Poesía Española Siglo XX: Recorrido por sus Movimientos y Autores Esenciales

La Poesía Española del Siglo XX: Un Recorrido por sus Movimientos y Autores Esenciales

La poesía cumplirá una función épica y aglutinadora en torno a las ideologías que se enfrentaban.

Miguel Hernández: Síntesis de una Época

Destaca la figura de Miguel Hernández. Su corta trayectoria poética sintetiza el camino que siguieron los poetas del 27, desde el gongorismo y la poesía pura al compromiso social, pasando por la influencia del surrealismo hasta llegar a un estilo íntimo y personal.

Sus poemarios incluyen:

• Perito en lunas (1933): colección de octavas reales que fusionan gongorismo, simbolismo y ultraísmo.
• El rayo que no cesa (1936): con el que se adentra en el surrealismo, la «rehumanización del arte», influido por Neruda y Aleixandre.
• Viento del pueblo (1937): uno de los temas principales será el sufrimiento de los pobres y explotados.
• Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941): nos ofrece al Miguel Hernández más maduro. Poesía íntima y depurada que aborda los temas de la paternidad, el amor y la ausencia.

La Poesía de Posguerra: Década de 1940

En la década de 1940 se publican dos poemarios fundamentales que constituyen el arranque de la poesía de posguerra y que engarzan con la poesía anterior: Hijos de la ira (1944), de Dámaso Alonso.

Poesía Desarraigada

Se publican obras que presentan una visión pesimista y angustiada de la existencia. Expresan disconformidad con la realidad.

Poesía Arraigada

Poesía intimista, con búsqueda de la perfección formal y el regreso a estructuras métricas clásicas. Los temas más característicos son Dios, el amor y el paisaje. Destacan los poetas Luis Rosales (La casa encendida, 1949) y Luis Felipe Vivanco (Tiempo de dolor, 1940).

La Poesía Social: Década de 1950

La literatura se concibe como instrumento de transformación política y social, cuya finalidad es dar testimonio crítico de la realidad de la época. La denuncia de la injusticia y de la falta de libertad se convierte en el eje. No interesa la expresión sentimental o autobiográfica. La voluntad de escribir una poesía útil que llegue a la inmensa mayoría se traduce en el empleo de un lenguaje claro.

Destacan:

• Blas de Otero: con Pido la paz y la palabra (1955), encabezado por el lema «Con la inmensa mayoría», se produce un viraje hacia la poesía social, abandonando el «yo» y abriéndose a la circunstancia que lo rodea.
• Gabriel Celaya: en Cantos Íberos (1955) concibe la poesía como un modo de acción. Se incluye el poema «La poesía es un arma cargada de futuro».
• José Hierro: organiza sus poemas en dos grupos: «reportajes» y «alucinaciones». Son los del primer grupo los que podrían situarse dentro de la órbita de la poesía social.

La Generación del 50 o del Medio Siglo

Un grupo de jóvenes poetas comienza una nueva andadura que, aunque arranca de la poesía social, va distanciándose de ella. Presentan rasgos comunes:

• Autobiografismo: La pérdida de la esperanza y los temas sociales ceden a los personales. No abandonan la conciencia cívica y denuncian la situación de España. Destaca Jaime Gil de Biedma (Compañeros de viaje, 1959).
• La poesía se convierte en un camino de conocimiento e indagación de la propia existencia.
• Lenguaje conversacional e intimista: caracterizado por una aparente sencillez y claridad y por el distanciamiento irónico respecto a las emociones. Estas características se reúnen en Ángel González (Grado elemental, 1962).

Los Novísimos: Renovación Poética (Década de 1970)

Nueve novísimos poetas españoles (1970), publicada por José M.ª Castellet, certifica la irrupción en la poesía española de una nueva promoción de autores. Sus características principales son:

• Culturalismo: el cine, el jazz y los héroes de la cultura popular son temas frecuentes.
• Barroquismo e influencia de las vanguardias: lenguaje rico y elaborado.
• Esteticismo: buscan la belleza formal.

Los más destacados de los Novísimos son: Pere Gimferrer (La muerte en Beverly Hills, 1968) y Ana M.ª Moix (Call me Stone, 1969).

Conclusión

Cabe concluir que la poesía española durante el franquismo siempre estuvo atenta a los cambios sociológicos que fue experimentando la sociedad a lo largo de tres décadas y que evolucionó al compás de la misma, muy condicionada al principio por las circunstancias históricas de nuestro país y luego más abierta a la influencia de la cultura contemporánea del mundo occidental.