La Práctica Reflexiva en la Formación Docente: Clave para el Desarrollo Profesional Continuo
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Introducción: La Práctica Reflexiva en la Formación de Enseñantes
Texto: Saber reflexionar sobre la propia práctica: ¿es este el objetivo fundamental de la formación de los enseñantes?
Autor: Perrenoud.
Podemos esperar de una práctica reflexiva que:
- Compense la superficialidad de la formación profesional.
- Acredite una evolución hacia la profesionalización.
- Favorezca la acumulación de saberes de experiencia.
- Favorezca la cooperación con los compañeros.
- Prepare para asumir una responsabilidad ética y política.
- Ayude a la lucha contra la irreductible alteridad del aprendiz.
- Ayude a sobrevivir en un oficio imposible.
- Aumente la capacidad de innovación.
- Proporcione los medios para trabajar sobre uno mismo.
Compensar la Superficialidad de la Formación Profesional
Es útil saber más para tener margen, dominar la materia y adquirir la seguridad necesaria para aplicar las estrategias y orientar el debate hacia los conocimientos. Los profesionales aprenden de la experiencia, mejoran con el transcurso de los años y terminan por crear un sistema didáctico para desarrollar el saber hacer.
Para saber reflexionar sobre la propia práctica, basta con poseer un entrenamiento para el pensamiento abstracto, el debate, el control de la subjetividad, el enunciado de la hipótesis y la observación metódica. Teniendo en cuenta que el buen criterio alimenta la reflexión para incrementar la eficacia de la enseñanza. De tal modo, una práctica reflexiva es una expresión de la conciencia profesional, donde los profesionales que no reflexionan y dejan de plantearse cuestiones porque se sienten seguros, no son practicantes reflexivos. Entonces, tenemos que defender lo contrario para elevar el lugar del conocimiento y de las competencias para enseñar.
Favorecer la Acumulación de Saberes de Experiencia
Desarrollar una práctica reflexiva significa aprender a aprovecharse de la reflexión gracias a:
- Un ajuste de los esquemas de acción, permitiendo una intervención más rápida.
- Un refuerzo de la imagen de uno mismo como profesional reflexivo.
- Un saber integrado para dominar otros problemas profesionales.
El conocimiento se desarrolla en red y el aprendizaje es un valor añadido que depende del capital que ya se haya almacenado. Un practicante reflexivo nunca deja de sorprenderse, puesto que lo que observa está en consonancia con sus marcos conceptuales; esto puede provenir de una larga práctica reflexiva personal que le ha permitido acumular a lo largo de los años. La reflexión se nutre de lecturas, formaciones, saberes teóricos o saberes profesionales creados por otros investigadores o practicantes.
El capital de conocimientos acumulados tiene una doble función: guía y agudiza la mirada durante la interacción, contribuye a "teorizar la experiencia". Cumplirá con esta doble función quien pueda utilizar estos conocimientos adquiridos y enriquecerlos con la experiencia.
Acreditar una Evolución hacia la Profesionalización
Procede de un cálculo racional, donde cada uno presiente que para asumir una fuerte autonomía profesional sin correr riesgos imprudentes, es preciso contar con una gran confianza en uno mismo, basándose en competencias especializadas, conocimientos exhaustivos, capacidad de juicio, análisis e innovación.
Ayudar a Afrontar la Irreductible Alteridad del Aprendiz
Reflexionar sobre la propia práctica también significa reflexionar sobre la propia historia, habitus, cultura, familia y la relación con los demás. Esta información debe proporcionar un estatus profesional claro y positivo, en un intento de comprender de dónde provienen nuestras relaciones con los demás.
(Continúa en otro documento)