Prácticas Culturales y Reinterpretaciones Históricas: Potlatch, Brujería y los Orígenes del Cristianismo
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El Potlatch
Muchos norteamericanos pasan su vida intentando ascender socialmente para impresionar a los demás; están más interesados en trabajar para que la gente los admire por su riqueza que en la misma riqueza. El caso más extremo es el de los nativos americanos que vivían en el sur de Alaska, la Columbia Británica y el estado de Washington. El potlatch era una forma habitual de consumo y despilfarro, cuyo objetivo era donar o destruir más riqueza que el rival. Si el donante del potlatch era un jefe poderoso, podía avergonzar a sus rivales y alcanzar admiración destruyendo alimentos, dinero y, a veces, buscando prestigio quemando su propia casa. El potlatch era el resultado de condiciones económicas y ecológicas definidas.
Los Kwakiutl vivían en aldeas próximas a la costa en casas de madera, y pescaban y cazaban en los fiordos y estrechos de las islas. En un potlatch, el jefe anfitrión reafirmaba su estatus, en el que era superior al huésped, pero después se celebraría otro potlatch donde sería al revés. Para prepararlos, acumulaban pescado, aceite de pescado, mantas y pieles de animales.
El autor [Marvin Harris] piensa que es un festín competitivo, un mecanismo para asegurar la producción y distribución de riqueza entre pueblos. Algunos grupos, como los mencionados "Serrai" [Nota: verificar este término en la fuente original], están en contra del potlatch y tienen estilos de vida igualitarios donde no hay competición. Existe un intercambio donde los pueblos dan y reciben objetos de manera equilibrada, pero hay que controlar lo que se dona y lo que se recibe, porque si uno da más objetos que el otro, puede ser acusado de pretencioso.
Escobas y Aquelarres
Un gran número de personas fueron declaradas culpables de brujería entre los siglos XV y XVII. Muchas fueron quemadas en la hoguera. Otras fueron obligadas a confesar que eran brujas, aunque no fuera así (por ejemplo, las dos vagabundas mencionadas al principio del capítulo original). Podían mentir sobre las personas que habían visto en el aquelarre, quienes igualmente eran torturadas. Si se arrepentían, tenían la opción de ser estranguladas antes de ser quemadas.
El concepto de brujería estaba más consolidado en Europa que en otros lugares, y causó más víctimas. Se empleó la tortura sistemáticamente después de 1480. Anteriormente, no se daba mucha importancia a la brujería y las autoridades no estaban muy interesadas en la caza de brujas. Sin embargo, después de 1480, no se permitía dudar de la existencia de las brujas ni de sus supuestos viajes en escoba.
Un punto de vista más antiguo, regido por un documento llamado Canon Episcopi, sostenía que el diablo les hacía creer que viajaban, pero no podían hacerlo realmente. Michael Harner demostró que las supuestas brujas europeas se asociaban con el empleo de ungüentos mágicos. Quienes se los aplicaban caían en un profundo sueño y relataban haber realizado un largo viaje. Muchas personas fueron acusadas, y algunas ejecutadas, por crímenes supuestamente cometidos durante estos 'viajes' oníricos. Marvin Harris cree que muchas de las personas torturadas y ejecutadas no eran realmente brujas ni habían 'viajado'.
El Secreto del Príncipe de la Paz
La comprensión de ciertos aspectos de la civilización occidental requiere conocer las circunstancias prácticas de la época. Aunque la datación del ministerio de Jesús es relativamente segura (un error de 40 años es improbable), el contenido de sus enseñanzas es más discutible. Una posible interpretación es que Jesús no era tan pacífico como se cree y que sus enseñanzas no suponían una ruptura radical con la tradición mesiánica judía.
La figura del Mesías pacífico no se consolidaría hasta que Pablo de Tarso sentó las bases para este culto, predicando entre los judíos del Imperio Romano. Esto le generó enfrentamientos con la comunidad de Jerusalén, que consideraba que no cumplía las leyes del Señor. Los Manuscritos de Qumrán (o del Mar Muerto) hacen difícil separar las doctrinas de Juan el Bautista de la tradición militar-mesiánica judía; la semejanza con las ideas atribuidas a Jesús era considerable.
Jesús comenzó a predicar en Jerusalén; era el Mesías esperado por una pequeña nación. Dos de sus discípulos tenían apodos relacionados con combatientes: Simón el Zelote y Judas Iscariote [Nota: la etimología de Iscariote es debatida]. Además, los Evangelios mencionan que algunos discípulos opusieron resistencia armada cuando Jesús fue detenido. Este comportamiento no encaja con la imagen tradicional de un Mesías puramente pacífico.
La teoría del autor [Marvin Harris] es que los escritores de los Evangelios modificaron los hechos para presentar a Jesús como un Mesías pacífico.