Precursores y Desarrollo del Rexurdimento: Contexto Histórico y Figuras Literarias
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Los Precursores del Rexurdimento
El proceso de descubrimiento y valoración de la singularidad de Galicia por parte de los provincialistas no llegó a generar un discurso literario suficientemente vertebrado; sin embargo, sí supuso el impulso de la utilización del gallego como lengua literaria.
- Figura destacada en el ámbito de los precursores, Francisco Añón (San Pedro de Outes, Muros, 1812-Madrid, 1878) es el poeta más notable de este período. La vida atareada que llevó, unido a la poca trascendencia que concedía a sus versos —dispersos en diversos periódicos o inéditos—, explica que muriera sin verlos publicados a pesar de gozar de una gran popularidad entre sus contemporáneos. Aunque desterrado de Galicia la mayor parte de su vida, el amor que siempre sintió por su tierra habría de llevarlo a concurrir en 1861 a los Juegos Florales de A Coruña con un efusivo himno dedicado a Galicia («A Galicia»), premiado con un accésit.
- Otro poeta interesante al que se deben hermosas composiciones elegíacas es Alberto Camino (Ferrol, 1820-Madrid, 1861). Fue muy famoso «O desconsolo» (reproducido a continuación), poema amoroso y personal al que se añade «Nai chorosa» como segundo poema emblemático del autor, tratado también con especial ternura.
Conocido en el espacio de la prosa por su novela Maxina ou a filla espúrea (publicada en 1880), Marcial Valladares (1821-1903) es autor de un importante número de composiciones líricas de las que cabe destacar aquellas que forman parte de una primera etapa (1844-1856), y que muestran elementos neoclasicistas junto con tonalidades románticas, tal es el caso de «O paxariño» o «Suidades». Ajeno tanto a las actividades del Provincialismo como a las primeras manifestaciones de nuestra literatura del XIX, aunque escribiese en gallego, aparece el nombre de Antonio Fernández Morales (1817-1896), autor ligado a la comarca de El Bierzo y cuyos Ensayos poéticos en dialecto berciano (1861) conforman el segundo libro moderno en la historia de nuestras letras. En los Ensayos, y mediante una pintura de costumbres protonaturalista, Fernández Morales demuestra una voluntad de denuncia social, así como una acertada capacidad representativa.
El Rexurdimento
Introducción
Si bien consideramos 1853, fecha de la publicación de A gaita gallega de Xosé Manuel Pintos, como el inicio del Rexurdimento, el gran salto cualitativo del renacer literario se da en 1863 con la publicación de Cantares gallegos de Rosalía de Castro. Esta recuperación del uso del gallego en ámbitos cultos, que conocemos como Rexurdimento, hay que contemplarla dentro de un conjunto de circunstancias sociopolíticas y económicas que determinan o condicionan esta aparición. El Rexurdimento no es un fenómeno exclusivamente cultural que se pueda abstraer de estas circunstancias. Los escritores del Rexurdimento eran conscientes del proceso que protagonizaban, con obras de empuje fundamentalmente patriótico que estaban marcadas por todo lo que sucedía a esas alturas en Galicia. En consonancia con esa preocupación: denunciarán la miseria y explotación de los labriegos, asumirán la defensa de Galicia e irán en busca de una orden social más justa. Esta actitud, común a los primeros provincialistas, adquiere con Rosalía un especial relieve. Veamos antes el contexto histórico en el que se produce su obra.
Situación Política y Social
En septiembre de 1868, ante la crisis socioeconómica y con el afán de democratizar la vida política española, tiene lugar un pronunciamiento de signo progresista liderado por los generales Prim y Serrano y el almirante Topete que destrona a Isabel II. Con los revolucionarios victoriosos, se aprueba la constitución de 1869 y se establece una monarquía democrática con Amadeo I (1870-1873). Sin embargo, el asesinato de Prim (diciembre de 1870), antes de que el nuevo rey accediese al trono, dejó sin verdaderas posibilidades esta forma de gobierno. Tras la abdicación de Amadeo, fue proclamada la Primera República (1873-1874) que vivirá escindida entre los partidarios de una fórmula unitaria y los defensores de un sistema federal. Los acontecimientos del «Sexenio revolucionario» supusieron un cambio radical en la dinámica política de toda España. La bandera de la descentralización vendrá ahora asumida por el republicanismo federal que, a pesar de las profundas divergencias, tendrá repercusiones sobre el modelo galleguista tras la elaboración en 1883 de un «Proyecto de Constitución para el Estado Galaico», que se podría considerar como el precedente más directo del futuro Estatuto de Autonomía. De nuevo un golpe militar (1874) provoca la formación de un gobierno conservador y la restauración, en 1875, de la monarquía borbónica con Alfonso XII. El campesinado, que en aquel momento representaba el 90% de la población, estaba sujeto al foro y veía también limitadas sus posibilidades de desarrollo con los impuestos al Estado y a la Iglesia. En esta coyuntura solo le restaba como única salida la emigración o una dependencia «clientelar» al cacique quien, a su vez, controlaba los votos y regulaba la vida política durante este período. Las críticas al sistema político de la Restauración derivarán hacia el nacimiento del Regionalismo en el que coexisten tres tendencias ideológicas —la federalista, la tradicionalista y la liberal— que, a pesar de sus discrepancias, comulgan en la idea de que Galicia es una región o nacionalidad con derecho a una autonomía política y a la regeneración de los rasgos propios. De acuerdo con esto denuncian la emigración y sus causas, así como la explotación del campesino a través de los foros, rentas y tributos. La figura de Manuel Murguía, máximo legatario del Provincialismo y constructor teórico del concepto de Galicia como entidad nacional, traerá consigo las primeras organizaciones políticas ya exclusivamente gallegas (Asociación Regionalista Gallega y Liga Gallega) que, aunque débiles y efímeras, sitúan el galleguismo en los inicios nacionalistas de principios del siglo XX.