Platón: Contexto Histórico, Influencias Filosóficas y Relevancia Actual

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Contexto Histórico, Cultural y Filosófico de Platón

  1. Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en Platón

Contexto Histórico

A Platón le toca vivir una época de crisis política. La guerra del Peloponeso enfrentó, durante 30 años, a las dos ciudades más poderosas de Grecia: Atenas y Esparta, representantes de dos modelos políticos diferentes. La democracia ateniense frente a la aristocracia totalitaria espartana. La derrota de Atenas supuso el ascenso al poder del régimen oligárquico de los Treinta Tiranos impuestos por los vencedores. Tiempo después una revuelta restaura la democracia. Sin embargo, para Platón este gobierno fue incluso peor que el anterior. Entre las torpezas que cometió está la condena a muerte de Sócrates. Este episodio convenció definitivamente a Platón de la necesidad de una reforma de la organización política, a la que dedicó gran parte de su esfuerzo intelectual.

Contexto Cultural

En lo cultural, Platón vive en el momento de mayor esplendor del clasicismo griego. Destacan en literatura los dramas de Sófocles y Eurípides, y las comedias de Aristófanes. También comienzan los estudios históricos con Heródoto y Tucídides. Por otra parte, las artes plásticas y la arquitectura cívico-religiosa viven un florecimiento espectacular.

Contexto Filosófico

Platón fue discípulo de Sócrates, que se convierte en su mayor influencia. De este heredó Platón su apuesta por la objetividad de los valores y la verdad, frente al relativismo y escepticismo de los sofistas, que se extendía tanto al ámbito del conocimiento como al moral. El intelectualismo también lo debe a Sócrates, concordando con él en que el conocimiento es la vía adecuada para actuar bien y alcanzar la felicidad. Platón tuvo conocimiento, asimismo, de la obra de los primeros filósofos. Rechazó la preocupación de los “Físicos” por la Naturaleza, así como el mecanicismo de los atomistas. En su defensa de la inmortalidad y reencarnación del alma se percibe la influencia del pitagorismo, al igual que en el papel fundamental que concede, tanto para el Conocimiento como para la Educación, a las Matemáticas. Su concepto de Demiurgo es deudor de la idea de Anaxágoras de una inteligencia ordenadora (nous). Además, Platón pretendió cerrar, con su teoría de los dos mundos, la fractura que en el pensamiento griego había abierto la incompatibilidad y enfrentamiento de las posturas sobre el ser y la realidad expresadas por Parménides y Heráclito. Ambos mundos, el del devenir de Heráclito y el eterno e inmutable parmenídeo, eran reales; ahora bien, el auténtico es el del eleata, el otro es mera copia.

  1. Relación de Platón con otras posiciones filosóficas y valoración razonada de su actualidad

Relación con el Pensamiento Sofista

  • La realidad (ontología)

    Para los sofistas no hay una realidad objetiva e independiente del sujeto. El ser es fluir y continuo cambio. Se reduce a sus distintos «apareceres» o manifestaciones ante los sujetos: fenomenismo. Frente a ellos, el dualismo ontológico platónico establece que existe una única realidad verdadera, el ámbito inteligible, porque es universal, necesario e inmutable. El mundo sensible es un ámbito de segundo orden, consecuencia del inteligible, del que recibe su esencia gracias a la participación.

  • El conocimiento (epistemología)

    La posición sofista defiende que no hay conocimiento verdadero en términos absolutos, sino que depende del sujeto, cuyo conocimiento arranca de la experiencia sensible, que es siempre particular y privada: subjetivismo.

    En cambio, para Platón, la verdad es universal y necesaria. Por tanto, sólo el conocimiento de los seres inteligibles es verdadero, ya que son universales y necesarios: idealismo.

  • El ser humano (antropología)

    Según los sofistas, cada ser humano es fruto de la sociedad en la que vive. En ella configura su personalidad y así se convierte en ciudadano. A través de la educación se le somete a un conjunto de normas (nomos) que son distintas y, a veces, opuestas a su naturaleza (physis).

    El dualismo antropológico platónico defiende que la verdadera identidad del ser humano es su alma, de estructura tripartita. El alma racional, que es inmortal, es la fuente del verdadero conocimiento. Para alcanzarlo, el alma tiene que luchar contra el cuerpo y sus sentidos.

  • La ética

    La posición sofista defiende un relativismo y convencionalismo moral. No existe un Bien absoluto válido para todos. La vida del hombre no tiene que ajustarse a aquello que ha sido definido como Bien en términos absolutos.

    Frente al convencionalismo y relativismo sofistas, Platón sostiene que el Bien existe objetivamente. Las acciones y decisiones son buenas sólo si se ajustan a ese Bien.

  • La política

    Para los sofistas la legitimidad (validez) de las leyes y estructura del Estado es consecuencia del acuerdo entre los ciudadanos.

    Para Platón la principal virtud política es la justicia. Sólo si los ciudadanos y gobernantes son justos se conseguiría un Estado justo. Los ciudadanos deben someter su vida al funcionamiento del Estado.

Relación con Aristóteles

  • La realidad (ontología)

    El dualismo platónico prioriza lo inteligible sobre lo sensible. Aristóteles propone una posición bien distinta. Para él la realidad primera y fundamental es la sustancia primera, que es sensible. En segundo lugar, para Platón el mundo sensible existe gracias a la participación en el inteligible. Aristóteles modifica esa relación: si no hubiera sustancia primera (lo sensible), las sustancias segundas (lo inteligible) no estarían presentes en ningún otro sitio.

  • El conocimiento (epistemología)

    El dualismo y el hilemorfismo conducen a epistemologías opuestas: Aristóteles coincide con Platón al considerar que el verdadero conocimiento debe ser universal y necesario. Por tanto, el único saber verdadero es el conocimiento inteligible. Sin embargo, ambos se oponen al describir cómo se adquiere.

  • El ser humano (antropología)

    Frente al dualismo antropológico platónico, que identifica al ser humano con su alma inmortal, Aristóteles define al hombre como un compuesto hilemórfico de cuerpo (materia y potencia) y alma (forma y acto), que es mortal. Por eso, la finalidad de la vida y, por tanto, de la educación, no puede encaminarse a la preparación del alma para su vida tras la muerte de cuerpo.

  • La ética

    Coincide con Platón en que el conocimiento inteligible es el principal bien del ser humano. Pero Aristóteles se separa de su maestro. Critica la austeridad platónica: la virtud no garantiza la felicidad, los bienes materiales son también necesarios. En segundo lugar, critica el intelectualismo moral. Quien conozca el bien no actuará necesariamente bien. En conclusión, no basta ser sabio para ser bueno, también hay que modelar el carácter.

  • La política

    Aristóteles coincide con Platón al señalar que el Estado debe adaptarse a la naturaleza del hombre y debe ayudarle a desarrollar sus capacidades específicas y a alcanzar la felicidad. Sin embargo, la concepción que ambos autores defienden del ser humano es muy distinta, lo que les lleva a políticas también distintas. El fin del Estado no es procurar ciudadanos justos para que salven sus almas, sino lograr la felicidad del individuo.

Actualidad

El dualismo antropológico (alma-cuerpo) expresado por Platón y retomado por el cristianismo sigue siendo una creencia mayoritaria en nuestra sociedad. Así como la idea platónico-cristiana de la existencia de un mundo mejor al que debe dirigirse nuestra alma.

También Platón escribió La República desde la convicción de la necesidad de una radical reforma política y la preocupación por el funcionamiento de las instituciones públicas. Esta preocupación se mantiene viva hoy en día; no hace falta más que ojear los, tristemente habituales, titulares de los periódicos destapando escándalos de corrupción política.

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