Platón y Descartes: Un Contraste Profundo en Filosofía, Dualismo y Racionalismo
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Platón y Descartes: Un Contraste Filosófico Fundamental
Platón, filósofo griego del siglo IV a.C., desarrolló su pensamiento en la Atenas clásica, influido por Sócrates y los pitagóricos, buscando una verdad universal frente al relativismo de los sofistas. En contraste, Descartes, filósofo racionalista del siglo XVII y padre de la filosofía moderna, formuló su sistema en un contexto de revolución científica, buscando fundamentos indudables para el conocimiento.
Dualismo: La Estructura de la Realidad
Platón propone un dualismo ontológico, dividiendo la realidad en dos mundos:
- El mundo sensible: accesible a través de los sentidos, cambiante e imperfecto.
- El mundo inteligible: compuesto por las Ideas o Formas, que son perfectas, eternas e inmutables. La Idea de Bien ocupa el lugar central, siendo la causa última de todo lo real y del conocimiento.
Descartes, por su parte, formula un dualismo sustancial, distinguiendo entre:
- La res cogitans (la mente o alma): cuya esencia es el pensamiento.
- La res extensa (la materia): cuya esencia es la extensión en el espacio.
Estas dos sustancias, aunque de distinta naturaleza, interactúan en el ser humano (según Descartes, a través de la glándula pineal).
Racionalismo y Teoría del Conocimiento
Ambos filósofos coinciden en valorar la razón como la fuente principal de conocimiento.
- Platón defiende un racionalismo innatista, donde el conocimiento verdadero proviene de la razón y las Ideas están ya presentes en el alma antes del nacimiento (Teoría de la reminiscencia). Para él, conocer es recordar.
- Descartes propone un racionalismo metódico, partiendo de la duda radical para llegar a una primera verdad indudable: "Pienso, luego existo" (Cogito, ergo sum). Sobre esta verdad construye todo su sistema, demostrando la existencia de Dios como garantía de las verdades claras y distintas.
Antropología y la Naturaleza Humana
- Platón considera al ser humano como un alma inmortal tripartita (racional, irascible y concupiscible), unida a un cuerpo que actúa como su cárcel. Para alcanzar la felicidad, el alma debe liberarse del cuerpo y retornar al mundo de las Ideas, logrando la armonía entre sus partes bajo el dominio de la razón.
- Descartes entiende al ser humano como una mente racional (res cogitans) que interactúa con un cuerpo-máquina (res extensa), siendo la mente la esencia del ser humano.
La Felicidad y lo Divino
La felicidad para ambos está relacionada con la razón, pero sus concepciones difieren:
- Mientras Platón la encuentra en el conocimiento de la Idea de Bien y la justicia interior.
- Descartes se centra en el control de las pasiones mediante ideas claras y distintas.
Respecto a Dios:
- Platón lo identifica con la Idea de Bien, una realidad abstracta que da orden y propósito al universo.
- Descartes lo concibe como un ser perfecto, infinito y personal, necesario para garantizar el conocimiento verdadero.
Aunque ambos comparten un enfoque dualista y racionalista, difieren en la concepción de la realidad, el alma, el conocimiento y la noción de lo divino, reflejando las diferencias entre sus contextos históricos y sus sistemas filosóficos.
Conceptos Clave en la Filosofía Cartesiana
La Moral Provisional de Descartes
En el Discurso del Método, Descartes plantea una moral temporal que actúa como una pauta práctica para la vida mientras se construye su sistema filosófico completo. Esta moral sugiere los siguientes principios:
- Respetar las opiniones y tradiciones de la sociedad en la que se vive.
- Optar por las ideas más moderadas, evitando los extremos.
- Ser firme en las decisiones y acciones una vez que se haya tomado una elección.
- Aceptar la realidad tal como es, sin intentar forzarla para que se ajuste a los deseos personales.
Es una ética con tintes conservadores, influenciada por el estoicismo.
Las Pasiones del Alma
Las percepciones y emociones humanas son vistas como el resultado de movimientos mecánicos que provienen de los "espíritus animales". Las pasiones, por ejemplo, nacen de la acción de estímulos externos sobre estos "espíritus animales". La libertad humana radica en la capacidad de la voluntad para elegir lo que la razón le presenta como lo correcto, es decir, en la subordinación de la voluntad a la razón.