Poesía Épica Romana: Orígenes, Evolución y Obras Maestras

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La Poesía Épica: Orígenes y Características del Género

Se entiende por épica aquellas manifestaciones literarias de carácter narrativo que cuentan, con un lenguaje solemne y majestuoso, las hazañas legendarias de héroes o los orígenes míticos de un pueblo. La épica surge en Grecia vinculada con la tradición oral: composiciones que se transmiten de boca en boca, generalmente con acompañamiento musical.

Sin embargo, en Roma fueron puestos por escrito por uno o varios autores, dándoles un tono más homogéneo. Surge de esta forma el poema épico o épica culta, que dejó de ser una poesía colectiva para convertirse en obra de un único autor, que, imitando las técnicas compositivas de la épica oral, escribía poemas de gran calidad.

En el origen y desarrollo del género épico en la literatura romana, que es siempre una épica culta, se mezclan dos fuentes fundamentales:

  • Tradición épica griega: la Ilíada y la Odisea, las dos grandes epopeyas griegas atribuidas a Homero, fueron las obras que más influyeron en la épica romana y luego en toda la literatura occidental.
  • Utilización de las hazañas de romanos ilustres: Los romanos prefieren una épica nacional, que exaltaba a sus héroes; así, épica e historiografía son dos vertientes de una misma línea maestra que conducía a ensalzar el pasado de Roma.

El lenguaje de la poesía épica es grandioso y solemne, y en él se repiten los clichés o frases hechas (como llamar siempre a cada personaje con los mismos epítetos: Aquiles el de los pies ligeros, etc., que en su origen no eran más que trucos memorísticos de los poetas para rellenar una parte del verso) fueron imitados por los poetas romanos como característica propia de la épica.

En cuanto a los personajes, la epopeya se funda en la existencia de un héroe, que al enfrentar una serie de obstáculos y adversidades, exalta los valores de una nacionalidad.

La versificación de la poesía épica es el hexámetro dactílico, al que pertenecen todas las obras de carácter épico de la literatura griega y latina.

La Épica Romana Arcaica

El primer poeta épico fue Livio Andrónico, esclavo tarentino del siglo III a.C., que enseñaba griego a familias ilustres de Roma y tradujo al latín la Odisea, pero empleando un verso autóctono, el saturnio. Es la primera producción literaria en latín. Esta obra ejerció una enorme influencia y fue utilizada en las escuelas.

Nevio fue el autor de la primera epopeya nacional romana que a finales del siglo III a.C. publicó con el título de Bellum Punicum (La guerra púnica) un poema en versos saturnios sobre la primera guerra púnica, en la que había participado personalmente.

Con Ennio la épica latina se consolida definitivamente. Su poema Annales es considerada como la epopeya nacional romana hasta la aparición de la Eneida de Virgilio. Era una obra en 18 libros, de los que sólo se conservan fragmentos, sobre la historia de Roma desde sus orígenes troyanos hasta su época. Su importancia en el desarrollo del género es grande, no sólo porque fue el primero en utilizar el hexámetro, sino también porque fue el creador de un lenguaje épico en Roma. Su obra contiene un sentimiento típicamente romano, un gran amor y admiración por Roma y por las hazañas de sus héroes.

La Épica Clásica: Virgilio y la Eneida

El poema épico más significativo de esta época y de toda la literatura latina es la Eneida, obra de Publio Virgilio Marón (70-19 a.C.), el más importante de los poetas latinos, que también compuso un poema didáctico, las Geórgicas, y varios poemas de tema bucólico, las Églogas. La Eneida es el gran poema nacional romano; se escribió en la época de Octavio Augusto e intenta glorificar a su familia entroncándola con Eneas y, por tanto, con Marte y Venus.

Tema

El poema narra las aventuras de Eneas, el héroe troyano, hijo de Anquises y Venus, desde su salida de Troya hasta su posterior asentamiento en Italia y las luchas que le enfrentaron a los pueblos vecinos. Se trata de ligar la fundación de la estirpe romana con sus orígenes legendarios en Troya.

Resumen

Tras la invocación preliminar a la Musa, la acción comienza con el naufragio de los supervivientes troyanos ante las costas africanas de Cartago. Eneas y los suyos son recibidos hospitalariamente por Dido, la reina del lugar. En el banquete de recepción, Eneas le cuenta a Dido el viaje que ha hecho y los sufrimientos que ha tenido que padecer a consecuencia de la toma de Troya por los griegos. La reina se enamora del héroe troyano y quiere retenerlo junto a ella, pero Eneas debe cumplir la misión que le han encargado los dioses: fundar una nueva Troya en tierra itálica, que dará origen a Roma. El piadoso Eneas parte hacia su destino y la infeliz Dido se da muerte, presagiando así la futura rivalidad entre Cartago y Roma. Llegado a Italia, Eneas visita las mansiones de Plutón acompañado de la Sibila de Cumas, a fin de entrevistarse con su padre muerto y saber qué ha de hacer y adónde debe dirigir sus pasos. Llega Eneas finalmente al Lacio y por la voluntad de los dioses recibe del rey Latino a su hija Lavinia como esposa. Esta afrenta a las legítimas aspiraciones de Turno, el caudillo rútulo destinado en principio a ser el esposo elegido, desata la guerra entre los troyanos con sus aliados y los rútulos con los suyos. Tras diversos episodios, entre los que destaca la descripción del escudo de Eneas en el que se describe la futura historia gloriosa de Roma, el poema acaba con el combate singular entre Eneas y Turno, en el que el vencido y suplicante Turno recibe la muerte de un enfurecido Eneas, que se deja llevar por la furia vengativa. Virgilio condensa magistralmente en esa escena el destino de Roma, que creó un poderoso imperio y una grandiosa civilización universal, pero, para conseguir hacer esa gran obra, hubo de acarrear también sufrimiento y destrucción.

Estructura

La Eneida se compone de doce libros, cada uno de ellos con entidad propia. En los seis primeros libros Eneas narra sus peripecias hasta llegar a Cartago y en los seis últimos sucede el enfrentamiento en tierras itálicas.

Fuentes

Sin ninguna duda, Virgilio se basó en la Ilíada y Odisea de Homero para componer su obra. Los seis primeros libros evocan el viaje de Ulises (el descenso a los infiernos, lances amorosos, naufragios, etc.) y los seis últimos recuerdan las múltiples escenas bélicas de la Ilíada.

Personajes

El personaje principal de la obra es Eneas que, aunque es un hombre prisionero de su deber, la fundación de Roma, tiene cierta libertad de movimientos. Persevera en su destino, vence dificultades, sortea peligros, alcanza importantes objetivos, pero parece como si algo (fatum, el destino) o alguien (divus, la divinidad) tuviera que decir siempre la última palabra en su lugar.

Dido, la reina de Cartago, brilla con luz propia, aunque es una víctima de los dioses. Es una mujer fogosa, ardiente, enamorada y enormemente vital.

Turno es el guerrero rival de Eneas, que recuerda a Héctor por su valor, su sinceridad y su infortunio, y a Aquiles por su temperamento feroz, irascible y un tanto primario.

Los dioses desempeñan un papel importante en la trama de la obra. Virgilio siente un respeto reverencial por Júpiter que parece tener en sus manos las riendas del destino de Roma. A su lado, Juno, Venus y Minerva cumplen a la perfección su papel de intermediarias entre el padre de los dioses y los humanos, enfrascados en tensos conflictos bélicos.

Lengua y Estilo

La Eneida es una de las obras maestras de la literatura universal. Es un poema de extraordinaria perfección estilística y métrica, aunque su autor pidió en su testamento que se destruyera por considerarla inacabada. Virgilio es el creador de un lenguaje poético clásico de extraordinaria perfección formal. Su estilo se caracteriza por la variedad de tonos y por la cuidada selección de términos: alterna la utilización de neologismos y de arcaísmos que dan solemnidad al texto.

Además, la obra posee una musicalidad exquisita, de manera que el verso utilizado, el hexámetro dactílico, alcanza su perfección y el poema quedó como modelo ideal para todos los poetas posteriores.

La Épica Postclásica

Después de Virgilio y su épica brillante, nos encontramos en el siglo I d.C. un panorama decadente representado por Lucano, Valerio Flaco, Silio Itálico y Estacio.

Lucano (39-65 d.C.), de origen hispano y sobrino de Séneca, es el autor del poema épico Bellum Civile, conocido como la Farsalia, en el que se relata en 10 cantos la guerra civil entre César y Pompeyo. En la obra destacan los elementos maravillosos y alegóricos, sin dar cabida al componente mitológico, pues los dioses ya no aparecen como impulsores de la acción humana. Por otra parte, ya no es un héroe tradicional, sino un personaje histórico concreto, Julio César, el protagonista de la epopeya.

Valerio Flaco escribió un poema épico titulado Argonáutica, poema de inspiración griega alejandrina.

Silio Itálico escribió Punica, obra de influencia virgiliana que intenta mitificar el enfrentamiento de Roma con Cartago. Se centra en la segunda guerra púnica, que es utilizada como pretexto para poner de relieve una vez más la grandeza de Roma. El protagonista es Aníbal y, por su condición de enemigo, no puede convertirle en héroe.

Estacio escribió la Tebaida, obra de inspiración griega, en la que narra la guerra sostenida entre los hijos de Edipo, Eteocles y Polinices, por el trono de la ciudad de Tebas.

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