores ocres y negros.

Neolítico: La Revolución Agrícola

Durante el Neolítico se pasó de una economía depredadora a otra productora. Este proceso, conocido como la Revolución Neolítica, tuvo lugar inicialmente en la zona del Creciente Fértil (Oriente Próximo), desde donde se extendió a otros lugares del mundo. Los cambios e innovaciones más destacados fueron:

  • La aparición de la agricultura y la ganadería con la domesticación de animales (oveja, cabra, etc.), lo que permitió la producción de alimentos y una mayor estabilidad.
  • El uso de nuevas técnicas, como el pulimento de la piedra y la elaboración de cerámica, que surgió ante la necesidad de almacenar y conservar los excedentes agrarios y de cocinar mejor los alimentos.
  • El ser humano se hizo sedentario: vivía en poblados permanentes formados por casas de adobe, madera o piedra. Se organizaba en clanes, lo que propició el desarrollo de estructuras sociales más complejas.

La Edad de los Metales: Innovación y Especialización

La metalurgia se inició en el área geográfica comprendida entre Irán y el centro de la península de Anatolia a finales del Neolítico. La Edad de los Metales se suele dividir en tres períodos: la Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro, caracterizados por estos rasgos:

  • La utilización del metal para elaborar herramientas agrícolas, lo que mejoró la producción, así como para realizar armas para la caza y para la guerra y otros utensilios. Esto provocó que algunos miembros de la comunidad se especializaran en el trabajo del metal, dando origen a nuevos oficios.
  • El empleo de los animales como medio de transporte, hecho que, unido a la invención de la rueda, favoreció la propagación del comercio y el intercambio cultural.
  • El desarrollo de la estratificación social: el nivel social de los diferentes miembros del grupo dependía de la riqueza que poseyeran, marcando el inicio de las jerarquías.
  • La aparición de nuevas manifestaciones artísticas, como la arquitectura megalítica: construcciones realizadas con grandes bloques de piedra, que poseían una finalidad conmemorativa, religiosa o funeraria (dólmenes, menhires, crómlechs).

La Prehistoria concluye con la aparición de la escritura (en torno al 3.500 a. C.), marcando el inicio de la Edad Antigua, que finalizará con la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.). En esta etapa se distinguen dos grandes conjuntos de civilizaciones: las urbanas y las clásicas.

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