Platón: Filosofía, Ideas y el Alma Humana
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Platón: Vida y Pensamiento
Primeros Años y Desilusión Política
Platón nació en Atenas en el 427 a. C., en el seno de una familia aristocrática. Su padre, Aristón, se decía descendiente del rey Codro. Recibió una educación esmerada en diversas áreas del conocimiento. En su juventud, albergó ambiciones políticas, pero con el tiempo se desilusionó. Participó como soldado en las Guerras del Peloponeso. Posiblemente, sus primeros contactos con la filosofía fueron a través de las enseñanzas del heracliteano Crátilo.
Viajes, la Academia y el Diálogo Filosófico
Tras realizar varios viajes por el Mediterráneo, Platón regresó a Atenas y fundó la Academia, un centro de estudios dedicado a la difusión de un saber integral. Sus obras, escritas en forma de diálogos, exploran ideas filosóficas mediante la discusión y la crítica en un contexto conversacional. Dedicó sus últimos años a impartir conferencias en la Academia y a escribir. Murió en Atenas en el 348 a. C., a la edad de 80 años.
El Dualismo en la Filosofía de Platón
Cuerpo y Alma: Una Oposición Fundamental
Según Platón, el ser humano se compone de dos principios opuestos: el cuerpo y el alma. El cuerpo, ligado a lo material, dificulta el ascenso del alma hacia el mundo de las ideas. Este dualismo antropológico se corresponde con un dualismo ontológico.
La Inmortalidad del Alma y la Transmigración
La inmortalidad es el aspecto fundamental del alma. Para Platón, el alma existe antes del cuerpo y le sobrevive. Su unión con el cuerpo es accidental y transitoria, ya que el lugar natural del alma es el mundo de las ideas. Platón adopta la teoría de la transmigración: el alma, debido a alguna falta cometida, se ve obligada a habitar un cuerpo a modo de prisión. Los deseos corporales la atan al mundo sensible, impidiéndole contemplar las ideas. Mientras reside en el cuerpo, el alma debe buscar la purificación. La muerte representa la liberación del alma, pero si no ha alcanzado la suficiente purificación, deberá transmigrar a otro cuerpo, continuando el ciclo de las reencarnaciones.
Las Tres Partes del Alma
En La República, Platón divide el alma en tres partes o funciones:
- El alma racional: Inmortal e inteligente, reside en el cerebro. Su lugar natural es el mundo de las ideas.
- El alma irascible: Origen de las pasiones nobles, reside en el tórax y muere con el cuerpo.
- El alma apetitiva: Fuente de los apetitos y deseos corporales, es mortal y se ubica en el vientre.
El Acceso al Conocimiento Según Platón
La Reminiscencia: Conocer es Recordar
Para Platón, el conocimiento científico reside en la contemplación de las ideas. Sin embargo, estas ideas pertenecen a un mundo distinto del mundo sensible que habitamos. Platón argumenta que conocer es recordar. El conocimiento es reminiscencia, un recuerdo de lo que ya reside en el alma. Esta teoría se ilustra en el Menón, donde Sócrates guía a un esclavo sin conocimientos previos de geometría a descubrir un teorema matemático por sí mismo. Dado que nadie le enseñó geometría, se deduce que ese conocimiento preexistía en su alma.
El Hombre: Cuerpo y Alma en Conflicto
La concepción platónica del hombre se deriva de la teoría de las Ideas. El hombre es una combinación de cuerpo y alma, donde el alma posee un valor superior. El alma se encuentra prisionera en el cuerpo como castigo por una falta moral, similar a la idea pitagórica del soma (cuerpo) como sema (tumba). Esta idea explica la compleja relación entre cuerpo y alma: el alma anhela liberarse del cuerpo, mientras que el cuerpo se inclina hacia los placeres sensibles. El alma busca los placeres intelectuales, pero no siempre lo consigue. La mejora del hombre implica el dominio del alma sobre el cuerpo, al igual que la inteligencia debe gobernar los sentidos.
El Mito del Carro Alado
En el Fedro, Platón utiliza el mito del carro alado para ilustrar esta idea: el hombre es un carro tirado por dos caballos, guiados por el auriga, que representa el intelecto. Uno de los caballos es noble y bueno, mientras que el otro es todo lo contrario. La conducción del carro no es sencilla. La naturaleza del alma la impulsa a retornar al mundo de las Ideas, pero para lograrlo debe controlar los deseos mediante el valor. El alma es inmortal, aunque las partes irascible y concupiscible, ligadas al cuerpo, perecen con él. El alma racional experimenta un proceso de purificación, transmigración y reencarnación, recibiendo un premio o castigo según su conducta en vida.