Política Visigoda: Características y Rol de la Nobleza en la Península Ibérica
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Características de la Política Visigoda y Papel de la Nobleza
Introducción
Los visigodos, un pueblo germánico con gran influencia romana, cuya presencia en Hispania fue intermitente a lo largo del siglo V, se establecieron definitivamente en la península ibérica tras la derrota sufrida ante los francos en Vouillé (507).
Tras la caída del Imperio Romano en Hispania (siglo V), la monarquía visigoda ocupó ese vacío de poder y estableció su capital en la ciudad de Toledo.
Organización Política
Las Instituciones Políticas
La monarquía visigoda era electiva, y la designación del rey dependía de los magnates de la nobleza y la Iglesia, hecho que explica en gran medida su debilidad e inestabilidad política: ambiciones por el trono, rivalidades por la sucesión e incluso guerras entre bandos nobiliarios eran moneda común. Un ejemplo fue la llegada de los musulmanes en 711 para resolver una disputa sucesoria.
Pese a estos inconvenientes, el rey tenía amplias competencias (máxima jefatura militar, legislación, instancia superior de justicia, etc.), aunque muy limitadas en la práctica por el poder de la nobleza y la Iglesia.
Para gobernar, el monarca se apoyaba en dos instituciones:
- El Officium Palatinum, integrado por los magnates de mayor confianza del rey. Su función era auxiliar al rey en las tareas de gobierno y en las domésticas de palacio.
- El Aula Regia, asamblea de carácter consultivo, integrada por todos los miembros del Officium Palatinum y otros magnates, que asesoraban al rey en asuntos políticos y militares y en la elaboración de las leyes.
Los Concilios de Toledo, inicialmente solo asambleas eclesiásticas, pero tras la conversión de Recaredo al catolicismo, los convocaba el rey, integraban también a magnates del Aula Regia y establecían importantes normas y decisiones que afectaban a la monarquía.
La Administración Territorial
Los visigodos respetaron la división provincial romana del Bajo Imperio, aunque incorporaron algunas modificaciones:
- Al frente de cada provincia estaba un gobernador o duque con amplias funciones civiles y militares.
- Posteriormente se establecieron nuevas circunscripciones dentro de cada provincia, los territorios, bajo la autoridad de un conde o un juez.
El Poder de la Nobleza y el Clero
La monarquía visigoda favoreció la aparición de una poderosa nobleza territorial que fue la consecuencia del siguiente proceso:
- En un principio, los reyes se rodearon de gardingos o guerreros fieles a su persona.
- Posteriormente, empezaron a recompensar sus servicios militares con la entrega de tierras en usufructo vitalicio.
- Con el tiempo, los gardingos convirtieron esas tierras en propiedades hereditarias, en las que gobernaban con total autonomía respecto al poder del rey. Además, se rodearon de bucelarios, hombres fieles con los que establecían un compromiso de protección, fidelidad y obediencia.
En cuanto a la iglesia, su poder e influencia proviene de dos acontecimientos de relevancia. Por una parte, la legalización de la iglesia católica por Constantino en el año 313 le permitió acumular a ésta un gran patrimonio territorial. Por otra parte, la conversión de Recaredo al catolicismo tras el Concilio de Toledo (589) le confirió a la iglesia católica un gran poder e influencia política.
En conclusión, la nobleza y la iglesia, como grupos poderosos, coincidían en evitar el establecimiento de una monarquía poderosa que pudiera limitar su influencia y privilegios. Además, al tratarse de una monarquía electiva, los reyes dependían del apoyo de los magnates de la nobleza y el clero para acceder al trono y mantenerse en él.