La Prehistoria: Eras, Cultura y Expresiones Artísticas Primitivas
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División de la Prehistoria
Este periodo se divide en dos grandes edades, que a su vez consisten en varios periodos:
Edad de Piedra
Periodo Paleolítico: La Piedra Antigua
Significa piedra antigua. Se subdivide en:
- Inferior: Caracterizado por la piedra exclusivamente tallada (bifaciales y lascas).
- Medio: Con predominio de lascas y hojas, considerado el más antiguo.
- Superior: O más reciente.
Durante el Paleolítico Inferior y Medio, se desarrolló una cultura cuando el clima era cálido, asociada al hombre de Neandertal. En el Paleolítico Superior, con un clima glaciar, el hombre fue el de Cro-Magnon. El reno fue gradualmente sustituido debido al aumento de la temperatura.
Periodo Mesolítico: La Transición
Es el periodo intermedio entre la Edad de Piedra y la Edad de los Metales.
Periodo Neolítico: La Piedra Nueva o Pulimentada
Significa piedra nueva o pulimentada, marcando un avance significativo en las técnicas de trabajo de la piedra.
Edad de los Metales
Se divide en dos grandes eras:
Edad del Bronce
Del siglo XXV a.C. al IX a.C.
Edad del Hierro
Esta última, a su vez, se subdivide en los periodos de **Hallstatt** y **La Tène**. El periodo de La Tène finaliza en el siglo V a.C., mientras que Hallstatt parece haber comenzado en el siglo IX a.C.
Características de la Prehistoria
Los primeros instrumentos de piedra, como los bifaces, proceden de la región francesa de Chelles y tienen exponentes en Italia, España y el norte de África.
El hacha se transforma, las hojas son más retocadas debido a la escasez de vegetales, la lanza cobra mayor importancia y, en lugar de elefantes o rinocerontes, se cazan mamuts, caballos y renos.
El hombre comienza a trabajar los huesos de los animales sacrificados e inventa el curtido de la piel. También descubre el fuego, la cestería, las trampas para la caza y las redes para la pesca.
Arte y Sociedad en la Prehistoria
Se designa como arte y cultura prehistóricos a las manifestaciones de aquellos pueblos que no dejaron documentación escrita y que vivieron en los albores de la humanidad.
Abarcando los dos grandes periodos del Paleolítico, estas manifestaciones aparecen como dos grandes subdivisiones de una cultura única que atraviesa tres etapas: iniciación, florecimiento y decadencia.
La vida religiosa, junto con la magia, determinó en gran parte el arte prehistórico. Formas religiosas como la danza demuestran un verdadero culto que también era una forma de manifestación artística.
La prehistoria tuvo una sociedad estructurada: existía una obligación común de repartir el botín de la caza, pero cada grupo humano tenía reglas particulares y características comunes.
Escultura Prehistórica: Simbolismo y Representación
En este tipo de escultura, la mujer fue considerada un ser misterioso, con la misión de propagar la especie. Este misterio de la procreación indujo al hombre a inspirarse en ella para su arte primitivo.
El ciclo mujer-procreación y la fertilidad de la tierra fueron el motivo por el que la mujer se identificó con el culto a la Madre Tierra.
Las **Venus prehistóricas**, con sus exageraciones de los atributos sexuales y las partes primordiales que intervienen en la procreación, son motivos vitales en la elaboración de estas figuras femeninas.
La divinidad de Venus no puede ser considerada solamente como diosa de la belleza, pues esa belleza engendra, asimismo, procreación. Por esta razón, a las esculturas femeninas se les ha denominado Venus.
De todas las Venus del periodo Auriñaciense, la más extraordinaria es, sin duda, la que se encuentra en el Museo de Viena y que recibe el nombre de **Venus de Willendorf**. En esta figura, las características anatómicas están exageradas al máximo con un gran sentido de la realidad; el tocado es complicadísimo y el rostro desaparece, como si el artista intencionalmente hubiera querido que no pudiera ser identificada con alguna mujer del grupo.
El relieve adquiere importancia esencial en la piedra, y a través del estudio de esta escultura puede seguirse la evolución que el arte tuvo del Paleolítico al Neolítico y, de este, a la Edad de los Metales.
En el periodo Magdaleniense, que sigue al Solutrense, la escultura adquiere grados de perfección y, así, en la gruta de Combarelles (Dordoña), el reno sigue siendo motivo de inspiración. Las figuras aparecen superpuestas, el hombre no se disipa en rasgos inútiles y el movimiento está altamente conseguido. Este movimiento llega a la acrobacia y parece representar una danza ritual que es preludio