La Poesía Española de Posguerra: De la Generación del 36 a los Novísimos
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La Generación del 36: Poesía Arraigada y Desarraigada
Se conoce como Generación del 36 a un conjunto de autores nacidos en torno a 1910, que producen lo más importante de su obra en los años 40. Como hemos comentado en la introducción, la rehumanización será el rasgo común a todos estos poetas de posguerra, pero, al margen de ello, nos encontramos ante una generación poética caracterizada por la división de ideas y estilos y a la que también se conoce como “generación escindida”.
La poesía arraigada
Así denominó Dámaso Alonso a la poesía de aquellos autores que se expresan con una luminosa y reglada creencia en la organización de la realidad. En su centro encontramos a un grupo de poetas que se autodenomina juventud creadora. Todos ellos son afines, en mayor o menor medida, al régimen franquista.
- Sus principales órganos de expresión son las revistas Escorial y Garcilaso.
- Tal y como podemos deducir del título de estas publicaciones, su poesía es de inspiración clásica, siendo Garcilaso, el principal modelo y referente.
- Atendiendo a la forma, utilizan formas métricas clásicas con especial preferencia por el soneto.
- Visión del mundo optimista y ordenada. Tono sereno.
- Tratamiento de temas tradicionales desde una perspectiva tradicional: la religión, el amor, el paisaje, las cosas bellas.
- Entre los autores más destacados podemos citar a Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo cofundador de Escorial y Luis Rosales
La poesía desarraigada
Esta tendencia, parafraseando otra vez a Dámaso Alonso, se define por oposición a la arraigada:
Para otros, el mundo nos es un caos y una angustia, y la poesía una frenética búsqueda de ordenación y ancla. Sí, otros estamos muy lejos de toda armonía y toda serenidad.
Como decíamos anteriormente, la poesía desarraigada se identifica con la visión de los vencidos, autores en mayor o menor medida afines a la República o, al menos, ajenos a la visión triunfalista de guerra y posguerra que el régimen quería imponer. He aquí algunos de los rasgos característicos de su poética.
- Su principal órgano de expresión es la revista Espadaña.
- Marcada influencia del Surrealismo.
- Uso frecuente del versículo y el verso libre.
- Visión negativa de la vida y el hombre: existencialismo. Tono angustiado y oscuro, presencia de elementos tremendistas.
- Los temas más frecuentados serán la muerte, la violencia, el absurdo de la existencia, la crisis de fe.
- Los autores más destacados son Eugenio G. de Nora (1923- 2018), Victoriano Crémer (1906-2009), cofundadores de Espadaña; Dámaso Alonso (1898-1990) que con su Hijos de la ira (1944) aportará a la tendencia desarraigada su obra maestra.
Años 50: La Poesía Social
Los años 50 supusieron el fin de la autarquía y una tímida apertura del régimen franquista, que respondía a la necesidad de ganarse algo de la simpatía de las potencias democráticas. Es la época del realismo social.
Características temáticas
- Compromiso con el cambio social: concibe el poema como un instrumento de transformación.
- Trata temas como las desigualdades, la alienación, el problema de España, el deseo de libertad, la reconciliación entre los españoles.
Características formales
- Sencillez estilística y lingüística con predominio del tono y el lenguaje coloquial.
- Intensidad emocional.
- Desautomatización de clichés, tópicos y frases hechas que se modifican y reinventan para darles un sentido poético. Este procedimiento es muy frecuente en Blas de Otero. Así la expresión: nadar a contra muerte.
- Abundancia de recursos basados en la repetición: paralelismo, anáfora, etc. Recursos típicos de la lírica popular con el fin de hacer el contenido más accesible al lector.
- Tendencia a la comunicación directa. Simplificación del uso de la metáfora. Se utiliza con menos frecuencia. Cuando aparece suele construirse sobre asociaciones fáciles de descifrar, casi universales.
- En algunos casos, este afán de comunicación y simplificación conlleva un descuido formal del poema o la caída en lo panfletario.
Autores
Los más representativos son Gabriel Celaya (1911- 1991), Gloria Fuertes (1917-1998), Ángela Figuera Aymerich (1902-1984) y Blas de Otero.
Blas de Otero
Vida
Blas de Otero (1916-1979) nació en Bilbao en una familia de la burguesía vasca. Tras cursar estudios en los jesuitas, la familia se traslada a Madrid donde estudia Derecho. En el 51 se va a París, y se afilia al PC. Su literatura se carga de contenido social. Regresa a España con frecuencia para dar conferencias y recitales. En el 68 vuelve a España donde muere a causa de una trombosis pulmonar.
Influencias, trayectoria, obras
Su trayectoria poética pasa por tres etapas.
- Etapa existencial. Dámaso sitúa al Blas de Otero de esta etapa en la poesía desarraigada española. Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia dos libros imp.
- Etapa social. Este ciclo se inicia en 1955 con Pido la paz y la palabra y continúa con En castellano de 1959 y Que trata de España de 1964, ambos producidos en París.
- Etapa de la experimentación. el poeta retorna a su intimidad y se consagra al enriquecimiento innovador de su lenguaje poético acusando una clara influencia de las técnicas y el imaginario surrealista. La producción en esta línea que nos es conocida es más bien escasa. Historias fingidas y verdaderas.
La lengua poética de Blas de Otero
En sus magníficos estudios acerca del poeta (La poesía de Blas de Otero, 1966 y Blas de Otero, 1980) el profesor Emilio Alarcos lleva a cabo un profundo análisis estilístico de la lengua poética del autor. Le atribuye las siguientes características.
- Tensión connotativa a través de un léxico que nos remite a sentimientos opuestos: ruina, soledad (desarraigado, despojo, ruina, muerte) vs. ansia y luz (alas, mariposa, cielo, oro, fe); obstinación, violencia (sajar, insistir, seguir, dentelladas, borbotones) vs. paz (alto, puro, plata, jardín).
- Presencia de símbolos consagrados por la tradición literaria. Así el mar símbolo polisémico que puede ser Dios, la muerte o el amor, si aparece en calma. El árbol que muchas veces simboliza al hombre que busca a Dios. El navío que también simboliza al hombre abandonado a su destino.
- Frecuencia de elementos con función apelativa: exclamaciones, interjecciones, interrogación, imperativo
- Frecuencia de uso del gerundio para transmitir tensión, conflicto.
- Uso de palabras infrecuentes: dialectalismos y arcaísmos (cantil, galayo, llambria), tecnicismos marineros (halar, virar), neologismos creados por él mismo (ensimismal, frondor).
- Abundancia de adverbios en –mente. Algo que muchos otros poetas evitan y que le confiere un carácter conversacional.
- Uso de frases hechas. Usadas en su sentido literal o reinventadas poéticamente: horror a manos llenas, a contra muerte, etc.
- Abundancia de contrastes y reiteraciones.
- Frecuencia de uso del encabalgamiento abrupto.
La Lírica del Siglo XX: La Generación Poética del 50 (Características, Autores y Obras). Ángel González. Los Años 60: La Generación del Medio Siglo
Introducción: La cuestión generacional, nómina de autores
El fracaso de la poesía social fue conduciendo paulatinamente a su abandono. Así, aunque de esta se encuentren manifestaciones aún en los años 60; ya en la década de los 50, nos encontramos con nuevos poetas que apuntan hacia su superación. Para referirse a ellos se ha utilizado varias etiquetas: Generación del medio siglo, Grupo poético de los 50, Segunda generación de posguerra o Promoción poética de los 50. Por nuestra parte, utilizaremos el término Generación del medio siglo.
La poesía social de los cincuenta, como hemos visto, extiende su influencia a través de los años sesenta, ya que su importancia social, estética e histórica es innegable. De todos modos, se comienza a percibir un cierto agotamiento de los temas y de las formas, con lo que algunos autores, aun siguiendo con el realismo social, pretenden buscar nuevos caminos poéticos. La forma de los poemas va tomando importancia frente al contenido. Los autores ya no se ciñen exclusivamente a temas sociales, sino que incluyen temas humanos de toda índole, sin perder el compromiso inherente a este tipo de poesía. Estos poetas son una continuación lógica y evolucionada de sus antecesores de la década anterior, a los cuales admiran y leen ávidamente.
Por tanto, a mediados de los 50, en pleno auge de la poesía social, surge un grupo de poetas a los que la crítica ha llamado “Generación de los 50” o “Segunda generación” que:
- Está formada por autores nacidos entre 1925 y la Guerra Civil (36-39), muchos son niños de la guerra.
- Publican sus obras fundamentales en los años 60.
- No constituyen una generación en el sentido más riguroso de la palabra, forman un grupo muy heterogéneo en el cual suele distinguirse como sub-grupo más unitario la llamada escuela de Barcelona, formada por catalanes que escriben en castellano (Gil de Biedma, Carlos Barral, J.A. Goytisolo, Costafreda).
Características de su poesía
Aunque dentro de los poetas de la llamada Generación de 1950 encontramos varias orientaciones; sí que presenta su escritura una serie de rasgos comunes claramente identificables.
- Expresión de la intimidad, de lo subjetivo y de lo amoroso. Frente a la generación anterior, los poetas de los 50 vuelven al “yo”: prefieren mostrar su intimidad y relatan sus amores, reales o fingidos, sin pudor, aunque sin abandonar lo real.
- Nuevo tratamiento de lo social. La temática social no se abandona en todos los casos, sigue presente en los textos pero con un tratamiento distinto, caracterizado por el desengaño. Aunque hablen de lo social estos poetas no creen que la poesía pueda cambiar las cosas. Parafraseando el título de Ángel González, lo social se aborda sin esperanza pero con convencimiento. Con un tono menos dramático que el de la poesía social; no se excluye la posición crítica ante la realidad.
- Entienden la poesía no sólo como comunicación (como ocurre en la poesía social) sino, también, como una forma de experiencia personal (retorno a lo personal) y de exploración de la realidad (conocimiento).
- Preocupación por el hombre: Es frecuente hablar en su caso de un humanismo existencial y un claro retorno a lo íntimo.
- Se tratan temas cotidianos: el amor, la familia, el erotismo; y universales como la soledad, la incomunicación.
- Actitud escéptica e inconformista; aunque también puede adoptarse un tono cálido y cordial, que se traduce en una huida del tratamiento patético siendo frecuentemente el elemento distanciador, la ironía.
- Valoración de la palabra poética; hay una preocupación por un lenguaje más cuidado, aunque sobrio. Es una poesía de formas muy cuidadas. Se busca un lenguaje personal, no obstante, muchos continúan utilizando — con mayor rigor — el registro coloquial que había sido inaugurado por la poesía social. Hay una mayor valoración de la palabra buscando efectos de ambigüedad en la lectura, que pueden llegar al irracionalismo y al simbolismo.
Autores
Por lo que se refiere a la nómina de autores, hay que decir que esta varía notablemente en los diferentes estudios, llegando en algunos casos a ser extensísima. Ello se debe a la abundancia de poetas en activo dentro de esos límites cronológicos. Los poetas más representativos de la Generación de los 50 son, además de Ángel González, José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines y Claudio Rodríguez.
Ángel González (Oviedo, 1925-2008)
Nació en Oviedo en una familia venida a menos a causa de la guerra civil. Un hermano fue fusilado bajo el franquismo, y otros sufrieron las consecuencias de la contienda. Todo ello influyó decisivamente en su actitud poética y en toda su obra en general, publicada en la segunda mitad del s. XX. Por ello se considera un máximo representante de la Generación de los cincuenta: un ejemplo claro del tránsito de la poesía social a la de la experiencia; puesto que perdura en él, el compromiso social, pero este se expresa por medio de la ironía y del humor ácido. Premio Antonio Machado en 1962 o el Premio Príncipe de Asturias en 1985. Falleció en Madrid el 12 de enero de 2008. Actitud existencialista.
Sus temas se centran en las experiencias personales, de la vida cotidiana (la ciudad, las amistades, un amor, el recuerdo nostálgico de la infancia. Temas que, gracias a la ironía y a los elementos simbólicos, consigue burlar la censura. Experiencias expresadas con un estilo sencillo, a veces coloquial, pero fruto de una consciente labor de depuración, de una búsqueda de la exactitud y la precisión de la palabra, y de la belleza del lenguaje.
Su obra presenta dos etapas, aunque, vistos en su conjunto, sus versos constituyen un único libro en continuo desarrollo.
- El primer ciclo comienza con Áspero mundo hasta Tratado de urbanismo. Su poesía refleja una amarga decepción y un pesimismo de corte existencial, que conjuga con una dura crítica del mundo que le rodea. El aspecto fundamental des el paso del tiempo planteado con gran dramatismo, y el dolor y la decepción son las notas predominantes. Otros Grado elemental.
- La segunda etapa comienza con Breves acotaciones para una biografía (1971) y Prosemas o menos (1985), entre otros. mayor libertad expresiva que se traduce en, rupturas de frases hechas, juegos de palabras, también la ironía y el humor que, en ocasiones, lleva al chiste; y el uso de un léxico muy poco poético (los “antipoemas”).
La Lírica Después del 36: Los Novísimos
En 1970 se publica Nueve Novísimos poetas españoles, una antología preparada por el crítico José María Castellet,. En ella se presentaba una nueva forma de poesía, que se venía produciendo desde finales de los años 60 y que se caracteriza básicamente por ser un intento deliberado de ruptura con la poesía social: “la poesía dejó de ser testimonio y denuncia de una situación histórica y abandona el lenguaje coloquial con que se hablaba de las miserias, la opresión y la falta de libertad”. Para estos poetas, la poesía -el arte, en general- no es un instrumento de catarsis personal ni de transformación del mundo, y, por lo tanto, el sentido de la misma no es más que el propio lenguaje. Como dice Castellet, “la forma del mensaje es su verdadero contenido”.
Principales características
- Culturalismo: alarde de citas implícitas o explícitas en los más diversos idiomas; continuas referencias a escritores y artistas poco conocidos, abundantes referencias a la cultura de masas -cine, cómic, canciones…- como provocativa sustitución del humanismo literario, fuente clásica de inspiración de los autores anteriores. Para estos poetas, la cultura adquirida forma parte también de nuestra forma de entender las emociones, igual que nuestras vivencias, por lo que ambos referentes son necesarios en la expresión de las emociones.
- Resucitan el lenguaje y la atmósfera preciosista del Modernismo: fascinantes ciudades, lujosas fiestas, ambientes refinados, recreación del pasado histórico, en franca oposición a la austeridad de la poesía social.
- Uso frecuente de procedimientos experimentales: ruptura del verso, disposición gráfica no normal, supresión de signos de puntuación, collages con textos, refranes, recortes de anuncios...coqueteos surrealistas, simbolistas, parnasianistas. Este aspecto implicará una recuperación del vanguardismo del 27
- Uso del monólogo dramático: el poeta elige un personaje histórico o ficcional que asume y transmite en primera persona sus emociones, que suelen coincidir con las del propio poeta. Ese personaje ficticio ha sido denominado “correlato objetivo”. Con este procedimiento se evita caer en el viejo “yo lírico” autobiográfico del romanticismo, que confesaba impúdicamente sus sentimientos, depositándolos en otro personaje. El inicio consciente y continuado de monólogos dramáticos ya había comenzado en algunos poetas de la generación de los 50, pero los que sirvieron de modelo fueron Luis Cernuda (G. del 27) y Jaime Gil de Biedma, junto con los norteamericanos T.S. Eliot y Ezra Pound. Encontraremos esta técnica con ciertas variaciones en los poetas de la “Poesía de la experiencia” de los años 80.
Nómina de autores
La nómina de estos poetas es la siguiente: Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, José María Álvarez. el término “novísimos” designa no solo a los integrantes de la antología, sino también a otros que, en su momento, adhirieron a este tipo de poesía, como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena. Cabe señalar que la poética novísima parecía agotada a finales de los 70,