La Pintura Galante y Goya: Evolución del Arte y el Gusto en los Siglos XVIII y XIX
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La Pintura Galante: Salones, Academias y Estilo Rococó
La pintura galante, un estilo distintivo de los siglos XVIII y XIX, se desarrolló en un contexto de importantes cambios en el mundo del arte, marcados por la emergencia de los salones de exposición y la consolidación de las academias.
El Salón: Epicentro de la Novedad Artística
El Salón era una exposición de pinturas cuyo nombre se adoptó por el lugar donde se realizaban estas muestras, en las que se presentaban las novedades pictóricas. Estos acontecimientos comenzaron a tener lugar en 1737 y continuaron —con una periodicidad variable— entre los siglos XVIII y XIX. A estos lugares acudía un público por lo general aristócrata, aunque tampoco había un perfil concreto de espectador, e iban incluso las mujeres. Allí el público tomaba conciencia de lo nuevo y juzgaba lo que veía. Esto provocó que surgiese una divergencia de opiniones, que eran limitadas por el jurado (académicos que otorgaban premios) y canalizadas por el crítico de arte (sensibilidad y erudición [la reflexión sobre el arte empieza a hacerse desde el propio arte]). Diderot representa el primer gran crítico del arte, un ilustrado que hace una lectura moral de las obras.
La Academia: Institución y Academicismo
Las instituciones académicas se centraban en la pintura como arte liberal no gremial. La primera academia (1648) fue fundada por Luis XIV y supuso el modelo de las posteriores instituciones. Estaba asociada al gusto oficial, ligada al pensamiento y fomentaba el debate sobre el arte. A partir de la actividad de la Academia Francesa en Roma (1666), se terminó por asociar el concepto del academicismo a una determinada concepción del arte y de la estética: la identificación de la belleza con la mímesis (imitación de la naturaleza) y la concepción del aprendizaje del oficio del artista en un entorno "académico", es decir, en una institución sujeta a un programa formal con asignaturas y profesores (frente al aprendizaje gremial en los talleres tradicionales), basado en la reproducción de los modelos clásicos y la sujeción a las reglas del arte. El academicismo se expresó en los estilos artísticos denominados Clasicismo (siglo XVII) y Neoclasicismo (siglos XVIII y XIX), en contraposición con estilos coetáneos como el Barroco y el Romanticismo.
Características de la Pintura Galante
Uno de los temas favoritos de esta pintura es la Commedia dell’arte, un espectáculo que recorría las ciudades europeas y en el que actuaban tres personajes arquetípicos: Arlequín, Colombina y Pierrot. Esta pintura estaba destinada a espacios privados (interiores aristocráticos). Se basa más en el color que en el dibujo, lo que había supuesto una querella en relación al arte pictórico desde la Edad Moderna. En general, en la pintura galante se aprecia la evocación de un deseo, de un anhelo.
Goya y la Transición al Gusto Moderno
Goya (1746-1828) es una figura con una producción enorme. Procede de un país menor, pues los grandes centros de producción artística eran Francia e Inglaterra. Es algo insólito que aparezca una figura de influencia internacional en el contexto de una monarquía decadente.
Factores Clave en la Obra de Goya
En Goya convergen tres elementos importantes:
- Estilo: Goya posee una formación eminentemente barroca.
- Cultura: Desde un punto de vista cultural, podríamos decir que Goya es un ilustrado. Quizá no es especialmente culto, pero está rodeado de amigos ilustrados. Piensa que es necesario introducir la idea de progreso, avance y mejora.
- Vida Personal: Es el primer artista que tiene una gran producción al margen de los encargos públicos (para sí o para los amigos). Ello es un rasgo moderno: la idea de crear como resultado de una pulsión interior es una idea moderna, propia de los siglos XIX y XX. La vida de Goya se desarrolla en un ambiente muy cambiante, en el despotismo ilustrado de la corte de Madrid. La Revolución Francesa provoca una incertidumbre en la mente de los ilustrados de finales del siglo XVIII: los ilustrados pretendían defender esas ideas, pero el surgimiento del nacionalismo dio lugar a una contradicción.
Gusto y Conciencia Personal en el Retrato Goyesco
La mejor etapa de Goya como retratista pertenece a la década de los 90 del siglo XVIII. El punto de vista que hay que adoptar para mirar los retratos de Goya es cómo estos nos hablan de lo que las personas quieren parecer, de cómo se produce un cambio en las apariencias, y qué elementos hay en el retrato que evidencian un cambio de gusto. Goya es el mejor ejemplo de cómo el retrato es el testimonio de una sociedad nueva, con gusto y sensibilidad nuevos. La aristocracia española de los años 90 no se retrata haciendo ostentación de su poder, sino haciendo ostentación de su buen gusto y su conciencia de individuos, de su singularidad: de alguien que no ocupa un cargo, sino que es un individuo y que, como tal, tiene un gusto propio.