Pintura Barroca Española: Características, Influencias y Principales Representantes

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Características Generales de la Pintura Barroca en España

• Se imponen dos influencias a lo largo del siglo XVII que coinciden con cada una de las mitades del siglo: la primera mitad del siglo se caracteriza por el naturalismo tenebrista de influencia caravaggiesca, que estuvo presente en gran parte de los pintores españoles, como Ribera y Velázquez; a partir de 1650 se impone la influencia de Rubens con un colorido más rico y una pincelada más suelta.
• Una de las características principales de la pintura española barroca es su gran naturalismo, su realismo, el deseo de mostrar lo más fielmente posible la realidad.
• También destaca la sencillez y equilibrio en las composiciones y las formas, no hay movimiento violento ni impetuoso como ocurre en las obras italianas, prefiriéndose organizar el tema en el cuadro a partir de líneas diagonales y escorzos.
• Por otra parte, el dibujo cede terreno al color por influencia de la pintura veneciana.
También existe una mayor preocupación del artista por la profundidad, culminando con el pleno dominio de la perspectiva aérea.
• En cuanto a la temática, predominan los temas religiosos: santos, martirios, Inmaculadas; entre los temas profanos sobresalen los mitológicos, por clara influencia de Rubens, los bodegones, las escenas de género, los retratos, los desnudos y los paisajes.
• En el s. XVIII se observa un cambio en el desarrollo de las características pictóricas coincidiendo con la llegada de la nueva dinastía y el auge del academicismo: Adquieren mayor importancia los temas profanos y el tratamiento menos dramático de los temas religiosos.


La Incorporación del Tenebrismo a la Pintura Barroca Española

Francisco Ribalta

- Se forma como pintor en Madrid y sus primeras obras se caracterizan por el dramatismo en el tratamiento de los temas y, por influencia de Tiziano, la preocupación por la luz y el color. Posteriormente se trasladó a Valencia donde realizó toda su obra de madurez, observándose en él en esa etapa una tendencia más acusada hacia el naturalismo e influencias del tenebrismo de Caravaggio, con el que probablemente entró en contacto durante sus estudios en Italia.

José de Ribera

- Se formó con Ribalta pero viajó tempranamente a Italia, donde realizó toda su obra y donde se impregnó de la influencia de Caravaggio, siendo allí conocido por “Lo Spagnoletto”, el pequeño español. Sus primeras obras tienen marcado carácter tenebrista, con figuras que se recortan violentamente sobre un fondo oscuro; en una segunda etapa su pincelada se hace menos densa, la luz más dorada y se van aclarando los fondos.

Francisco de Zurbarán

- Aprendió en Sevilla, pero volvió a su lugar natal, Fuente de Cantos (Badajoz), donde realizó numerosos encargos, sobre todo series monacales, que habían de constituir su especialidad. Por recomendación Velázquez viaja a Madrid en 1634 con el fin de tomar parte en la ornamentación del famoso Salón de Reinos, para el que pinta El Socorro de Cádiz. Su producción desciende hacia 1640, y se observa también un cambio en la estética de su pintura, que evoluciona hacia formas más blandas, delicadas y coloristas, con temas más amables por influencia de Velázquez y de Murillo.

Alonso Cano

- Pintor de origen granadino que se trasladó a Sevilla, donde trabajó a las órdenes de Francisco Pacheco, coincidiendo en su taller con Velázquez.

- Su pincelada es clara y en su paleta predominan los colores plateados; fue hábil dibujante, muy estudioso en la composición de sus cuadros, generalmente sencillas, con una o dos figuras que se destacan sobre un fondo neutro o un paisaje vaporoso; en los tipos femeninos tiende a la belleza ideal concebida por medio de formas ovaladas.

El hecho de usar composiciones de otros pintores para imitarlas o interpretarlas en sus propios cuadros era una costumbre frecuente entre los pintores españoles. Cano, como los demás, recurrió a las estampas de pintores de éxito que circulaban por Europa y que poseían todos los pintores, para inspirarse.

Tal sería el caso de la Virgen con el Niño que copia una Madonna pintada por Durero, a quien sigue en la dulzura y belleza con que plasma a María.

Contrariamente a lo habitual, Cano sitúa la imagen en un exterior nocturno, aprovechando las estrellas de la noche para coronar la cabeza de María.

En los últimos años de su estancia en Madrid Cano pinta esta obra, tomando como ejemplo un trabajo de Correggio, aunque no se trata de una copia.

Cano tuvo la oportunidad de estudiar en las colecciones reales la obra del maestro italiano, realizando algunas modificaciones que hacen este lienzo más humano, como el gesto de colocar la mano en la cabeza de la Magdalena, gesto con un sentido iconográfico al hacer alusión a la leyenda según la cual los dedos del Salvador quedaron marcados en su frente.

Incluso gracias al diseño de la composición, repitiendo y oponiendo diagonales en la disposición de brazos y piernas, hace más cercana la escena al espectador, en la que se quiere resaltar la ternura del trágico momento.

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