Polilla procesionaria del roble: una guía sobre la plaga y los riesgos para la salud

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Las orugas (larvas) de la polilla procesionaria del roble (OPM) son plagas de los robles y representan un peligro para la salud humana y animal. La OPM se introdujo accidentalmente en Inglaterra en 2005, y está sujeta a un programa de encuestas y control dirigido por el gobierno para minimizar su población, propagación e impactos.

Propagación de la OPM en el Reino Unido

La OPM se estableció en la mayor parte del Gran Londres y en algunos condados circundantes. El resto del Reino Unido (RU) está designado como Zona Protegida (PZ) de la Unión Europea con restricciones especiales sobre los movimientos de las plantas de roble para minimizar las incursiones de la plaga.

La Comisión Forestal, la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal (APHA) y las Administraciones Devolvidas actuaron rápidamente para erradicar las poblaciones recientemente introducidas. Este trabajo, que continúa, incluyó el rastreo e inspección de las importaciones recientes de robles, la vigilancia en el terreno y la destrucción de árboles y orugas infestados.

Como resultado de estas intercepciones, se introdujeron medidas reforzadas sobre la importación de la mayoría de las especies de roble para mejorar la protección del Reino Unido contra esta plaga. Se pueden encontrar más detalles en 'Acción oficial' - julio de 2019', así como información sobre el área libre de plagas de OPM italiana declarada en 2019.

Impacto de la OPM en los robles

La OPM es una plaga arbórea porque sus orugas se alimentan de las hojas de varias especies de robles. Las grandes poblaciones pueden desnudar los robles enteros, dejándolos más vulnerables a otras plagas y enfermedades, y a otras tensiones, como la sequía. La imagen de arriba muestra las ramas de un roble de Londres después de una fuerte alimentación por orugas OPM.

Riesgos para la salud de la OPM

Las orugas más viejas desarrollan pequeños pelos que contienen una proteína urticante o irritante llamada thaumetopoein. El contacto con los pelos puede causar erupciones cutáneas con picor (en la foto de arriba) e irritaciones en los ojos, dolor de garganta, dificultades para respirar y, rara vez, reacciones alérgicas en personas y animales. El riesgo de exposición a estos pelos es mayor en mayo y junio.

Las orugas pueden arrojar los pelos cuando están amenazadas o perturbadas. El viento puede soplar los pelos y se acumulan en los nidos de las orugas, que pueden caer al suelo. Pueden adherirse a troncos, ramas, césped y ropa, así como a equipos de cirujanos de árboles, trabajadores forestales y de cuidado del suelo, como cuerdas.

Grupos vulnerables a los riesgos de la OPM

  • Niños curiosos y mascotas
  • Personas que trabajan en o cerca de robles
  • Cualquiera que pase tiempo cerca de árboles infestados
  • Ganado y animales salvajes que pastan y navegan

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