Praxis Política y Revolución Comunicacional en América Latina: Un Camino Propio

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América Latina y una praxis política diferenciada

Nosotros dijimos que no hay una ontología de América Latina. En cuanto a una teoría del ser, América Latina no pertenece al ser de un modo distinto al que pertenece Europa o Estados Unidos. Pero, ojo, ¿qué es el ser? Y si yo digo que el ser es praxis, que el ser es acción, que lo propio del hombre es actuar, que lo propio del hombre es hacer la historia. Y si lo propio del hombre es hacer la historia, entonces el ser sería la interacción entre las luchas que llevan adelante los distintos grupos y esas luchas hacen lo que el hombre hace que es la historia. Entonces, si el ser es praxis, habría una praxis política claramente diferenciada en América Latina.

América Latina no puede tener la misma praxis que tiene Europa simplemente porque, como dijimos, con bastante ironía, en un bloque anterior, ¿dónde están las colonias de América Latina? América Latina tiene que buscar un camino diferenciado, autónomo, propio. Ese camino está determinado porque América Latina tiene que estar muy atenta a la historia de sus tradicionales despojos y la historia que representaron sus clases dominantes entregándose siempre a los intereses hegemónicos de las grandes potencias, ya sea entregándoles las materias primas como granero del mundo o negociando las carnes vergonzosamente o entrando en el FMI luego de la caída del segundo gobierno peronista o aceptando el Consenso de Washington. Todos esos gestos de América Latina fueron gestos que hicieron perder la autonomía y la identidad de América Latina, pero que tuvieron sus socios, sus representantes, sus ladrones, sus corruptos aquí.

Entonces no es que nosotros estemos diciendo: qué malos que son los del imperio, qué malo es el imperialismo, si no hubiera habido imperialismo seríamos una potencia. No, no, no. No toda la culpa es del tipo de afuera, la culpa es del tipo de adentro que le vende el país, también. Digamos, sin Menem no hay sometimiento al Consenso de Washington. Sin Menem, no hay privatización de YPF. O sea que tiene que haber, en los países de la periferia, una clase formada por un sujeto liberacionista que esté atento a la hegemonía estratégica de la nación. La nación no se debe vender. La nación negocia, la nación habla, dialoga, y esta idea de la nación no es ya quizás la idea de la nación bolivariana, pero por lo menos conserva de la nación bolivariana la dignidad de cada una de las naciones de América Latina. Y si cada una de las naciones de América Latina conserva su dignidad y desde esa dignidad dialoga con las otras, ahí se hace una fortaleza latinoamericana en la cual cada país va entrando en un diálogo con los otros países y se va dando una prioridad a la política. La prioridad a la política es la prioridad al Estado.

La Revolución Comunicacional y la Construcción de la Realidad

Ahora la novedad que se presenta en estos momentos, luego de la revolución mediática que ha hecho el capitalismo triunfante luego de la caída del muro de Berlín, es la revolución comunicacional. Esta revolución comunicacional es el arma más poderosa que tiene la derecha imperial y es la que en efecto usa. Hay filósofos como Jean Baudrillard que ha escrito un libro que se llama “El crimen perfecto” y el libro empieza diciendo: “se ha cometido el crimen perfecto, se asesinó a la realidad”. ¿Qué significa que se asesinó a la realidad? Que la realidad la construyen los medios, y que esa realidad que construyen los medios nos la hacen creer a todos. Entonces, no vemos la realidad, vemos la realidad que las empresas mediáticas nos hacen ver. Y esa realidad es la realidad de sus intereses. La realidad es para nosotros, finalmente, la realidad de los intereses de las grandes empresas mediáticas.

La Afirmación del Sujeto Libre y la Conciencia Crítica

Entonces, frente a esa revolución, ¿qué es lo que tenemos que oponer? Bueno, lo que tenemos que oponer es lo que siempre el hombre libre ha opuesto a la tiranía que es su afirmación como sujeto libre, su capacidad de decir: no, a mí no me van a someter. Yo no voy a aceptar pasivamente que me digan cómo son las cosas. En todo caso, aquí podemos recurrir a Descartes cuando dijo voy a dudar de todo. Bueno, dudemos de todo porque efectivamente nos están mintiendo. Y para saber que nos están mintiendo tenemos que elaborar nuestra propia verdad que es nuestra propia visión del mundo, nuestra propia conciencia crítica. Y nuestra propia conciencia crítica es aquello que hace de nosotros un ser humano, alguien que habla y no es hablado, que piensa y no es pensado, que interpreta y no es interpretado.

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