Pintura Renacentista: Evolución, Técnicas y Maestros
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Pintura
7.1. Características generales. Sistemas de perspectiva
El protagonista de las obras es el ser humano, convertido en el centro de la sociedad. Se representa su realidad, cobra gran importancia la anatomía, que se retrata desde todos los puntos de vista, especialmente se utiliza el escorzo (posición de la figura perpendicular al plano).
La pintura se asimila a la ciencia; es necesario el conocimiento de las proporciones, luz, movimiento, profundidad y perspectiva (sistema visual de representación).
Este último aspecto revoluciona la pintura al representar tres dimensiones en una superficie que solo tiene dos. Se utilizan dos sistemas:
- Lineal: se usa en el Quattrocento. Consiste en representar los objetos más pequeños cuanto más lejos están. Se trazan líneas de fuga que se unen en un punto, creando así una pirámide visual que da al cuadro un aspecto geométrico.
- Aérea: se usa en el Cinquecento. Es invención de Leonardo da Vinci. En este caso, cuanto más lejanos están los objetos, más aire se interpone entre estos y el espectador. Entonces, los contornos de los objetos que se sitúan más lejos se desdibujan, se ven más borrosos, dando sensación de alejamiento.
Los temas más utilizados siguen siendo los religiosos, con un nuevo concepto de la religión que arranca de finales de la Edad Media, con una mayor humanidad y cercanía a los fieles. Aparecen: Sagrada Familia, Virgen con Niño, Sacras conversaciones, Vidas de Santos.
Por imitación e influencia de los modelos clásicos, aparece la temática mitológica, aunque los temas paganos se utilizan en muchas ocasiones con carácter moralizante, como ilustración de virtudes o como alegorías de las mismas.
Otra temática habitual es el retrato. La figura del retratado se separa de los cuadros de temática religiosa. Se revitaliza un género en el que se destaca el individualismo, la dignidad del hombre y la influencia clásica.
Las técnicas más utilizadas son: la tabla y el temple, el lienzo y óleo, y la pintura al fresco, técnica muy compleja por la rapidez con que debe ser ejecutada y la imposibilidad de rectificación, pero de la que se conservan obras maestras.
Cobra una gran importancia en este periodo la representación del volumen de las figuras, que dejan de representarse como siluetas para presentarse en tres dimensiones, dotando así de corporeidad a las figuras.
La importancia del dibujo y del color en el cuadro varía según las épocas: en el Quattrocento es más importante el color, que adquiere una gran nitidez; en el Cinquecento, el color pasa a ser lo más importante.
En las composiciones, el autor se libera de los rígidos esquemas impuestos en el periodo anterior.
El tratamiento de la luz experimenta también una evolución: en el Quattrocento no conocemos su procedencia, todo el espacio aparece iluminado por igual, la luz unifica el espacio. En el Cinquecento, la luz es dirigida, ilumina selectivamente algunas zonas del cuadro, dejando otras en penumbra.
Por último, en la etapa renacentista, la consideración del artista experimenta un importante cambio. Si la pintura se identifica con la ciencia, el pintor deja de ser considerado un artesano y se convierte en un trabajador “intelectual”. Se sitúa en otra categoría social, se separa de los gremios y vive a expensas de los mecenas, personajes adinerados que patrocinan sus obras.
Grandes Maestros
1. Quattrocento. Massacio. Botticelli.
Las características de este periodo son: ruptura con la tradición del gótico internacional, inspiración clásica (que se basa en los restos de arquitectura y en la escultura, ya que no se conservan restos de pintura de los que tomar ejemplo), naturalismo frente a simbolismo, composiciones basadas en figuras geométricas, desarrollo de los volúmenes de las figuras, uso de la perspectiva lineal para dar una mayor sensación de realidad, estudio anatómico, movimiento contenido, luz diáfana que ilumina por igual y colores armoniosos. Centro de este movimiento: Florencia. Esta etapa se considera un periodo de “ensayos” de búsqueda de un lenguaje propio.
Massacio: vivió y trabajó en Roma, Pisa y Florencia. Se especializa en pinturas murales, de las que se conservan las de la capilla Brancaci y las de Santa María Novella. Se ocupa de estudiar la perspectiva y de trasladar al cuadro una historia con personajes reales en un espacio real.
Botticelli: desarrolló su trabajo en Florencia, en estrecho contacto con los círculos de humanistas. Realizó una gran cantidad de obras religiosas que no se conservan, pero su obra mitológica resulta muy interesante. Concede una gran importancia al dibujo y a la perspectiva. Utiliza el temple sobre tabla o sobre lienzo.
Otros autores de este periodo: Fra Angélico, Paolo Ucello, Piero della Francesca.