Pilares del Franquismo: Grupos Ideológicos y Apoyos Sociales Iniciales
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Los Pilares del Franquismo: Grupos Ideológicos y Apoyos Sociales Iniciales
La diversidad de influencias llevó a Franco a buscar colaboradores entre distintos grupos, lo que se ha denominado las “familias” del régimen. La Falange, el Ejército y la Iglesia católica fueron los tres pilares fundamentales en los que se apoyó el franquismo en su etapa inicial.
Principales Apoyos y "Familias" del Régimen
La Falange
La Falange, inicialmente encargada de dirigir el nacionalsindicalismo vigente, experimentó una progresiva pérdida de poder. La derrota de los fascismos en Europa disminuyó su influencia, y sus primitivos ideales fascistas se transformaron en una ciega lealtad al Caudillo. Se convirtió en una fuente de dirigentes para la dictadura, a través de cuatro organizaciones de masas clave: el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario (SEU) y la Central Nacional Sindicalista. Además, la Falange proporcionó al régimen su ideología y sus símbolos, y se le asignaron actividades sociales específicas, como el adoctrinamiento de jóvenes y mujeres, y obras asistenciales.
El Ejército
El Ejército constituyó siempre la columna vertebral del sistema y, en general, nunca cuestionó el poder del Generalísimo. Es importante señalar que Franco consideraba el apoyo militar esencial para su supervivencia política y siempre se aseguró de mantener al Ejército en un papel estrictamente subordinado a su persona. No obstante, su presencia en los altos cargos fue disminuyendo paulatinamente, aunque los ministerios militares siempre estuvieron bajo su control.
La Iglesia Católica
El último pilar fundamental fue la Iglesia Católica. A cambio de su apoyo incondicional, la Iglesia se erigió en un verdadero poder, gozando de amplios privilegios e imponiendo la unidad católica con la exclusión oficial de cualquier otra religión. El catolicismo se convirtió en el fundamento principal de la ideología del régimen y del sistema educativo. Muchos de los colaboradores de Franco provenían de asociaciones religiosas, como la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNDP) y, más tarde, el Opus Dei, que suministraron numerosos cuadros y dirigentes. La Iglesia, además de su respaldo, aportó la participación de obispos y prelados en las Cortes franquistas y en el Consejo del Reino. Solo a raíz del Concilio Vaticano II (1962) se produjo un distanciamiento entre la jerarquía eclesiástica y la dictadura, culminando en serios conflictos durante los años sesenta.
Criterios de Selección de Colaboradores de Franco
En cualquier caso, Franco, quien carecía de una ideología política clara y definida, elegía a sus colaboradores al margen de etiquetas partidistas. Sus criterios principales eran la lealtad personal, la eficacia y la carencia de ambiciones. Asimismo, evitaba que cualquier individuo acaparara demasiado poder y se deshacía rápidamente de aquellos que mostraban criterios propios o independientes.