Política Exterior Alemana en el Periodo de Entreguerras: De Stresemann a Hitler
Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 3,76 KB
Política Exterior Alemana en el Periodo de Entreguerras
Política Exterior de Hitler
Los objetivos de la política exterior de Hitler se centraban en varios puntos clave:
En primer lugar, el objetivo principal era crear un Gran Deutschland (Gran Alemania), lo que significaría la unificación de los alemanes austriacos con Alemania y la incorporación de las minorías alemanas que se encontraban bajo el gobierno de otros estados.
En segundo lugar, se buscaba crear una nueva gran Alemania que incluyera solo alemanes puros de raza aria superior, quienes debían ser robustos muscularmente y poseedores de un intelecto. Hitler creía en el darwinismo social, la idea de que no todos somos iguales, y quería instaurarla en su gobierno. Para Hitler, las personas más inferiores eran los judíos y debían ser eliminados, creyendo que así la raza dominante en Europa sería la alemana. Este concepto estaba ligado a la idea del Espacio Vital (Lebensraum), la necesidad de expandir el territorio alemán hacia el este.
Por otro lado, Hitler veía a Rusia como un enemigo natural de Alemania, ya que consideraba que había muchos judíos y era dominada por los bolcheviques, a quienes Hitler también consideraba judíos; además, odiaba el comunismo. Francia también era un enemigo natural debido a lo ocurrido en la Primera Guerra Mundial; según Hitler, Francia buscaba la destrucción de Alemania y soñaba con dominar Europa. Sin embargo, Alemania veía a Gran Bretaña como un aliado potencial, ya que los consideraba racialmente similares y admiraba su imperio. Italia también fue vista de esa manera porque las ideas fascistas de Mussolini eran similares a las de Hitler.
La Diplomacia de Stresemann y la República de Weimar
Después de que Gustav Stresemann mejorara la economía alemana, el apoyo hacia los nazis fue disminuyendo. Stresemann firmó acuerdos con Estados Unidos, como el Plan Dawes y el Plan Young, ambos destinados a restaurar la economía alemana. Estos planes redujeron los pagos de reparaciones impuestos a Alemania en Versalles y establecieron préstamos de EE. UU. a Alemania.
Stresemann creía que la cooperación con Gran Bretaña y Francia era la mejor manera de lograr los objetivos de Alemania: se unió a la Sociedad de Naciones en 1926 y firmó el Pacto Kellogg-Briand, que prohibió la guerra. También en los Tratados de Locarno en 1925, se acordó mantener las fronteras entre Alemania y Francia establecidas en Versalles.
La Gran Depresión fue clave, ya que Alemania dependía de los préstamos de Estados Unidos y, al no poder pagarlos, la situación económica fue catastrófica. Esta crisis económica y social contribuyó a que Hitler ganara fama y apoyo para su política exterior e interna.
El Putsch de Múnich (1923)
Para 1923, Hitler se había convertido en el líder de un grupo paramilitar de derecha llamado Kampfbund, creado para coordinar tácticas contra la República de Weimar. Esta situación llevó a Hitler a buscar una solución militar para tomar el poder. Motivado por la Marcha sobre Roma de Mussolini y apoyado por Ludendorff, Hitler decidió atacar el gobierno junto con 600 hombres de la SA e intentó tomar edificios gubernamentales.
Pero el plan fracasó; murieron 16 nazis y la policía detuvo a Hitler y Ludendorff por traición. Hitler fue juzgado y condenado a cinco años de cárcel, pero cumplió solo 9 meses y fue liberado en 1924. Durante este tiempo, escribió su libro Mein Kampf (Mi Lucha), donde exponía sus ideas políticas, incluida la política exterior que quería instaurar en Alemania.